Parte única.

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Suspiró nuevamente, apartando la mirada de la vitrina del local, para mirar la taza de café que pidió al llegar, fría.

Pues ya no tenía el vapor que indicaba que estaba calentito, y esto también se podía comprobar al tocarla.

Y es que, anteriormente se encontraba parado frente al poste donde solía esperarla mientras leía un libro de bolsillo que siempre llevaba cuando se aburría o esperaba a que ella viniese. No obstante, luego de un rato, se dirigió a la cafetería de enfrente a esperarla.

Pero, otra vez, ella llegaba tarde. Algo que, ya se le estaba haciendo costumbre a Anna; lo que lo frustraba, pero sobre todo, entristecía.

Ya no tiene caso que siga aquí, pensó, llevándose la taza a los labios, bebiendo su contenido.

Y es que, cuando la conoció, supo que su corazón era inalcanzable. Y que únicamente, lo que estaba sintiendo, era completamente unilateral.

Él, ya se estaba cansando de aquel amor unilateral y hoy. Le daría fin a sus sentimientos; y aunque no fuese fácil y, fuese doloroso, lo haría.

Para seguir adelante. Para pasar la página de una vez.

Asentó la taza, y haciendo un ademán a la mesera, pidió la cuenta. Y una vez traída y pagada, se dispuso a salir del local, y cuando estaba por cruzar la calle para ir al paradero, ella apareció.

Y al verlo, apresuró sus pasos. Notándose lo cansada y acelerada que estaba; decidió esperarla, para ver qué le decía está vez —. ¡Perdón Ray, se me hizo tarde! — juntó ambas manos, cerrando momentáneamente los ojos. Arrepentida —. Apenas mi turno terminó, fui corriendo a mi casa para arreglarme y venir acá.

¿Cuántas veces había sido por eso? ¿Y cuántas veces tenía que soportarlo?

Estoy cansado, ya.

— Anna... Creo que lo mejor es terminar.

— Ray...

— Siempre llegas tarde. Y siempre me dices que es por los turnos que tienes en el hospital — suspiró —. Entiendo perfectamente que ser enfermera no es precisamente un trabajo fácil... Pero, si sabías que ibas a salir... — suspiró, negando suavemente con la cabeza. Para luego sonreír entristecido —. No, déjalo. Simplemente, estoy cansado de tener que esperar.

Se disponía a irse, de no ser porque Anna lo tomó de la muñeca, consternada —. Espera Ray. Por favor, no quiero que esto termine.

— ... Tienes razón. No puede terminar lo que nunca empezó — se soltó de su agarre, aunque ella fue más rápido y tiró de su chaqueta.

— Dame otra oportunidad, Ray. Está vez será diferente.

Ray sonrió entristecido, negando suavemente. Su mirada, estaba vacía —. Te di suficientes oportunidades, Anna... Creo que es suficiente para ambos.

Y otra vez se soltó de su agarre, y yéndose sin mirar hacia atrás, cruzó la calle en dirección al paradero. Discretamente, secándose las lágrimas que habían en sus ojos.

Anna en cambio, se quedó parada frente al local, viendo como se perdía en la lejanía. Sintiendo una opresión en el pecho, donde se llevó una mano y bajó la mirada mientras el flequillo le ocultaba los ojos.

Otra vez, su corazón había llegado tarde. Otra vez.

Justamente cuando se dio cuenta de que lo amaba y que deseaba quedarse a su lado... Y que sentía que podía avanzar a su lado...

(Ella ahora era el pasado)

Suspiró, sintiéndose culpable.

(Simplemente, llegué tarde.

Mis sentimientos... Llegaron tarde)

-Traumada Taisho

Nomás me inspiré y no pido perdón.

Too late  [Ray/Anna]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora