—¿Katniss, estás bien?, ¿por qué no te vienes con Paul y conmigo a casa? —Grace se acercó y le acarició el brazo—, preparamos algo de cenar y nos desahogamos un poco.
—No, gracias, en serio. Solo me apetece ver a Peeta, darle un abrazo y desconectar del todo.
—Claro, buena idea, hasta mañana.
—Adiós.
Su compañera, coordinadora del gabinete jurídico y una de sus mejores amigas en Londres, cogió la mano de su marido y desapareció, ella dio su dirección al taxista y se subió al vehículo con el peso del universo entero sobre los hombros. Dos días después del cumpleaños de Peeta, cuatro tras su sonada fiesta en Notting Hill, Sean O'Connell, el exmarido de Anne, una de sus clientas más antiguas, cogió un hacha, entró en su antiguo domicilio conyugal y degolló a su exmujer delante de sus dos hijas menores de edad.
Una verdadera carnicería en un bloque de viviendas de una de las zonas más deprimidas de Londres. Anne O'Connell había firmado el divorcio hacia tan solo un mes, tras dos años de denuncias contra su marido, órdenes de alejamiento y mediación familiar, que nunca sirvieron para nada y que habían motivado que ella iniciara un proceso de divorcio rápido y sin más contemplaciones.
Aún le daba escalofríos recordar a ese tipo amenazándola en su última cita de conciliación, en Elephant & Castle. Había sido aterrador, como aterrador era pensar que tal vez por su culpa ese individuo había optado por asesinar a la pobre Anne, cuando vio que el divorcio era irreversible y que no podía hacer nada por solucionarlo. Esa había sido su venganza, entrar en casa y matarla, tal como había prometido mil veces.
Una tragedia. Era la primera vez que se enfrentaba a algo semejante y les había tocado ocuparse de todos los detalles jurídicos del caso y también de los humanos, porque había dos niñas de por medio a las que proteger y poner en manos de sus familiares más cercanos, mientras se desataba a su alrededor una enorme expectación mediática. No en vano era el último caso de violencia doméstica que venía a engrosar una larga lista de casos similares en el Reino Unido, y todo el mundo quería detalles y hablar de ello.
Se habían pasado todo el día trabajando en esa zona de viviendas de Tottenham, tratando con la policía, los asistentes sociales, los sicólogos, la familia, los vecinos y solucionando detalles de última hora, pero finalmente habían logrado que Bridget y Margaret, las dos hijas de la víctima, desaparecieran del foco mediático y su tía materna se las llevara a Reading. Un primer paso para seguir con todo lo demás, pensaban personarse como acusación particular contra el asesino y procurar que se pudriera en la cárcel, así como conseguir pensiones y subsidios de todo tipo para que a las niñas no les faltara de nada. Incluso pensaban becarlas, a cargo del gabinete, para que continuaran sus estudios con total normalidad.
Tenían mucho que hacer, pero lo harían a partir del día siguiente, después de darse un baño, cenar y abrazar a sus familias. Estaban destrozadas, ella no había parado de llorar a escondidas, superada a ratos por ese inmenso drama que no había sido capaz de evitar, y aunque Grace y todo el equipo pensaran que a ese individuo no había fuerza humana que lo detuviera, no conseguía dejar de sentirse responsable.
En medio del drama llamó a Peeta varias veces pero él no contestó. Acabado "Hamlet" ya estaba inmerso en su nueva película, una cinta histórica que iban a rodar en Malta, con un director muy famoso y muy prestigioso que había decidido reunir todo el elenco en Londres para hablar del guion y hacer una "mesa italiana"3 pausada y tranquila, antes de viajar todos juntos a la isla mediterránea.
Él estaba muy entusiasmado con el proyecto, admiraba muchísimo al director y tenía pocos ojos para otra cosa, pero sabía lo que había pasado con Anne O'Connell, sin embargo, no cogía el móvil y antes de salir del despacho lo llamó y le dejó un mensaje pidiéndole que la llamara o que al menos fuera a casa temprano para cenar: "Mi vida, solo quiero verte, estar contigo y pensar en otra cosa, por favor, a ver si puedes llegar pronto", le pidió, pero seguía sin dar señales de vida.
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Oportunidades
RomanceEl amor propio, confianza, madurez y respeto son las bases para tu vida con tu pareja. ¿Cuántas oportunidades se deben de dar y recibir para vivir y disfrutar tu amor con tu otra mitad?