Capítulo 2 - Trato.

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Teo negó con la cabeza. - No lo están entendiendo, el caso es que es UN departamento para los DOS.- dijo remarcando cada sílaba.

- ¡¿Qué?!.- gritaron al unísono.

- Como les dijo su padre, les compramos un departamento para que los dos vivan por un año, a ver si así comienzan a llevarse mejor.- hablo Pilar.

Carla resopló. - De seguro que esta fue tu idea papá.- rodó los ojos. - Y si acaso crees que esto hará que lo trate mejor, estás equivocado. Lo único que lograrán es que nos llevemos aun peor.-

- Además no podré estar con Marina.- se quejó Samuel.

Marina era la sangrona y creída novia de Samuel, llevaban un año juntos. Carla no la podía ni siquiera ver y mucho menos estar con ella en una misma habitación. Ellas estaban juntas en la escuela al igual que Samuel. Pero, por diferentes problemas que ellas habían tenido nació su odio mutuo.

- Ahí tienen.- Carla movió sus manos en el aire frente a ella.
- No me mudaré con él.- negó.
- Ni siquiera puedo ver a putina.- Carla rió irónicamente.

- ¡Basta!.- gritó Samuel furioso.
- No hables así de ella.-

- ¿Lo ven? Esas son las situaciones que hacen que tengamos que hacer que se lleven bien. Por más que no quieran aceptarlo, somos una familia.- Teo suspiró , cerrando los ojos y cruzando ambos brazos

- Corrección.- lo interrumpió Carla. - Tú y yo somos familia.- rió nuevamente, cruzando sus brazos al igual que su padre y negando con la cabeza. Pilar se tensó y las mejillas de Teo enrojecieron de furia.

- Desde que me casé con Pilar, ¡Todos nosotros somos una familia!.- la regañó.

- Claro, ¿No es así? De todos modos, da igual lo que yo diga.- Carla empuñó sus manos con fuerza. - ¡Ya que!, de nuevo, ni siquiera te importa mi opinión.- gritó volteándose y subiendo las escaleras dejando a su padre con la palabra en la boca.

Carla sacó su ropa del armario y la aventó a la cama. Estaba muy enojada, o tal vez más que eso. Siempre era ella la que debía sacrificarse ante la familia de Samuel.

- Padres, estoy de acuerdo con que debemos llevarnos bien y todo eso, porque es cierto que ahora somos familia.- Samuel rodó los ojos. - Pero ella no me soporta, ni yo a ella cuando se comporta así, por eso yo tampoco creo que sea una buena idea.- suspiró.

- Ve y guarda tus cosas, después hablamos.- suspiró esta vez Pilar, Samuel subió las escaleras dejando a Pilar y Teo de pie solos en el comedor.

Samuel armó sus maletas, metiendo la ropa desordenadamente en ellas. También guardó algunas cosas importantes y bajó nuevamente las escaleras, para encontrarse con Carla, su madre y Teo en el comedor.

Pilar tomó las maletas de ambos y las colocó en la entrada, esperando su última palabra. Ninguno dijo nada, por lo que Teo comenzó a hablar.

- Bueno, sé que no están nada contentos con esta noticia, además de que fue una decisión tomada de un día a otro. Pero no podemos seguir más tiempo con esta situación, así que...- Pilar continuó.

- Tenemos un trato para ustedes, si consiguen vivir por un año juntos y se llevan bien al término, les daremos a cada uno la opción de escoger un auto o un viaje a donde gusten, en recompensa.- sonrío.

A pesar de que Samuel y Carla estaban muy furiosos, sintieron emoción. El sueño de Carla, desde que tenía memoria, era conocer Francia y sus alrededores. Mientras que Samuel siempre había querido tener un Ferrari.

- Papá,sabes que conocer Francia siempre a sido mi sueño.- Carla miro a su padre.

- Y tú, madre, sabes que siempre he querido un Ferrari.- agregó Samuel.

Teo miró a su esposa. - Bueno, en ese caso deberán cumplir con su parte del trato y así nosotros cumpliremos con la nuestra.- ambos sonrieron complacidos.
- ¿Están de acuerdo?.-

- De acuerdo.- Carla y Samuel se miraron mutuamente y suspiraron.

Después de platicar sobre la nueva vivienda, Samuel y Carla subieron al auto de Pilar quien condujo hasta el apartamento que estaba cerca de muchas tiendas, restaurantes y centros comerciales, justo en el centro de Madrid.

Mientras estaban en camino, Pilar los miro por el retrovisor.

- Hijos, solo tienen que cumplir con nuestro trato y llevarse un poco mejor.- hizo una pausa.
- Ahora somos una familia, aunque sé que tú no lo ves así Carla, pero lo somos, y no podemos seguir viviendo así.- Carla asintió y fingió una sonrisa. - Vendremos a visitarlos para estar seguros de que aún están con vida.- Pilar bromeó tratando de aligerar el ambiente.

Llegaron al edificio, Pilar se estacionó enfrente y le entregó una llave del apartamento a cada uno. Platicaron unos segundos antes de bajar del auto y subir a ver el nuevo apartamento. Carla y Samuel tomaron sus maletas del auto, se despidieron de su madre y entraron al edificio. Los dos entraron al elevador y se creo un silencio incomodo, demostrando la tensión que había entre ellos.

Al entrar al departamento, ambos quedaron boquiabiertos. Estaban muy sorprendidos de lo lujoso que era y además de moderno, era perfecto para dos adolescentes. Cada uno subió las respectivas escaleras y entraron a sus respectivas habitaciones.

Después de dejar sus cosas, Samuel fue a la habitación de Carla.

- Sé que no quieres ni siquiera hablar conmigo, pero solo quiero decir que tenemos que hacer caso a lo que dicen nuestros padres y tratar de llevarnos mejor, ya sabes, para poder conseguir tu viaje y mi carro.- hablo apoyándose en el marco de la puerta mientras Carla alzaba una ceja. - Dime, ¿qué perdemos? Solo no debemos pelear, y así nos llevaremos mejor, ¿Trato?.- Samuel le tendió su mano y la miro sonriente. Carla rodó los ojos juguetonamente.

-Bien.- aceptó. - Solo no esperes que te llame hermano o qué te ame.- ambos rieron.

-Ni tú.- se burló.

Lo que no sabían es que en 365 días pueden pasar miles de cosas...

365 días con ella - Carmuel - Adaptada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora