Capítulo 13

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Elliot depositó un suave beso en la mejilla de Abey.

Ella hizo una línea fina con sus labios.

-¿Estás bien? -preguntó él.

-Sí -se limitó a responder ella. Últimamente sólo respondía con monosílabos, "sí", "no".

-Abey, han pasado días. Por favor, vuelve a ser tú.

Ella se encogió de hombros.

-Soy la misma Abelia Callister de siempre. Pelirroja, cachetona y malhumorada.

Elliot rió sin ganas.

-Ambos sabemos que tú no eres así -añadió rápidamente-, me refiero a malhumorada. Extraño a la pelirroja, cachetona y curiosa chica que conocía hasta hace dos semanas.

El sonido del celular los detuvo.

Ambos sabían quién era, el único que tendría el número celular de ella.

Ella se acercó al celular, que se encontraba en la esquina de la habitación, encima de un mueble.

Abelia tomó el teléfono, y como si fuera necesario, leyó el nombre en pantalla.

"Luke"

Intercambió miradas con Elliot.

Sin esperar mucho, contestó.

-¿Qué? -se limitó a decir.

-Abey, lo siento -escuchó a través de la línea.

-Si es todo lo que tienes que decir, no vuelvas a llamar ¿Entendiste?

Alejó el teléfono y colgó.

Volvió a escuchar el mismo molesto sonido.

-¿Qué?

-¡Lo siento, maldita sea! Lo siento, Abelia, me equivoqué. Te necesito, y sé que sólo soy un tipo malhumorado, tonto y quizá te vaya a meter en problemas, pero te necesito. Te necesito más que a nadie, Calabacín.

-Quizá debiste pensar en eso antes -contestó con los labios temblorosos-. Quizá no haya segunda oportunidad.

-Sé que debí hacerlo, y también sé que sí la habrá.

-¿Cómo puedes estar tan seguro, después de todo lo que me dijiste?

-Porque sé que tú también me necesitas. Me necesitas casi tanto como yo a ti. Por favor...

-No. No, no y no -contestó seguidamente-. Tienes razón en casi todo, Luke, pero no puedo seguir así; no.

-Abey... cometí el peor error de mi vida, ¿Está bien? Vuelve.

-Lo siento. No llames de nuevo -colgó el celular.

Elliot seguía mirándola con curiosidad.

-¿Qué fue todo eso? -preguntó mientras se acercaba más a ella.

-Nada... -se limitó a responder.

-¿Lo dejarás ir sólo así?

Abelia lo miró fijamente y nego con la cabeza.

-No.

-Entonces... ¿Qué haremos?

-Perseguirlos -respondió Abelia mientras se ponía la cazadora.

***

La Corte de hadas era enorme. Abarcaba alrededor de cien kilómetros.

Abelia y Elliot se encontraban en la última gradería, asegurándose de pasar desapercibidos.

In the Darkness (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora