××Cap VIII××

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Había pasado cerca de un par de días, días en los cuales Izuku y Bakugo no habían cruzado palabra alguna y Todoroki manteniéndose al margen de sus palabras estuvo todo ese tiempo a lado del peliverde ganando poco a poco más terreno, sin embargo el ojiverde no dejaba de pensar en el rubio, había estado analizando toda la situación en sus noches de desvelo, pues luego de lo ocurrido tenía complicaciones para conciliar el sueño, los recuerdos que creía perdidos habían cobrado vida nuevamente atormentandolo cada noche en sus sueños.

—Deku— la gentil voz del bicolor hizo eco en sus pensamientos haciendo que regresara nuevamente a la realidad, parpadeo un par de veces y con desconcierto miró a quien le llamaba.

—Lo siento, ¿decías?— preguntó acomodándose en su asiento y prestando atención al contrario.

—Te comentaba sobre la clausura del ciclo, ¿ocurre algo? Estos días has estado distraído— comentó mirándolo con palpable preocupación sabía a qué se debía pero sólo quería que se lo confirmara, aunque estos días se la había pasado con él era muy notorio que el peliverde echaba de menos al rubio, algo que le molestaba pero no demostraba.

—Ah... Lo siento, un tema ha estado rondando mi cabeza y no logro concentrarme— respondió nervioso rascando su mejilla entre suaves risillas —Nada importante, volviendo al tema, ¿piensas invitar a alguien al baile?— la clausura estaba cerca, dentro de uno o dos meses se llevaría a cabo y tenía entendido que esta vez la clase nocturna y diurna podrían convivir, un sueño hecho realidad para las chicas que soñaban con aquellos chicos guapos que veían sólo en la puesta del sol.

—Es por Bakugo, ¿no?— cruzó sus brazos encima de la mesa mirando al peliverde con seriedad, hizo caso omiso a lo último, en sus planes estaba invitarlo pero no estando así, no cuando el rubio aún se hallaba en sus pensamientos.

—Mh— asintió —Bakugo me conoce desde que éramos pequeños, él me ayudó a superar ese trauma apesar de que sólo eran recuerdos borrosos... No imagino cuán difícil ha de haber sido para él, estarse reprimiendo por mí culpa— suspiró melancólico desviando la mirada desanimado.

—Deku... Hay algo que quiero decirte...— mencionó el bicolor sin dejar de lado su seriedad aunque su mirada destilaba cierta preocupación —Yo... No sé cómo decirlo— comentó desviando la mirada como si en alguna parte del cielo fuese a encontrar las palabras adecuadas —Cuando te rescaté aquella vez, ese no era realmente mi objetivo, yo tenía otra misión acerca de ti, pero en cuanto te vi supe que no era lo correcto y que no era justo, mis antecesores me castigaron y ahí el porqué de mi desaparición... Hay algo de tu pasado que no sabes, pero sé que pronto eso saldrá a la luz... Si quieres enterarte sobre eso ve con Toshinori— dicho esto se levantó de su lugar poniendo su palma sobre el hombro del peliverde y antes de retirarse habló —Lamento haberte dicho tanto y a la vez tan poco.—

El peliverde se había quedado perplejo en su lugar, se hallaba confundido y altamente intrigado aquello que le había revelado lo tenía por de más preocupado no tenía mucho que hacer, o preguntar o quedarse con las dudas, ya casi era la hora de las guardias y por primera vez luego de lo ocurrido se volvería a ver con el rubio, era algo que lo tenía nervioso, aún tenía tiempo así que se dirigió a la dirección decidido a que le aclararan sus dudas, sin embargo a mitad de camino se encontró con el rubio quien parecía también ir con el director —Kacchan...— su pulso se aceleró, y el miedo que se arremolinaba en su pecho cada que lo veía hoy no estaba, sus ojos se cristalizaron y llevó sus manos a cubrir su boca callando sus sollozos, el rubio al ver eso no supo si acercarse o alejarse.

—Deku— dubitativo se acercó con pasos sigilosos al que lloraba, al hallarse a sólo unos pasos el ojiverde se abalanzó contra él sin abstenerse de romper en llanto, sus brazos rodearon el delgado cuerpo y apoyó su cabeza en la adversa, la fragancia y la presencia del chico se hicieron presentes en su ser, reavivando sus sentidos y sintiéndose nuevamente lleno de energía, definitivamente el contrario era alguien indispensable para él —Lo siento, siento haberte asustado y ocultado lo que era, perdóname— pidió abrazándose aún más al más bajo.

—Perdóname tú a mi Kacchan.... Has de haber pasado por tanto por mi culpa, siento ser siempre tan cobarde y sensible— susurró entre sollozos mientras sus manos tomaban las telas que cubrían el cuerpo del rubio apretandolas en un puño con fuerza.

—Nunca me pidas perdón por tu forma de ser, eso siempre ha provocado en mi el sentimiento de querer protegerte ante todo y todos, jamas cambies eso Deku...— se apartó tomando el rostro del contrario acariciando con sus pulgares las húmedas mejillas, a su paso recogía algunas de esas cálidas gotas que caían, acercó su rostro quedando a unos centímetros los suficientes para sentir la respiración del ojiverde —Deku... Hay algo que quiero decirte...—

Aún con su vista borrosa trató de buscar los ojos de quien le llamaba topandose con aquella intensa mirada que hoy transmitía nada más y nada menos que una inmensa calidez, calidez la cual le recorrió hasta abrazar su corazón, sintió una inigualable conexión, como si sus corazones se hubiesen sincronizado, temeroso de hablar pues no quería romper aquel mágico momento, dijo en un susurro —¿D-de que se trata...?— en un hilo de voz sus manos pasaron de estar en su espalda a estar en el pecho del rubio dejándolas descansar sintiendo a la par el suave levantamiento que hacía al respirar.

—Tú... Me gustas...—

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Muy buenas criaturitas.~

Lamento si quedó un tanto corto el capítulo, pero es que a mitad de, la inspiración se fue jaja, pero bueno espero lo hayan disfrutado y también para avisarles que el final está cerca~ así que esperenlo ansios@s.

Sin más que decir, gracias por leer y las veo en el siguiente capítulo.

L@s quiero.~

Bye.~

××Sam××

××Rojo carmesí××Donde viven las historias. Descúbrelo ahora