Fiesta de cumpleaños adelantada, genial. Miró el local lleno de gente y sonrió por Katniss, porque ella se había molestado en organizar una fiesta de cumpleaños en lunes, para que todos sus amigos actores pudieran ir, los compañeros de Hamlet, con los que cerraba esa semana una mini temporada excepcional en el Globe, y también para los amigos de Irlanda, que habían tenido la deferencia de viajar a Londres para saludarlo y celebrar su día con él.
En realidad su cumpleaños era el 2 de abril, pero como caía en miércoles, Katniss lo organizó todo para el lunes 31 de marzo y daba repelús. Su abuela le había dicho toda la vida que celebrar el cumpleaños con antelación daba mala suerte y como buen actor, era supersticioso, así que hizo todo lo que pudo por anular la idea, pero fue imposible y tuvo que tragar con la dichosa ocurrencia y participar de la fiesta con la mejor disposición. Para que luego dijeran que era incapaz de hacer algo por Katniss. Era capaz de todo por ella, incluso de celebrar su cumpleaños, conscientemente, dos días antes de lo que correspondía.
La vio cerca de la barra y casi le da un soponcio. Se había puesto unos pantalones de vestir negros muy ceñidos, de talle bajo, y una blusa de seda negra, de corte varonil, sin sujetador. No llevaba sujetador y tuvo una erección instantánea cuando giró sobre sus taconazos y caminó hacia él sonriendo. Pensó que era la segunda vez que la veía salir a la calle sin ropa interior y carraspeó intentando ahuyentar la idea de empujarla contra la pared y hacerle el amor delante de todo el mundo.
—Hola, cumpleañero, al fin llegas —se acercó, y sentir su aroma a jazmín y su aliento tibio justo antes de besarlo en la boca, acabó por descolocarlo—, ¿Qué haces?
—¿No llevas sujetador? —subió las manos disimuladamente por su cuerpo y le rozó los pezones con los pulgares. Katniss dio un respingo y se separó de él—, ¿has sido capaz de salir así a la calle?
—Llevo sujetador, es uno muy fino de encaje, no tiene aros y... pero bueno —protestó, poniéndose el pelo suelto detrás de la oreja—, ¿Qué clase de conversación es esta?
—Estás buenísima —la sujetó por la cintura y le plantó un beso de verdad, húmedo y con la boca abierta, que acabó con los aplausos del personal que los rodeaba—, madre mía, Katniss, un día me provocarás un infarto.
—Qué bruto, en serio... saluda y pórtate bien o te castigaré sin postre... —se apartó de él y lo dejó a merced de los amigos que se acercaron para saludar y palmotearle la espalda.
Estaba todo el mundo, incluso el bueno de Cillian McBride, que había aparecido en Londres del brazo de Johanna. Saber que estaban juntos ya le había hecho gracia, pero verlos en directo, tan acaramelados y cariñosos, le produjo una sensación extraña. Cillian siempre le había dicho que le encantaba Katniss, que era la chica más guapa que había visto en toda su vida, y al parecer había conseguido su propia versión de Katniss en Johanna, que era muy parecida a ella, aunque con ese estilo más desenvuelto y agresivo que conseguía meter en cintura a cualquiera, también a su amigo Cillian, que parecía completamente prendado de ella.
Solo esperaba que no le hiciera mucho daño cuando acabara dejándolo, y pretendía decírselo en cuanto estuvieran a solas. No sería el primer colega suyo que se ligaba y luego desechaba sin explicaciones, no, pero Cillian era diferente, un buenazo, un padre de familia honorable y sencillo, y no pensaba tolerar que lo triturara a su antojo, como siempre hacía, con todos los capullos ingenuos que caían en sus manos.
—¡Feliz cumple! —Johanna se le acercó y le dio dos besos.
—No es mi cumpleaños, aún faltan dos días.
—¡Joder, que pesadito!
—Ya, oye... cuidadito con Cillian McBride.
—¿Por qué?, que yo sepa es un adulto responsable ¿o no?
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Oportunidades
RomanceEl amor propio, confianza, madurez y respeto son las bases para tu vida con tu pareja. ¿Cuántas oportunidades se deben de dar y recibir para vivir y disfrutar tu amor con tu otra mitad?