●C R I M I N A L● [Sanscest]

22

La noche era fría, la luna estaba en la cima de todo. Había salido tarde del trabajo, igual que siempre. Entró a su casa cansado, se quitó el abrigo y bufanda dejando salir un largo suspiro.

Va hacia la cocina, tenía sed; se sirve una taza de té. Camina al rededor de la sala, las luces de las calles atravesaban las ventanas así que no estaba totalmente oscuro. Se queda quieto en frente de la ventana, admirando las calmadas calles, toma un sorbo de su té.

— ¿Mal día en el trabajo?

— ¡Puta madre! —Casi deja caer su taza, si no fuera que logró sujetarla sin poder evitar derramar un poco del liquido— ¡Qué diablos, Nightmare!

— Buenas noches. —Enciende la lámpara que estaba en la mesa junto al sillón donde se encontraba sentado— Tal vez no debas hacer ruido, Lux debe estar durmiendo al igual que Dream.

— Es allanamiento de morada, ¡largo de aquí! —Susurraba/gritaba, a la defensiva.

— Claro, claro. —Suspira sin darle importancia a las palabras de su ex- ¿Recuerdas qué te dije la última vez?

— No sacaré a Ink del caso, Nightmare. ¿Crees que logrará descubrir la identidad de "tu chico"?

— Yo creo que ya sospecha, siempre ha sido así, solo espera a tener las suficientes pruebas. —Sonríe con nostalgia— Nunca se ha equivocado.

— ¿Por qué sigues buscándome?

— ¿Por qué no me has arrestado? —Sonríe ante la expresión del azabache mayor— Es divertido ver como internamente debates entre llevarme a la cárcel o dejarme libre, te gusta que te visite. —Se levanta, colocándose al lado del policía, observando las calles— A decir verdad... me agrada ver que estás feliz. Tienes una linda familia, Cross.

— Realmente amo a tu hermano. —No había seguridad en sus palabras.

— Por supuesto que sí, se ve que son una feliz pareja. —No evita poder reír, su cinismo era grande— Espero el día en el que tú te creas esa palabras.

— Lo hago.

— Claro, por eso es que dejas que me pasee por tu casa sin siquiera intentar sacar las esposas. —Su teléfono empieza a vibrar, lo saca de su bolsillo y contesta la llamada— ¿Qué?

— ¿Recuerdas cuando me dijiste que NUNCA dejara a Killer hacer algo estúpido?

— Sí.

— Está haciendo algo estúpido, ahora, tal vez. Se fue con negociadores de la ciudad del este para discutir sobre la mercancía.

— ¿Qué? —Trató de no gritar, a veces deseaba matar a sus subordinados—  ¿¡Por qué dejas que Killer-?! ¡Agh! —Cuelga de inmediato, iba a salir pero un agarre en su brazo se lo impidió—  ¿Qué-?

— ¿Te irás como si nada después de irrumpir en mi casa?

— Después vengo a darte el beso de buenas noches, Cross, debo evitar que maten a mi amante. —Al notar la sorpresa del mayor aprovechó su distracción y se logró liberar. Salió de la casa a paso rápido, corriendo un par de cuadras mientras que llamaba a Mustard para que lo recogiera con la camioneta.

Solo esperaba que al menos Killer no haya matado a alguien.

Diez minutos antes:

— Déjame ver si entendí. —El hombre de traje, quien a sus espaldas habían varios de sus guardaespaldas, apoyaba su cabeza sobre una de sus manos— ¿Ahora el tal Nightmare manda a uno de sus.. subordinados para hacer sus negocios?

— Mano derecha, diría yo. —Al frente del hombre se encontraba Killer, quien sacó el cigarrillo entre sus labios para poder hablar. A sus espaldas se encontraban Dust y Horror, lado a lado.

— Te usa como usaría su mano derecha, diría yo. —Algunos de los hombres se rieron, haciendo enojar a Killer.

— Bien, bien, amigo. ¿Tienes la mercancía o no?

— Depende, ¿tienes el dinero?

— ¿Crees que nos presentariamos a un negocio de drogas sin los bienes para pagar? —Habló Dust, sacando un maletín y poniéndolo sobre la mesa— No somos unos jodidos idiotas.

— Déjenme ver.

— Aquí esta to-. —Apenas abrió el maletín, mostrando la gran cantidad de dinero que había en este, se escucha como los guardaespaldas del negociador sacaban sus armas. Soltó un largo suspiro— Maldita sea.

— He escuchado sobre ustedes, la policía de su cuidad los buscan, al parecer son los mejores hombres de Nightmare. Me pregunto qué tanto pagará por volverlos a tener, sobre todo a ti, mano derecha. —Mira al de pupilas negras al igual que su cabello, él solo soltó una risa.

— ¿Quieres saber por qué somos sus mejores hombres? —Apoyo su cabeza sobre ambas manos, mirando de manera burlona al mayor.

— Bueno, obviamente porque tú eres su puta personal, ¿No es así, maric-?

Antes de poder acabar, los tres chicos sacaron sus armas, una en cada mano y empezaron los disparos.

Balas cayeron al suelo al igual que los cuerpos que caían y se inundaban en un charco de sangre, gritos se escuchaban por el lugar junto a las risas de esos desquiciados.

Al terminar el trabajo, y con algunos cuerpos moribundos en el suelo, Killer dando lentos pasos se acercó al jefe de esa banda, quien estaba en el suelo retrocediendo por el miedo.

— Me pregunto qué dirán tus amigos cuando se enteren que una puta te mató. —Ríe y sin esperar respuesta estuvo a punto de apretar el gatillo, para poder disfrutar como la sangre salpicaba sobre su ropa.

— ¡Killer, gran idiota! —Volteo y se encuentra con su jefe, quien, junto a Rasp y Mustard a cada lado suyo, se acercaba con furia hacia él.

— Hola, jefe. —Sonrió pero por dentro moría de nervios.

— Hate, espero que perdones este inconveniente. —El azabache asintió repetidas veces— Ahora, vete, luego coordinaré contigo para el próximo negocio. —Con algo de dificultad el contrario se levantó y salió corriendo de ahí, junto a algunos de sus hombres quienes a penas pudieron levantarse— Killer.

— Mira, sé que dijiste que no debería meterme con los negocios, que de eso te encargas tú y yo con el cargamento pero ¡Saliste en medio de la noche sin siquiera decirme a dónde! Ya me hago una idea de a dónde fuiste, así que no me puedes culpar por encargarme de algo que era tu responsabilidad. —Se cruzó de brazos, tratando de mantenerse firme.

— ¡Yo iba a cancelar esta reunión y programarla para el próximo miércoles! ¿¡En qué diablos pensabas-!?

— ¡Ellos se lo buscaron! -Sintió como su jefe lo tomaba de los hombros, haciendo que ambas miradas se conecten.

— ¡Te pudieron haber matado!

—  ¡No me subestimes! ¡¿Y qué si muero?!

— ¡Porque eres importante! —Quedó todo en silencio— Al igual que los demás, solo- vamonos. Si vuelves a hacer otra estupidez como esta-

— Te preocupes por mí~ —Inclinó su cabeza mostrando una gran sonrisa de burla, conteniendo sus risas.

— Cállate. —Soltó sus hombros y empezó a caminar— Suban a la camioneta, Dust, toma el maletín. Ya vamonos de aquí.