Me Gustas | TanjiKana |

Capítulo Único

Me gustas

[ TanjiKana ]

Palabras: 10293

Fecha de publicación: 17/06/2020

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¿Alguna vez habías deseado algo inalcanzable?

Seguramente sí. Cada persona en la tierra, sin excepciones, anhelaba algo completamente fuera de su alcance, ya fuese desde niños a adultos. Aunque no lo admitieran y solo se conformaran con alcanzarlos dentro de su imaginación, lugar donde todo era posible.

Tanjirō no era una excepción. Cuando pensaba en ella, la chica más hermosa que sus ojos pudieron apreciar, la deseó. 

Cada día, cada noche; horas, minutos y segundos, pensaba «¿es posible para mí llegar al corazón de una mujer amada por todos, casi perfecta; siendo yo, un chico tan corriente e inadaptado?»

Bueno, muchas personas le decían que sí, solamente tenía que ser valiente y acercarse a hablarle y todo surgiría con cierto ritmo desde ahí; pero, ¡no era tan fácil! No solo por el hecho de ser tímido, sino por el miedo a dar una mala primera impresión y arruinarlo todo antes de dar un avance.

Y dijeran lo que dijeran, hacerlo y solo parecer un rarito a los ojos de la persona que te gusta era realmente horrible; incluso, podrías caerle mal, que pensara que eras raro, feo y muchas cosas más... Y por todos tus defectos, tu crush jamás tendría una relación contigo. Hasta ahí quedaban todos esos consejos sobre «acercate y hablale, no seas cobarde, ¡hazlo!». ¡No!, ¡era mucho más difícil de lo que parecía!

No todos tenían una cara tallada por los mismos dioses para robar corazones así como así, mucho menos él.

Por cada día que pasaba, pensaba en rendirse con ella, seguir con su vida bajo la sombra de los demás estudiantes, observándola desde lejos. Quería rendirse, lo intentó varías veces, pero simplemente, no lo logró.

Había algo en su mirada que atraía a la suya. Cuando la veía pasar por los pasillos de la academia, necesitaba verla. Su forma de caminar, su piel, su cabello atado en un broche de mariposa, le era imposible no mirarla.

¿Era amor?, ¿o una simple atracción adolescente?

Esos pensamiento carcomían su cabeza día y noche. Solo el destino era conocedor del futuro que les aguardaba.

—¿Eh, y tú eres? —preguntó su mayor mirándolo fijamente.

Era ella.

La dejó con la palabra en la boca. En cuanto tuvo la oportunidad, le dio la espalda y corrió como si lo persiguiera el mismo diablo. Como siempre, no podía ni siquiera dirigirle la mirada.

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Cuando todo comenzó.

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—Hermano, hermano...

Un pequeño golpe en sus gafas fue suficiente para sacarlo de sus pensamientos y al abrir sus ojos, se encontró con la mirada violeta de su hermana menor.

—¿Nezuko? —Le llamó atontado.

—¿A que hora te acostaste anoche, hermano? Es nuestro primer día de escuela, no querrás que los profesores te regañen nada más llegar a sus clases —vociferó la pelinegra con un notable puchero.

Ciertamente, ese día era el primero de ambos hermanos en la destacada Academia Kimetsu. Era una escuela pagada, algo que la familia Kamado no podía permitirse debido a sus escasos recursos económicos, pero gracias a las buenas calificaciones de Tanjirō y Nezuko Kamado, ambos se ganaron una beca en dicha institución.