Diez semanas y siete días

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—Gon, deberías ir a casa, es muy tarde jovencito—Le regaña Leorio desde el marco de la puerta, el joven doctor entra completamente a la habitación dispuesto a cambiar el suero de su amigo

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—Gon, deberías ir a casa, es muy tarde jovencito—Le regaña Leorio desde el marco de la puerta, el joven doctor entra completamente a la habitación dispuesto a cambiar el suero de su amigo. Se veía cansado por sus turnos nocturnos, ahora tenía más trabajo que nunca

—No quiero irme—Le sonrió el menor intentando convencerle de que estaba bien, no necesitaba dormir, necesitaba estar al lado de su compañero de vida—¿Me escuchas Killua? Siempre estoy aquí para ti—Finalizó tomando su mano. Estaba cálida

—¡Gon, son las tres de mañana!—Regaño de nuevo—Agradece que no le he dicho nada a Mito-san sobre tus escapadas nocturnas— Decía mientras ahora pasaba a revisar las pulsaciones que marcaban los monitores

—¡Gracias!—Le agradeció el moreno sin dejar de juguetear con los pálidos dedos de Killua—Sin embargo sé que él puede despertar en cualquier momento y quiero estar ahí para verlo—Observo a Leorio con aquel brillo característico que poseía, brillo que por suerte aún no se había perdido por completo. Luego paso su mirada al albino, viéndolo con suma dulzura

Eso conmovió al joven doctor, sin embargo sé preocupaba por la salud del de cabellos verdinegros

—No tienes remedio—Gon le escuchó soltar un cansado suspiro—Tres y media. Volveré a esa hora y si sigues aquí le diré a tu tía—Añadió mientras se acercaba a la puerta

Como respuesta el moreno asintió varias veces y con eso último Leorio pudo irse tranquilo a continuar el resto de sus labores dejando sola la habitación con únicamente los dos menores. Gon no tenía planeado irse pero mañana volvia a iniciar una nueva semana de clases y no quería otro regaño por parte de Kurapika que también conocía sus escapadas en plena madrugada. Ha estado volviendo a dormir en clases y eso no le está gustando para nada al rubio que se preocupa por sus calificaciones

—Killua...—Llamó su nombre en un grato susurro—Por favor despierta— Le pidió por como duodécima vez mientras volvía entrelazar sus dedos con los suyos—Si me escuchas, sigue mi voz y despierta—Acarició su mejilla observándolo con una profunda tristeza—Hazlo por mí—Finalizó

El moreno tuvo nuevamente un fuerte impulso de besarle pero tuvo que contenerse. Era cada vez más difícil frenar aquellas sensaciones de las que aún no lograba acostumbrarse. Tampoco quería asustar al albino cuando ni siquiera sabía si él le correspondía

3:27 Am

Marcó el reloj de la habitación ¿Tan rápido pasaba el tiempo? Tenía que poseer cada día una increíble fuerza de voluntad para abandonar el cuarto. Pero sabía que Leorio llegaría en cualquier momento y no dudaría en cumplir sus palabras. Suspiró y se levantó aún con sus manos entrelazadas a las del albino

Querido Killua, volveré mañana—Se despidió del Zoldyck dejándole un beso en la cien, un simple beso cargado de todo lo que el moreno sentía por él

Gon, sin querer soltar sus manos, salió de la habitación dándole un último vistazo a Killua y luego finalmente abandonó el hospital. Totalmente decidido de que regresaría mañana

O bueno, más bien en unas horas

Por otro lado, aún dentro de la habitación 99, la débil mano del albino había soltado un pequeño apretón casi imperceptible

Por otro lado, aún dentro de la habitación 99, la débil mano del albino había soltado un pequeño apretón casi imperceptible

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Querido Killua || KilluGon ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora