• CAPÍTULO 15 •

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ES UN CAPÍTULO FUERTE.

Tocaré un tema serio sin ninguna burla hacia la situación, sé lo que sucede en demasiados países y quiero darle un espacio en esta historia para crear conciencia del daño que causa una injusticia como esta.

>Evan<

Lo intenté rodear con mis delgados brazos, pero parecía que nada lo tranquilizaba y eso comenzaba a angustiarme.

—Ramiro —Me subí encima de él sin dejar de abrazarlo, literalmente parecía un koala abrazado a un árbol inmóvil, el árbol que lloraba desconsolado—. Solo fue un sueño.

—No, no lo fue —Apretó la sabana de alguna manera molestó, me partía el corazón, ver a una persona "fuerte" destrozado por solo un recuerdo—. Daría todo lo que fuera porque solo fuese eso, un sueño.

—No quiero que estés así, intenta volver a dormir, que yo estaré aquí cuidándote.

[...]

Después de minutos donde solo existía el silencio logró quedarse dormido, me sentía preocupado por él, así que no lo deje y me acosté a su lado. Como pude me cubrí con una cobija e intenté cubrirlo.

Cuando por fin logré dormir, mis sueños no eran los mejores, todo me estaba atormentado, pero me sentía de alguna manera peor al saber que esta vez ninguno de los dos estábamos bien.

Mi noche fue larga a pesar de lograr dormir por algunos minutos, no estaba bien emocionalmente ni mucho menos físicamente.

—Ev —Ramiro no sabía que solo dos letras me llevaban a miles de recuerdos y aunque había prohibido que me llamaran así, en él era una situación totalmente diferente.

—¿Estás mejor?

Solo movió la cabeza con una sonrisa y me atrajo de la cintura, ¿han sentido un escalofrío recorrer todo su cuerpo y sentir que todos tus sentidos han sido anestesiados?

—Gracias —Tal vez no era la mejor persona, pero sabía cuándo alguien se sentía de una manera rota.

—Ramiro, ¿qué es lo que sueñas o qué es lo que recuerdas? —Dejó mi cintura y su vista se perdió en la pared detrás—. Si no lo hablas, nunca lo podrás sacar del corazón.

—No es necesario que mueva ese recuerdo.

—¿En serio? —Hice que se observará en un espejo que estaba en nuestro cajón— porque a mi perspectiva este no es el Ramiro que llevo conociendo más de cuatro meses.

—Estoy bien.

—No soy estúpido, estas del carajo y también siento que eso que estás ocultando —Señalé la zona de su pecho donde se encontraba el corazón— es un factor del porqué me dejaste de hablar y te alejaste.

—Es que no estoy ocultando nada —Se levantó y me dejo solo en la cama,

—¿Cómo murió tu hermana? —dije sin más. Él volteó hacia mí y por un momento creí que me golpearía, pero sabía que no era capaz.

—¡No vuelvas! —Su voz se quebró y me observó con enojo, se había volteado con tanta brusquedad que me quedé inmóvil.

—¿A qué? —Coloqué mi mano sobre su brazo, a veces era tan estúpido en mis actos, claramente Ramiro me ganaría en una pelea con solo un golpe—. Yo te he abierto mi maldito corazón para sentirme bien, ¿a caso no puedes hacer lo mismo?

—Lo tuyo es más fácil.

—¡Oh, claro!, ¡Llorarle a una puta tumba vacía mientras el cuerpo de mi padre se encuentra en alguna parte del océano! —Apreté los dientes y soporte las ganas de llorar—. ¡Es lo más fácil!

HASTA EL ÚLTIMO SUSPIRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora