Por fin terminaron las clases y recogí lo más rápido que pude mis cosas para irme de allí. Al salir del edificio vi a los chicos en el coche y me dirigí hacia ellos. Antes de atravesar el patio una mano tiró de mí. Cuando me dí cuenta, estaba cara a cara mirando a Ryan.
- Oye, ¿cuándo te viene bien quedar para hacer el trabajo? - me preguntó.
Se me olvidó por completo. La querida profesora de francés (nótese mi gran ironía) nos mandó un trabajo de presentación. Tenía que escribir veinte cosas de mi compañero de mesa.
- Pues tengo toda la tarde libre, pero…
- Perfecto te veo luego - me interrumpió.
Antes de que pudiera reaccionar, Ryan se fue.
Llegué al coche y me metí dentro. Los chicos me siguieron y ya estábamos de camino al piso.
- Bueno hermanita, ¿qué tal el primer día? - me preguntó Dallas mientras entrábamos por la puerta.
- Bueno… Mi compañero de mesa es Ryan.
- ¿Qué? - exclamaron todos a la vez.
Solté la mochila en una esquina y me senté en el sofá mientras los demás me seguían.
- La verdad es bueno. Si no supiera lo del supuesto asesinato me caería bastante bien - comenté.
- Eso lo hizo conmigo al comienzo de las clases, después dejará de aparecer por allí. La verdad no sé cómo pasa de curso - me dijo Jeremy.
Después de un rato me fui a mi habitación. Me tiré sobre la cama y me quedé pensando en todo lo que había pasado con el supuesto asesinato. No me podría comportar como si Ryan fuera un criminal porque él no sabe lo que yo sé y tampoco sé si él es de verdad el culpable.
Pasó el tiempo y yo no podía dejar de pensar en el maldito chico. Decidí quedarme mirando la calle con su rutinario ajetreo a través de la ventana. Minutos más tarde apareció un Mercedes negro que me impedía ver cómo jugaban los adorables gatitos de la vecina (pues sí que me aburría). Indignada me levanté y estuve a punto de irme del cuarto cuando mi móvil comenzó a sonar.
- ¿Diga? - pregunté.
- Bájate, tenemos que trabajar - me ordenó una voz familiar.
- ¿Quién eres? - temiendo la posible respuesta.
- Asómate por la ventana - me dijo la voz.
Me asomé por la ventana y vi sentado encima del capó del Mercedes a Ryan con el teléfono pegado a la cara.
- Vaya suerte de coche - murmuré.
- ¿Te gusta? - me preguntó Ryan.
Mierda no había colgado.
- Ahora bajo.
Miré otra vez por la ventana y vi a Ryan que me saludaba con la mano. ¿Cómo ha conseguido la dirección de mi dulce hogar?
Cogí una libreta para los apuntes y la guardé en mi bandolera. Salí de la habitación directa a la puerta principal. Al ver que no había nadie me alegré un poco. Desde luego no quería tener la típica discusión con el hermano mayor de ¿por qué sales con tíos que probablemente sean asesinos?
Salí del edificio y vi en frente el coche de Ryan. Crucé la calle y me acerqué a él un poco asustada.
- Hola - le dije.
- Ya estás aquí, nos vamos.
- ¿A dónde exactamente? - pregunté un poco atemorizada.
- Pues al sitio donde suelo hacer los deberes.
Antes de que me diera tiempo a preguntar algo más, se metió dentro del coche y lo imité sentándome en el asiento del copiloto.
Después de unos quince minutos de viaje sin decir palabra, paró el coche delante de una casa casi camuflada por los árboles del jardín. Nos bajamos y en vez de entrar en la casa me guío por un pequeño sendero que se introducía en el pequeño bosque que rodeaba a la ciudad.
Andamos unos minutos manteniendo un silencio incómodo hasta que llegamos a una pequeña cabaña.
- Ésta es mi zona de trabajo.
- ¿Aquí? Normalmente los padres quieren a sus hijos cerca cuando hacen los deberes- comenté extrañada.
- Bueno, mi familia no está aquí y la casa que vimos al principio es de mi tía.
La cabaña por dentro era acogedora. Nos sentamos uno al lado del otro en una pequeña mesa de madera y sacamos los cuadernos para comenzar con el trabajo
- Bueno comienza tú preguntando - me indicó mientras me miraba fijamente.
- Vale, pues… ¿Cuál es tu animal preferido?
En serio tenía delante a un chico perfecto y lo que se me ocurre es preguntarle cuál es su animal favorito
Me miró con una sonrisa en mi cara y mi incomodidad aumentó.
- ¿Y el tuyo?
- Bueno… Es el lobo - le dije. - Pero te lo pregunté a ti.
- Pues el lobo también.
Lo miré y se encogió de hombros, decidí apuntar la respuesta en francés.
- Vale me toca - me indicó. - ¿Playa o bosque?
- Bosque.
- ¿De verdad? - me dijo en mitad de una carcajada. - Eres la primera chica que escucho que dice bosque.
- Bueno mi respuesta es más original.
Después de mi comentario compartimos una pequeña risa.
- Me gustan las cosas originales.
Lo miré confundida pero no obtuve respuesta.
Pasó un rato y sólo faltaba una pregunta. No tenía ni idea de qué preguntarle. Lo único que se me ocurriría eran preguntas sobre el accidente.
- ¿Sabes algo sobre el accidente de la farola?
Mierda, tuve que sacar el tema. Yo y mi bocaza.
- Pues sí que había oído algo - me dijo mientras sus ojos se volvían más brillantes. - Me da la sensación que sabes algo que yo no sé.
- Bueno… No creo, soy nueva aquí.
- ¿El sábado estás libre?
Me acababa de preguntar se quedaba con él. Me quedé un poco sorprendida.
- Bueno, no lo sé. Ya te llamaré. Será mejor que me vaya
Me levanté para dirigirme a la puerta. Fui a girar el pomo pero él me agarró y tiró de mí. Me estampó suavemente contra la pared y nos quedamos uno en frente del otro. Demasiado cerca.
- ¿Vendrás? Pensaba enseñarte el bosque.
Se acercó un poco más y nuestros labios casi se rozaban.
- Ahora que lo dices, me acabo de dar cuenta de que estoy libre - comenté casi tartamudeando.
Dios mi corazón iba a estallar.
- Vale, ya te avisaré. Será mejor que te lleve de vuelta.
Al decírmelo se aparta de mí y se dirige a la puerta. Este chico me provocará un infarto.
- Ah y ¿tan nerviosa te pongo? El corazón te latía muy rápido.
¿Cómo es que lo había oído? Tan fuerte latía.
Decidí no contestarle y él sólo me dirigió una mirada profunda. Salimos de la cabaña y nos dirigimos al sitio donde se encontraba el coche.
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Siento el retreaso pero ya tenéis aquí el capítulo 5 espero que os guste :D
Info foto: Jeremy
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Alfa y Omega
Hombres LoboForest Hill, la nueva ciudad en la que vive Madison, es tranquila y normal hasta que el camino de esta chica divertida y curiosa, choca con un misterio. El chico que comparte la mesa con Madison hace que despierte una tremenda curiosidad en la chic...