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No, literalmente Akashi se ha vuelto loco por un juego, precisamente por un personaje de dicho juego.
Antes de Love Game, Akashi podía perfectamente dejar el cargador de su teléfono en casa y no sufrir por ello, porque en realidad nunca se quedaría sin pila con el poco uso de su teléfono en la escuela.
Antes de Love Game, fue un milagro si las manos de Akashi sostenían por lo menos un momento su teléfono por un breve segundo.
Antes de Love Game, Akashi prestó total atención a la clase en lugar de pensar e impacientarse por el término de esta, solo para poder tomar de nuevo su teléfono.
Antes de Love Game, las prácticas sin teléfono celular eran el peor momento para Kise.
Antes de Love Game, Akashi jamás pensó que se pondría a discutir con sus amigos, porque definitivamente su Kouki era mejor que Yukio-cchi, Kagami-kun, Takao, Ryo o Muro-chin.
Antes de Love Game, jamás pensó en sentirse tan feliz solo porque un programa computarizado que tomó la forma de un niño de ocho años le preguntó cómo fue su día o solo lo llamó, lo alimento y jugó con él.
Antes de Love Game, antes de Furihata Kouki, Akashi pudo perder todo, todos pudieron perder lo que tanto amaron y a su familia.
Pero sea lo que sea que lo llevó a ese juego, sea lo que sea que programo o hizo a Furihata de la manera en que es ahora, Akashi está más que agradecido.
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