Capitulo 93

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Lara.

Anastasia me tomo del brazo antes de bajarme del carro para ir al aula de clases. Ya era la mañana del miércoles y ya todo iba de mal en peor al recordarme de mi moto.

–Tranquila que yo te llevare al trabajo todas las veces que necesites Lara.- dijo.

Yo asentí y me baje. Pero a mi no me afectaba como ir al trabajo, para eso existían los taxis.

A mi me afectaba perder uno de los regalos que mas me recordaba a mis padres.

Tenia dolor de cabeza, mi cara estaba demacrada. Parecía un zombie. Ni siquiera sabia por donde iba o por donde pisaba.

En la mañana habia ignorado las llamadas de mi madre y de Matt. Solo quería guardarme esto para mi.

Entre al salón, sin muchas ganas y me senté. No sabia si quiera que haría con el examen hoy, del cual no estudie nada.

Revise mi teléfono unas mil veces, sin tener actualizaciones de nada. Solo para ignorar a las personas que pasaban a mi alrededor. No quería hablar con nadie.

Luke paso por un lado y al ver que no tenia intenciones de hablar solo me saludo

El profesor entro con las pruebas en mano, en el preciso momento que la hoja toco el pupitre, entro Santiago.

Llegaba tarde.

El profesor lo reprendió y el se disculpo, sentándose en su puesto.

Mire los techos, las paredes, el piso. Buscando respuesta a la prueba. Así que comencé a inventar. Bueno a escribir lo que sabia o lo que creía saber.

Quería esconderme debajo de una roca. No era mi día para nada.

Al momento del break fui una de las ultimas en entregar. Gracias a Dios, este seria el único examen de hoy.

Me fui a esconder entre los lugares de mantenimiento, no me quería acercar al comedor como siempre. Todos los días Anastasia y yo nos reuníamos en el.

Pero preferí meterme en el sitio de mantenimiento y quedarme ahí. Como era de esperarse estaba solo, así no tendría que socializar con nadie.

Y cuando termino el día de clases salí rápidamente del salón y Anastasia ya me esperaba en el carro.

–No preguntare por hoy, porque ya vi como entraste.- dijo mientras encendía el carro.

–No hay mucho que contar.- Y era así, solo quería estar en un lugar a solas donde no pudiera hablar con nadie.

La hora del almuerzo la tome para ir a mis clases de esgrima. Antes del trabajo.

Fue lo necesario para liberar la frustración que ya se estaba convirtiendo en un martirio para mi.

Aléjate o déjate llevarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora