8. Novios.

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Dos helados son depositados en nuestra mesa, Eros da gracias a la chica mientras yo tomo la pequeña cuchara nerviosa, escucho la voz de Thomas y Zev, la de Zev en especial me hace entristecer por los recuerdos de la noche anterior, solo rogaba porque no se percaten de nuestra presencia.


— Nerviosa  Bramson — tomo un poco del helado y lo llevo a mi boca intentando evadir esa pregunta — Eres adorable, creo que competir contra Zev no será fácil, pero puedo ganarme tu cariño lo sé — Claro que seria directo y no perdería su tiempo con rodeos.


— Solo soy su mejor amiga así que no creo que tengas que competir con él — admito y la voz escandaloso de Thomas me hace saber que nos vieron, ruedo los ojos queriendo que la tierra se abriera y me tragara.


— Hermano que te hiciste ayer, te fuiste muy témpano y… — y se calla cuando es consciente de mi presencia, claro solo había reparado en Eros — ¿Peyton? — sonrió mostrando mis dientes intentando verme simpática, cosa que era imposible estaba segura que me veía más falsa de un billete de veintiocho dólares, Zev no tarda en llegar con dos helados en las manos.

— Peyton — susurra sin creérselo del todo, sus lindos marrones me miran con gran asombro, parecía haber quedado en estado de shock.


— ¿Están saliendo? — Thomas y su indiscreción y ahí estaban.

— Eso pretendemos — La sonrisa de Eros solo provoca que quiera golpearlo, Zev forma una línea con sus labios y no puedo hablar, siento que las palabras han desaparecido ya que de mi boca no parece querer salir alguna.


— Eso es.. genial — una sonrisa que no llega a iluminar su rostro aparece en Zev — Thomas vámonos no interrumpamos más a los tórtolos — mi ceño se arruga ante la pedantería de su voz y antes de que diga algo se van, era un estupido, no entendía su comportamiento, mi boca se abre un poco, la siento un poco seca y mis ojos no tardan en picar, parpadeo un par de veces intentando recuperarme de lo que sea que ahí había ocurrido.

— Es un imbécil — suelto al fin, decido seguir comiendo mi helado y no pensar en Zev o en que la deliciosa bola de vainilla y fresa me harán engordar.


— Un imbécil que probablemente no se haya dado cuenta aún de que le gustas y mucho — Claro que no, Eros había perdido la cabeza.


…..


Nos besamos, un beso tierno, suave que solo provoca que me desespere por querer que lo profundice aún más, sus manos aprisionan mi mejillas con delicadeza, Eros era así, habían pasado tres semanas ya y solo lo veía los fines de semana, en estos era que viaja a casa, salíamos salir a pasear e incluso a fiestas, fiestas donde Zev no ocultaba su molesta, no me importaba, aunque sentía que lo amaba lo creía un egoísta por no querer que siguiera con Eros, sus argumentos eran que me haría daño, hasta el momento no había sido así y no creía que me hiciera más daño que el que él me había hecho.



— ¿Quieres ser mi novia? — dice separándonos y yo que creía que ya lo éramos, suelto una pequeña risita — ¿dije algo malo? — doy un beso casto a sus labios.

— Si quiero Eros Jones — y vuelve a besarme pero los toques en la puerta del auto nos hacen detener.



— Ya dejen de comerse en frente de mi casa y bajen o la pizza se enfriará — ambos reímos bajamos con nuestras manos entrelazadas para entrar a casa de Emmy.


Eros toma mi mano y lo veo poner una pequeña pulsera con nuestros nombres en letras muy pequeñas, era hermosa, lo miro y no hace más que sonreír mientras intenta hacerse el loco, restarle importancia a lo lindo que era. Me gustaba, Eros Jones me gustaba y mucho.


— Eres un cursi — admito entrando a la sala de estar donde están casi todos.

Eros empieza a saludar en cuanto entramos de lleno a la sala, yo me dedico a sonreírle a todos para después abrazar a Amor que no trae buena cara.


— Pasa algo — sus azules lucen vidriosos y se que debemos hablar — ¿vamos afuera? — asiente apunto de romper en llanto y tomo sus manos hasta salir de ahí, la mirada de Eros me hace saber que entiende.



— Soy una estúpida Peyton — me abraza mientras tiembla en mis brazos —  Thomas me beso y creo que me gusta y lo peor es que él se beso con Lena hoy, soy una estúpida — lo sabia, ese odio que mi prima profesaba por él no era más que Amor.

— Calma si, él y Lena no son novios, probablemente ella lo hizo para lastimarte — ella rompe el abrazo, yo limpio sus mejillas empapadas de lágrimas — igual no lo justifica pero.. tu le gustas lo se, lo escuche hace unas semanas, se lo contaba a Zev, prima Thomas es un tarado y probablemente no sabe como lidiar con lo que siente — intento calmarla, el estupido de Thomas se había ganado mi cariño después de todo.


— Lo odio Peyton, lo odio y así sienta cosas por mi no le voy a corresponder, yo me amo y si de algo estoy segura es que no dejaré que juegue conmigo — no se que decir, solo la observo admirando su fuerza de voluntad, siempre tan aguerrida, tan fuerte, el auto de Zev llega y se estaciona haciendo que reine aún más el silencio, lo veo bajar tornando a si mi respiración un poco pesada, al mirarnos se que se preocupa, luce tan guapo que solo siento melancolía por ese amor que jamás pudo ser.


— ¿Están bien? — pregunta con preocupación, Amor intenta ocultar tu rostro, la veo tomar aire para así tener fuerzas para mirar al mejor amigo de Thomas.

— Dile a tu amigo que no se vuelva a acercar a mi — le dice enfurecida y entra nuevamente a casa de Emmy.


— Tan malo fue — asiento torciendo mis labios, no quería estar en los zapatos de Amor, agradecía que Eros hubiera llegado a mi vida de lo contrario seguiría creyendo en esa falsa ilusión.


— Thomas en un tarado — el sonríe con tristeza.

— Claro que si, ¿tú como estas? — le muestro mi pulsera mientras sonrió — ¿son novios? — asiento emocionada — vaya — mis labios se tuerce.


— Zev — alargo su nombre con esa sonrisita aún en mi labios — no te alegra que sea feliz — él suspira para después abrazarme.

— Claro que si piojosa — abro mis ojos en queja intentando alejarme pero su agarre es más fuerte, suspiro fingiendo pesadez y aprovecho su cercanía para así aspirar un poco su suave aroma mientras cierro mis ojos, hablábamos bastante, aunque él creía que Eros me haría daño yo no lo veía así, pero aún así siempre me lo recordaba, me sentía cansada de ese tema, solo quería a mi mejor amigo así de cerca, así de unidos.


— Tal vez sea yo la que rompa su corazón — suelto de la nada, nos separamos y el niega mientras caminamos para entrar de una vez por todas.


— No lo creo, el único corazón que has roto es el mío — me detengo mientras él sonríe — fuiste mi primer amor o lo olvidas.

— Y tu el mío — los ojos de Zev se agrandan mientras siento que no debí decir aquello, su boca se entre abre mientras un cosquilleo nervioso me invade.



— Aquí estás — Eros toma mi mano y lo miro fingiendo sonreír, él arruga el ceño.

— Ayudare a Emmy con las palomitas de maíz — salgo de ahí con la adrenalina de mi confesión aturdiendo mi cuerpo ¡¿por qué carajos había dicho aquello?!








— Terminamos ambos con un Shampoo de avispas, todo fue culpa de Peyton — niego aún indignada mientras Eros no para de reír — no lo niegues, eras una piojosa, me pegaste los piojos — se que le divierte hacerme molestar, siempre había sido así.


— Eres un tarado y estoy muy segura que el piojoso eras tú — él abre su boca dispuesto a contraatacar pero la llegada de Thomas con sus manos entrelazadas con las de Lena lo hacen callar.

Todos guardamos silencio, siento que mis ojos se agradan en sorpresa, era un descarado, busco a Amor con la mirada y esta solo esconde su rostro en el teléfono, le duele, Thomas Anderson era un imbécil.



— Llegas tarde tarado — Cedric, se que intenta aligerar la tensión que se ha creado.

— Estaba con Lena en casa de su padres, lo nuestro ya es oficial, sus padres están felices y de acuerdo — Escucho un pequeño quejido de Eros y soy consciente de lo mucho que he apretado su mano al escuchar al castaño decir aquello.


— Eso es genial — esta vez es Zev quien habla pero aunque sus palabras intentan sonar entusiasmada con la idea, no es así.

Minutos después todos hablan, Amor no ha levantado su rostro en ningún momento y solo quiero sacarla de ese lugar y llevarla a casa, dejarla llorar si es lo que quieres, Amor jamás se ha enamorado y estoy segura que lo que siente por Thomas no es solo un gustar.


— Papá quiere que vaya con el ahora, pero no quiero dejarte, quieres venir conmigo — mis vista que ha estado todo este tiempo en Amor repara en mi novio, no podía, aunque su carita me decía que era importante que conociera a su padre no podía, mi prima era mi prioridad en esos momentos.

— Amor tiene problemas y no quiero dejarla — Eros le echa un vistazo a mi prima y sus verdes se posan en mi.



— Bien, ¿Cómo te irás? — tío Rubén estaba fuera de la cuidad y papá estaba muy ocupado a últimas fechas, debía caminar solo un para de calles pero si quería dejar a Amor en su casa si me costaría caminar un poco más.


— Yo puedo llevarlas — zev, Eros lo mira sonriente, luego me mira a mi y agranda un poco sus pequeños ojos, aún no se comprender sus gestos del todo.


— Bien — niego recordando mi confesión de hace unas horas, esta solo logran que los nervios vuelvan — nos vemos mañana — un beso fugaz y un adiós, miro a los lados intentando no reparar en él.


— ¿Me tienes miedo Peyton? — sonrió nerviosa sintiéndome aún más torpe ante la inspección de esos marrones — porque tenemos una conversación pendiente y no te dejaré en tu casa si antes no hablamos de eso.


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Ajam, lamento el abandono pero era necesario, espero subir capitulo pronto ♡

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Amo tus kilos demasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora