No creo en las casualidades

Capítulo I

Hola, quisiera compartir otra novela también de mi autoria, espero les guste ^^

En una hermosa tarde de verano, la señora Kim daba a luz a su primer hijo. Había esperado tanto tiempo por ver nacer a aquel retoño, que ansiaba conocerlo en persona. La madre quería tenerlo entre sus brazos y poder besarlo.

La mujer pujaba y pujaba, hasta que pudieron tomar la cabeza del bebe y sacarlo por completo del vientre. Le dieron la nalgada al niño y de inmediato comenzó a llorar, era un hermoso varoncito con peso y talla perfectos. Los pediatras cortaron el cordón umbilical y las enfermeras lo llevaron al cunero. Luego de algunas horas, el recién nacido y la joven madre fueron dados de alta.

Iban de camino a las afueras del hospital, cuando de la nada un hombre les sorprendió y cogió al niño entre brazos. Aquel hombre huyo con el pequeño, y ni los padres, ni los guaruras pudieron hacer algo para alcanzarlo; y como tampoco había policías cerca, nunca más volvieron a saber del bebe. Esto provoco un gran dolor en la madre, el cual seguramente no sanaría hasta ver de nuevo a su hijo con ella.

 

El pequeño a fin de cuentas fue abandonado en unas calles solitarias, donde ni siquiera una mosca se paraba. Este lloraba incesantemente, quizá tenía hambre, o quizá estaba demasiado arropado y tenía calor, cualquier cosa que tuviera nadie le entendería, pues estaba solo.

Agraciadamente, una mujer ya mayor paso por el lugar, había ido por el mandado y buscaba una ruta más corta para llegar a su casa, e irse por esa calle, creyó que cumpliría su deseo. Camino y en ello escuchó a alguien llorar, un llanto con esmero y frustrante. La señora finalmente noto el pequeño bulto en la banqueta a unos metros, camino hacia él y al verlo de cerca se llevó una buena sorpresa.

-Oh Dios… Pero quién es está criaturita?- se preguntó a si misma en un intento por agacharse y cogerlo entre sus brazos, al sentir el toque, el pequeño dejo de llorar- Te habrán abandonado u olvidado? … - ahora parecía preguntarle al niño, como si verdaderamente fuera a responderle- Yo creo que la primera no es posible para una mamá que ama a sus hijos.  Bueno, será mejor que te llevé a casa, aquí seguro no lograrás sobrevivir- Se lo acomodo en un brazo como pudo, y con la otra mano agarró las bolsas del mandado. Llegó a su humilde casa. Dejo las bolsas sobre la mesa y puso al bebe en la cama, le acomodo un par de cobijas alrededor para que estuviera más cómodo.-Te agrada?- le hablaba con ternura y amor- Tengo un poco de leche, la pondré a hervir y te daré un poco. Tú no te muevas!-

Al bebe parecía agradarle la voz de la anciana, pues se movía un poco al escucharla.

 

Ambas personas convivieron por mucho tiempo juntas, se llevaban muy bien. El niño, creció con la idea de que esa mujer era verdaderamente su abuela, y según lo que ella le contó, sus padres habían muerto en un accidente; pero a pesar de esto, el nunca resintió dicha ‘pérdida’, pues la abuela le daba tanto amor como 3 madres juntas, sin duda alguna para ella él era su nieto.

Desafortunadamente, como la señora ya era muy anciana falleció a los pocos años de ver crecer al muchacho. Tuvo que dejarlo en manos del destino a la edad de apenas 10 años. Sin poder seguir pagando la renta de la casa donde vivía la anciana, tuvo que irse a las calles a buscar un poco de comida y vivir como pudiera.

Conforme pasaban los días, su estado empeoraba y es que no conseguía un bocado, o lugar donde refugiarse, tenía que padecer los vientos del otoño y luego las heladas de invierno. Sin duda, para alguien de su edad eso sería traumante. Pero así como para su vida venían malas jugadas, también aparecían buenas cosas…

Era ya el frío invierno y la temperatura era bastante baja. Karime como todos los días, salía a vender la comida que había quedado del desayuno como lonches. Recorría las calles de la ciudad junto a su hermano Davesh, ambos niños de origen hindú.

Si les ha gustado, dejen su comentario ^^