Único

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La oficina del director parece ser ahora cómo el segundo hogar para TaeHyung y HoSeok.

Ambos se encontraban sentados frente al escritorio del Sr. Choi. HoSeok llevaba una cortada en su ceja izquierda la cual aún brotaba un poco de sangre mientras que TaeHyung tenía su labio partido por igual y un notable moretón en su mejilla derecha.

Choi siguió analizando la postura de ambos estudiantes. Sus atuendos estaban completamente desarreglados y sucios. La expresión de ambos era dura, con su ceño completamente fruncido.

La tensión en el ambiente era muy notoria que sentía cómo se ahogaba entre esas paredes con ambos adolescentes.

—¿Quién empezó la pelea?

—Él —ambos dijeron al mismo tiempo.

Se apreciaba como la paciencia del Sr. Choi se iba poco a poco y ambos disfrutaban de eso.

—TaeHyung, explícame la razón de la pelea.

Se encogió de hombros en respuesta.

—Me molesta ver su ridícula cara.

HoSeok empuñó sus manos para no darle otro golpe ahí mismo. Lo detestaba. Su tan sola presencia jodía su existencia. No era sorpresa para todos que ambos se odiaran, el sentimiento era recíproco.

El directo soltó un suspiro ya cansado de la situación. Cada día era lo mismo con ambos, siempre peleando en los pasillos por cosas estúpidas. Ellos no eran compañeros, no entendía cómo empezaron estas peleas.

—HoSeok.

—Me irrita que respire de mi mismo aire.

El señor dio una ronca carcajada ante esa respuesta. Estos dos eran increíbles. No podía hacer nada más al respecto. Ya les ha hecho de todo. Han sido expulsados por varios días, castigados después de clases pero nada parece cambiar.

No había forma de que alejaran sus manos del otro.

Pensó un poco y se levantó de su asiento. Miró a ambos con una sonrisa.

—Se van a quedar encerrados aquí hasta que arreglen sus problemas —el silencio reinó—. Por favor, usen palabras, no golpes.

HoSeok fue el primero en negarse.

—¡¿Quiere que nos matemos?! No puede hacer eso.

Ignorando su cara enfurecida siguió caminando hacia la puerta murmurando para sí mismo: —Miré como lo hago.

La puerta fue cerrada y a los pocos segundos escuchó el cerrojo ser bloqueada.

TaeHyung se rió en su asiento. Disfrutaba joderle la vida a ese pelirrojo.

—¿De qué te ríes bastardo? —gritó HoSeok a su lado. Quería volver a terminar el trabajo de sus labios. Esa linda cara de Kim merecía ser jodida—. Cuéntame así me rio también.

Kim levantó la vista y sopló un beso para él.

—Pareces ridículo, nene.

HoSeok se tiró encima de su regazo pero para besarle con fuerza. Escuchó un quejido salir de los labios contrarios al hacer presión en su herida pero no le importó. Siguió con su trabajo acomodándose en él. TaeHyung no quedó atrás y apretó con fuerza su pequeño culo. Jadearon ante la fricción provocada por ambos miembros.

Sus camisas fueron retiradas poco después. La boca de Kim hacía maravillas alrededor del pezón de HoSeok. Succionaba, mordía y lamía hasta que quedara rojo en su totalidad. Sabía que a él le encantaba cuando lo hacía. Las uñas de HoSeok ardían en su piel por los rasguños. Eso solo daba a entender una cosa a TaeHyung; él quería más.

TaeHyung se levantó sosteniendo el cuerpo de HoSeok, con un brazo retiró cualquier molestia del escritorio del director para acomodarlo encima. HoSeok haló del cabello del otro para que escuche sus palabras con claridad.

—Jodeme como tanto me odias y bésame como tanto me extrañas.

Complacido, TaeHyung hizo caso a sus palabras y unió sus labios en un beso desgarrador. Sus manos se movieron a los pantalones de HoSeok para quitárselos junto a los bóxers. Hizo lo mismo con los propios para quedar piel con piel.

TaeHyung disfrutaba del calor que el cuerpo HoSeok proporcionaba. Así como HoSeok disfrutaba del de él.

Odiaban que se sintieran tan bien juntos, odiaban que se necesitaran tanto.

Gruñó cuando HoSeok tomó su erección entre su mano, empezando a masajearlo. Metió dos dedos en su cavidad vocal para humedecerlos y dirigirlos a la abertura del otro. HoSeok apretó su verga cuando ingresó los dígitos de un solo, sabía que podía aguantarlos.

Le fascinaba como las paredes anales se adueñaban de sus dedos. Sus movimientos fueron frenéticos, dentro y afuera. Cuando dobló los dedos HoSeok gimió fuerte, ahí estaba.

—Vamos, quiero tu verga dentro de mi.

Cuando por fin la gruesa erección de TaeHyung se deslizó dentro de él cerró sus ojos. Su cabeza cayendo hacia atrás. La verga de Kim lo llenaba perfectamente.

—Mírame —demandó TaeHyung. Quería que HoSeok mantuviera sus ojos en él. Quería que viera quién era la persona que lo hacía sentir de esa manera. Solo él podía joder su cuerpo y mente.

HoSeok obedeció y mantuvo su mirada en él cuando las embestidas empezaron a volverse bruscas. Movía sus caderas para encontrar cada golpe dentro de él. Cada vez más profundo, más intenso. Acercó una mano al cuello de TaeHyung para ahorcarlo. Sentía su pulso bajo su palma. Le calienta que él estuviera de esa manera por su causa.

Si los gemidos no eran escuchados, el golpeteo de pieles lo era.

Sus ojos nunca se apartaron del otro; "te detesto pero te necesito tanto" gritaban.

TaeHyung unió más sus cuerpos si eso era posible. Gimieron al sentir sus duros pezones rozarse entre si. HoSeok fue el primero en retirar su mirada para dirigirla hacia los labios ensangrentados de Kim. Pasó su lengua por medio de ellos, sintiendo el sabor metálico de la sangre. Mordió con fuerza y besó. En cambio, TaeHyung tenía un duro agarre en su cintura que para mañana sería un horrible hematoma. HoSeok sabía que era una manera de pintar su lienzo. Él era su lienzo y TaeHyung el artista.

—Más fuerte muñeco, estoy cerca —reclamó HoSeok. Unas fuertes manos subieron por su nuca hasta empujar su cara más cerca.

TaeHyung tomó una respiración profunda antes de volver a besarlo y aumentar el ritmo de sus caderas. Deslizó sus labios por la fina mandíbula de HoSeok cepillando toda la extensión con sus labios hasta detrás de su oreja; una débil parte de él. Amasó los tonificados muslos de HoSeok. Joder, esos malditos muslos lo volvían loco. Quisiera hundir sus dientes en ellos hasta dejarlos marcados. Lo único que pudo hacer en ese momento fue azotarlos.

—Jodeme bebé —Jung apretó su interior al venirse con esas palabras. TaeHyung gimió ronco antes de llenarlo con su semen.

Los cuerpos sudorosos trataron de calmar sus respiraciones, estaban completamente agitados después de llegar al orgasmo. La cabeza de TaeHyung descansaba en la curva del hombro de HoSeok dejando pequeños besos en él.

—Estamos tan llenos de mierda —trató de hablar HoSeok—. ¿Qué me hiciste?

TaeHyung se burló de ese comentario.

—¿Por qué me echas la culpa? Tú eres la persona que apareció para joderme la vida.

—Me alegra saber que es así —se quejó cuando su culo fue azotado con fuerza.

TaeHyung levantó la cabeza para poder apreciar lo jodido que se veía HoSeok con el cabello despeinado, el corte en su ceja y los labios bien besados. Aún jadeaba para recuperar aire.

—Jung, te quiero matar.

HoSeok ladeó su cabeza con una sonrisa. —Quiero verte intentarlo, precioso.

El odio no es más fuerte que la tentación y la lujuria y ellos eran una prueba de eso.






—Jhanosky

Detención; vhopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora