Crash Landing On You

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Conduzco por las calles de Seúl, es noche cerrada y las calles parecen estar llenas de gente y vida, como de costumbre aunque sea un día de entresemana. Miro al frente, costumbre que he desarrollado a lo largo de los años sin preocuparme de los coches que van en los carriles cercanos. Tengo la cabeza llena de ideas, no puedo dejar de darle vueltas a todo.

Estos días parecen una montaña rusa entre todas aquellas cosas que tengo que hacer y que me dejan sin tiempo para pensar mucho en mi, algo que agradezco en cierta manera.

Hago un giro brusco y me meto por una de las bocacalles dispuesta a acabar con esto lo mas antes posible porque hoy no tengo las ganas ni la paciencia para montar un circo.

Aparco enfrente del bar justo al mismo tiempo que un coche gris de alta gama del que se baja uno de los actores más reconocidos de Corea. Su nombre es Cha Sang-u.

Hago una señal a uno de los porteros del restaurante para que me cuide el coche y subo las escaleras sin ni siquiera mirarle a la cara.

Las puertas de cristal se cierran tras nosotros al entrar.

El tacto de su mano sobre mi brazo me frena en seco, y me giro para mirarle

Soy plenamente consciente de que uno de los guardias saca el móvil para hacernos un par de fotos pensando que no puedo verlo.

Cambió totalmente el gesto impasible de mi cara y fuerzo una sonrisa mientras le miro. Lleva unas gafas de sol para no ser reconocido y un abrigo largo negro.

No es la primera vez que le veo esta semana, y no será la última.

Las fotos de mis citas con Cha Sang-u pasan lentamente en la pantalla de mi oficina. En un coche, en un parque dando un paseo o en un restaurante comiendo. En todas ellas aparezco con la cara difuminada pero eso no va a ser un problema. Toda Corea va a reconocerme.

-Si, la historia saldrá dentro de poco, a las siete de la mañana.- uno de mis directivos ejecutivos expone en la televisión de plasma delante de mi equipo de trabajo toda mi relación con Cha Sang-u mientras analiza las fotos que nos han tomado durante esta semana.-Le dije al de Despatch: "cogerse de la mano no es estar saliendo pregúntele a cualquiera."

Sentada en el sillón no presto mucha atención a la reunión, tengo que concertar varias citas esta semana para reunirme con promotores y lanzar una campaña para mis nuevos productos por lo que busco tiempo en mi móvil al mismo tiempo que oigo la conversación de fondo.

-Si se fija, no van de la mano. Usted lo coge de la muñeca.- señala la foto de la noche anterior en el restaurante, donde se puede ver claramente como Cha Sang-u me coge la muñeca sonriente en las escaleras de la entrada.-Le dije: "no están saliendo" y lo negué categóricamente. Hemos quedado en que son dos buenos amigos y que les gustan las bromas.

Le miro levantando una ceja. Es rechoncho y gesticula exageradamente y se asusta al sentir mi mirada sobre él.

-¿Consideras eso una broma?- digo señalando con las cabeza la imagen presentada en pantalla. Apoyo uno de mis codos en el sillón dejando caer la cabeza en él. Antes me resultaban graciosas este tipo de situaciones, ahora me aburren.

-Sí. Les dije que son buenos amigos y que suelen tontear así. O sea que suelen pasar así el rato.

Le miró durante unos segundos antes de echarme a reír a carcajada limpia.

Mi equipo formado por aproximadamente diez personas giran la cabeza lentamente hacia mí clavando su mirada en mi cara sin saber que están presenciando.

Paro de golpe, y cambió el semblante a uno más serio.

-Muy bien, éramos íntimos. Pero eso se acabó.- me llevo las manos a la cara para quitarme unas lágrimas invisibles. Suspiro y me siento correctamente en el sillón cruzando ambas piernas.-Bueno, ya ha pasado y esta todo bien, pero ¿puedes hacer algo con lo del difuminado?