Todo lo que Macarena quería en su lunes libre era comprarle un regalo especial a Bárbara; estaban cada vez más cerca de su aniversario de novias que necesitaba algo muy especial, tan especial como su mujer se merecía. El problema era que no podía pensar en nada que fuera tan perfecto como su morena, porque para ella no existía nada más perfecto que Bárbara. Pero necesitaba encontrar algo lo más rápido posible.
Después de la segunda tienda, se desesperó pues pensaba que nunca encontraría nada lo suficientemente bueno. Bárbara no sabía que tenía el día libre, por lo que siempre era una buena idea sorprender a su novia en la librería. Pensó mejor que podía buscar el regalo en otro momento. Primero necesitaba ver a su mujer, esa siempre era su prioridad.
Estaba a la vuelta de la esquina para entrar a la librería cuando vio que Bárbara se iba. La morena no llegó a verla, solo siguió su camino hacia una cafetería que estaba cerca, Macarena caminaba lista para llamar su atención y correr a sus brazos ... Hasta que vio a la morena sentada en una mesa con Graziela. La mujer de cabello púrpura le entregaba a Bárbara un sobre y la morena lo guardó en la bolsa que llevaba consigo.
Los ojos de Macarena se agrandaron.
¿Qué estaba pasando? ¿Por qué tenía miedo de acercarse a su novia? ¿Por qué tenía una sensación terrible y una opresión en el pecho? No tenía ningún sentido. Bárbara y Graziela parecían estar teniendo una conversación seria, o al menos la morena parecía demasiado seria, Graziela era la misma ejecutiva de siempre. Macarena necesitaba salir de allí.
Y eso fue lo que hizo, alejándose de la cafetería y de Bárbara.
El problema es que el destino suele actuar de manera extrañada y mientras ella regresó a ver algunas tiendas, pensaba en que podía haber llevado a su prometida a encontrarse con su exnovia, apareció Bárbara en su campo de visión, con esa sonrisa que le hacía vibrar todo por dentro. Macarena se ablandó y se estremeció.
- Hoy es mi día de suerte, ¿no? - La voz de la morena llegó a sus oídos antes que a su corazón en el momento en que fue jalada por la cintura. - Te estaba enviando un mensaje de texto ahora para ver si podía secuestrarte para el almuerzo. Y aquí estás.
Macarena dejó que sus manos agarraran el cuello de Bárbara, la mujer tenía el pelo recogido en una coleta, así que Macarena le acariciaba solo la piel.
- Aquí estoy.
- ¿Haciendo qué exactamente?
- Estaba intentando encontrarte.
- Mi dia de suerte.
- ¿Por qué día de suerte?
- Porque desperté contigo en mis brazos y ahora puedo llevarte a almorzar. ¿Por qué no me dijiste que venías?
- Quería sorprenderte. - Recibió el beso que Bárbara le dio con todo el cariño. - ¿Qué hacías en la calle?
Bárbara levantó una bolsa de papel que indicaba la marca de la cafetería, como si eso lo explicara todo. Pero en ningún momento mencionó a Graziela ni nada, lo que solo alertó la mente insegura de Macarena. Lo dejó pasar, más sin embargo, mientras la morena la llevaba a un restaurante cercano, le prometía que le pagaría el almuerzo ... era imposible pensar en nada malo cuando Bárbara la miraba así, tan apasionada, tan comprometida - como si Macarena fuera lo único que existía en el mundo.
Y así era como se sentía.
Horas después, continuó con sus sospechas ya que acordó con Graziela hacer una sesión de fotos para la revista. Bárbara la dejó en el lugar acordado sin dudarlo, y la besó el mayor tiempo posible antes de dejar que su novia se le escapara de los brazos. Macarena entró al estudio para encontrarse con Graziela y un nuevo fotógrafo que no conocía.
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El mar de tu mirada | Barbarena I Terminada I Editando
RomanceBárbara Lopez vive una vida tranquila y pacífica. Trabaja en una conocida librería en el centro de Monterrey; La mayoría de las personas son clientes antiguos que la conocen desde que era una adolescente cuando solo era la hija del dueño del lugar...