Le advirtieron, sin embargo ahí estaba con su mejor vestido aquel de color vino que tanto le gustaba a el, esperando que dieran las diez, emocionada hasta que se percató que ya era tarde y no llegó.
Se intentó convencer que solamente se atraso, que tuvo un problema, un accidente o cualquier cosa, no aceptando el hecho de que estaba con otra, olvidado la promesa que se habían hecho la mañana de ese mismo día.
Sintiéndose una tonta, triste y decepcionada subió al piso de arriba a empacar sus maletas y lágrimas amargas bajaban por sus mejillas mientras que al mismo tiempo fuertes sollozos descaradores salían de su boca
Y...
Se fue para no volver jamás.