Narrador:
- Diálogo
Acciones, descripciones etc.
Recuerdos.
- Dialogos en recuerdos.
Las puertas del gremio se los dueños de los fantasmas se abrió, mostrando a aquella rubia la cual entraba con total naturalidad al gremio.
Ella acababa de volver de entregar su mensaje y justo al lado de ella se encontraba un pequeño ser de color blanco que tenía una extraña nariz naranja y puntiaguda.
Todo el gremio giraron a ver a la rubia, expectante de que diría aquella maga la cual tranquilamente caminó hasta quedar en mitad de el gremio, ganándose la atención de todos.
— ¡Acaba de comenzar la guerra entre Fairy tail y Phantom lord! — gritó con una extraña ilusión la rubia alzando sus brazos hacia los lados cómo si estuviera anunciando algo muy importante.
Inmediatamente todo el gremio estalló en risas de ilusión y en vitoreos, en verdad estaban felices por al fin poder comenzar la guerra. Estaban deseosos de poder al fin darle una paliza a esas colas de hadas. A leguas se notaba el desprecio que tenían aquel gremio hacia las hadas.
Tras esas palabras la rubia se dirigió al grupo de cuatro conocidos cómo element four, sabía bien que habían apostado si Gajeel había matado a alguna de esas haditas para poder desatar la guerra. La blonda se sentó justo al lado de la peli azul la cual no pareció molestarse por la presencia de esta.
El pequeño ser blanco dio un salto para tratar de subirse al asiento, pero el pobre se quedó colgando del borde de el asiento pataleando en el aire. La rubia sonrió levemente y ayudó al pequeño ser a sentarse sobre el regazo de ella. Después colocó su mano sobre la cabeza de ese pequeño ser y lo acarició con cariño.
— Sigo sin comprender por qué sigues tratando tan bien a esa cosa — afirmó Totomaru señalando al pequeño ser en el regazo de la chica de ojos achocolatados. Ella tan solo se encogió de hombros con desinterés, casi indicándole que no le importaba lo que el dijera — lo tratas mejor que a cualquiera del gremio.
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Phantom Girl
FanficCon que te vas a interponer en mi camino- comentó el peli rosa haciendo tronar sus dedos al mismo tiempo que una gran sonrisa se dibujaba en sus labios. Al contrario de lo que su ceño fruncido y su mirada con expresión de furia reflejaba. Claramente...