Los bosques helados de Noruega, paisajes hermosos pero a la vez implacables, donde solo el más fuerte puede vivir. Aquí, donde los humanos rezan a Asgard, orando por la protección de sus dioses, un extraño camina sin rumbo fijo. El hombre porta en sus manos una espada, la cual usa para marcar los árboles junto a los que pasa y así poder encontrar su camino devuelta. Porta un ligero abrigo sobre si, algo que para un humano normal no brindaría protección suficiente contra el inclemente frío de la zona.
En sus pensamientos, el hombre recuerda la razón por la que se encuentra en ese lugar.
Flashback:
El hombre se encuentra a las afueras de su hogar, cortando troncos para tener leña, cuando una gran luz se hizo presente y una mujer apareció a sus espaldas.
- Hola Perseo-
- Hola Atenea- dice al darse la vuelta, para así abrazar a su media hermana- ¿Qué te trae por aquí? ¿Te ofrezco algo?-
- No es necesario gracias. Vengo a darte un encargo divino-
- Qué bien, ya me faltaba algo de acción ¿Qué es esta vez?-
- Hércules viajo al norte siguiendo a un monstruo, pero desapareció y no sabemos donde pueda estar. Nuestro padre quiere que vayas para investigar y traerlo de vuelta-
- Esta bien, yo me haré cargo-
Fin del Flashback.
En ese momento, la diosa le entrego un abrigo ligero y las sandalias de Hermes, con las cuales no tardo demasiado en llegar al lugar, más una vez allí, estas se desprendieron de sus pies, desapareciendo en un destello eléctrico. Perseo siguió caminando, hasta encontrar árboles destrozados y justo en medio de esto, un gran cráter. A parte de eso, muchos más signos de batalla, una batalla entre seres poderosos.
- ¿Hermano? ¡Hércules! ¡¡Hércules!!- comienza a llamar a su hermano, mientras en la copa de un árbol cercano, Jupiter lo observa. Por encargo del mismo Zeus, la majestuosa ave vigila al joven héroe, siguiéndolo sin ser detectada. Y entre los gritos de su protegido, siente en su ser una energía extraña, volando hasta el lugar de donde proviene, solo para encontrar a un hombre delgado pero musculoso, teniendo al descubierto el torso sin mostrar signos de hipotermia o algo parecido, revelando como su cuerpo esta lleno de tatuajes. El era Baldur, hijo del poderoso Odín y uno de los dioses más queridos entre los Aesir.
La deidad caminaba por los bosques, inspeccionando la zona donde la batalla entre Thor, su hermano, y Hércules tuvo lugar días atrás, para asegurarse de que ningún mortal estuviera herido en la zona. Estaba lo suficientemente lejos como para no escuchar los gritos del simi-dios. Mientras caminaba, noto en la copa de un árbol cercano la presencia del águila.
- Hola amiga, ¿Estas herida?- pregunta con amabilidad el dios, alzando su antebrazo para que el ave se posara en este, logrando sus garras penetrar un poco la piel del Aesir- Eres fuerte pequeña, extiende las alas- el animal obedeció, mostrando su envergadura y liberando sin darse cuenta, algunas gotas de un líquido extraño, el cual cayo sobre el dios sin que este lo notara - Parece que estas bien, ahora ve, continua con tu vida- dice antes de alzar un poco el brazo, a lo que Jupiter toma vuelo y se pierde entre los árboles. El amable dios se aseguro de que el animal volara sin dificultad antes de retomar su camino, ayudando a cuanta criatura encontrara, hasta escuchar un extraño sonido, algo similar a un gruñido. Siguió al sonido, el cual se repetía y hacía más claro conforme avanzaba, revelándose con un rugido monstruoso. Noto una silueta de tamaño humano tras unos árboles y al llegar al lugar, encontró a una bestia de dos metros, con distintos tonos de azul en el cuerpo y grandes cuernos sobre la cabeza y los brazos.
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Zeus: Desafiando a los dioses.
Science FictionDespués de los eventos de Hércules vs Thor, Zeus decide que es hora de demostrar que es el más poderoso de los dioses.