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◜🌪⋆彡ᵎ ִֶָ life is too cruel. if we cease to believe in love, why would we want to live?
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━━━━━━ ❨✩❩ morgana ༉
SOLÍA PENSAR EN ELLA A MENUDO. En sus rizos morochos y su mirada penetrante. Su egoísmo y sus traiciones. La amenaza que era en contra de sus amigos. Y aún así, después del torbellino que llegó con ella, no podía dejar de pensar en Katherine Pierce. Katerina Petrova en ese entonces cuando se habían enamorado.
¿Estaba mal? Definitivamente. ¿Katerina usaba a un viejo amor para conseguir lo que quería una vez más? Indudablemente.
Siglos atrás se toparon con la otra, y después de un tiempo Morgana le reveló su pasado. Se había convertido en vampiro milenios atrás, siendo de los primeros vampiros de la línea sanguínea de Elijah Mikaelson, pero sobre todo, siendo la hereje original de toda la historia. Siendo Morgana ella de las historias sobre hechiceros y brujas. Le contó sobre su amistad con los Mikaelson a lo largo de los años y cómo en algunos de esos años, fue aprisionada por el híbrido con una de las dagas en su pecho.
Para su sorpresa, Katerina no temió ser traicionada por la vampiro, entregándole su confianza y amor al poco tiempo. Hasta que volvió a huir, alejándose de ella.
Actualmente, en el siglo veintiuno, Morgana resistía a sus sentimientos por Katerina, a sus insinuaciones y provocaciones. Aquel día, era el peor de todos, topándose con Caroline Forbes, la rubia que nublaba su juicio y que había admitido sus sentimientos por ella.
Morgana quedó muda, huyendo con velocidad vampírica con la idea de analizar su corazón, cuando se encontró con Katerina a la entrada de su casa y con una sonrisa gatuna.
—No hables —espetó, sobando su sien—. No lo intentes.
—¿No le has contado a tu equipo maravilla que tenemos un pasado aún? —se descruzó de brazos, mirándola de pies a cabeza—. Ha sido un secreto por un largo tiempo, por lo que veo.
—Al diablo, me voy —giró sobre sus pies para encaminarse en la dirección contraria, pero Katherine se interpuso en su camino de un parpadeo.
—No corras —pareció afectada, antes de disimular—. No te escondas. Has huido de mí por un largo tiempo.
—Kath, ahora no, por favor... —suplica, agotada.
—¿Kath? Vaya, eso me trae recuerdos —su sonrisa gatuna apareció nuevamente, acercándose un paso a ella.
—¡Alto! Yo no fui quién huyó siglos atrás —grita, desesperada por dejar salir sus sentimientos—. ¿Está bien? ¡Yo no soy quién está manipulando y confundiendo a un viejo amor para conseguir lo que quiero! Dios, Katerina, tantas mañanas me he despertado confundida. En mis sueños te hago lo que sea que quiera. Y Caroline... Caroline no intenta jugar con mis emociones.
—No puedes hablar en serio —frunció el ceño—. ¿Caroline? No son tus verdaderas emociones. Y no te estoy manipulando, corazón.
Suspiró, golpeando su puño contra su muslo. —Mira, mis emociones están al desnudo. ¿Es lo que quieres? Me están volviendo loca. Justo ahora no siento vergüenza, sí, Katerina, aún siento cosas por ti, al igual que siento cosas por Caroline. Mi corazón está gritando a todo pulmón por ti, pero mi cerebro te está rehuyendo.
—No tengo miedo de enfrentarlo —admite, encogiéndose de hombros—. A través de estos siglos no he dejado de pensar en ti, te necesito más de lo que quisiera. Demuéstrame que no sientes vergüenza de verdad.
—Entonces, ¿No me pedirás que traicione a mis amigos? ¿Que te diga sus planes en tu contra? —con rabia, cortó la distancia mirándola directo a los ojos—. ¿Los ponga en contra del otro?
—No será necesario, mientras no intenten nada conmigo —condiciona.
—No quiero que sea así ahora —bufó para ella misma—. Está bien, imagina que logramos estar juntas, así que estamos ahí, ahora es real, ahora que me tienes, ¿Todavía me quieres? ¿No soy una venganza? ¿No me dejarás botada? —acercó sus labios a los de la mujer, con una mirada hipnotizante antes de retirarse abruptamente—. Mis besos son historia, se remontan un largo tiempo atrás.
—Sigues siendo la misma traviesa brujita —se relamió los labios, mirándola como si quisiera contener las palabras que diría a continuación—. Olvida tus sentimientos por Caroline, estoy cansada de amar a alguien que no es mía.
Morgana se queda pasmada, mirando esperanzada a Katerina. —Nunca me habías dicho que me amabas —murmura, recuperando su sonrisa.
—Entonces, corazón —se inclinó a ella, porque pese a tener la misma estatura la morocha se encontraba usando tacones—, solamente hay pulgadas entre nosotras. Quiero que cedas, hay tensión entre nosotras y justo recuerdo cómo quitarte tu tensión.
—Tan solo quiero ceder —suspira, con gusto—. Y no me interesa si soy perdonada, siempre puedo hacer más amigos. Como lo he hecho todos estos siglos.
—Esa es mi chica —sonrió como si hubiese conseguido su objetivo, envolviendo su brazo alrededor de la cintura de la castaña y plantando un beso cariñoso en sus labios.
