Atrévete a mi (Bubbline)

Capítulo 15

Atrévete a mi - capítulo 15

Ignoro la hora que era, pues lo único que sabía era que  mi cabeza estallaría definitivamente en algún momento. Espero que ese momento no sea pronto porque tengo hambre y antes de morir, me gustaría comer alguna parte importante del refrigerador.

Estoy en mi habitación así que deduzco que Jake y Finn me vinieron a dejar luego de que tomara  todo lo que había en el bar y como consecuencia de ello dejara mi dignidad en aquel mesón. Bueno, estaba triste así que tomé más de la cuenta. Espero no haber hecho un show más grande que el que hice cuando Keyla me pateó. No, definitivamente nada podría haber sido peor que aquella vez.

La peli negra se levantó y notó que había una bufanda de Bonnibel en sus manos. Supo que era de su ex jefa debido al color, a lo que costoso que se veía y fundamentalmente al hecho no menos importante que el perfume que emanaba dicho pañuelo era el mismo que usaba su ex jefa. Lo quedó mirando fijamente sin entender por qué razón estaba ahí. 

- ¿Qué...qué demonios...? - se preguntó la peli negro una y otra vez mientras sentía como el dolor de cabeza y de cuerpo comenzaba a hacer estragos en su se - mentira que fui a su casa...y le robé...¿Por qué le habría robado? Eso no tiene sentido, además por qué robar una bufanda cuando puedo robar ropa interior...- se quedó callada unos segundos y meditó lo que acababa de decir junto con la evidencia que tenía en sus manos - esto solo puede ser efecto de la resaca – se decía a si misma mientras se iba al refrigerador, encontrándose con su tío.

- ¿Pudiste hablar ayer con la señorita Glum? - preguntó el hombre preocupado como interesado en el tema.

- No...Simon...ayer fui a beber a un bar, no fui a encontrarme con ella - explicó - ¡me duele tanto la cabeza! - dijo mientras se la agarraba y con la otra mano sacaba hielo para beber agua.

- Sé que fuiste al bar...pero ella vino para acá y te estuvo esperando – Y tras decir esto, Marceline se calló unos segundos y luego volvió a mirarlo.

- ¿Qué!? - preguntó nerviosa - ¿Dices que Bonnibel vino a verme?! 

- Eso digo, ella vino muy tarde y yo me iba a ir a dormir así que le dije que se encontraba en su casa, fui a eso de las 3 de la mañana a buscar mi vaso de leche a la cocina y ella ya no estaba, pero tu estabas durmiendo, así que asumo que si hablaron...o al menos que sí pudo verte ¿No te acuerdas?

- No puede ser - desvió el rostro - con lo ebria que estaba posiblemente le debo haber dicho una estupidez...- lo meditó una vez más - pero y eso qué?! Ella no está interesada en mi...así que da lo mismo - le sonrió a su tío - pero gracias por avisarme - besó su mejilla y se fue a su habitación a hibernar. Tomó su celular y vio un mensaje.

"Estás con Bonnibel?! Aún no llega a casa...estoy a punto de llamar a la policía"

Era Grumosa. Posiblemente había hablado con Bonnibel pero no recordaba absolutamente nada, además estaba triste y enojada, no debió haber salido nada bueno de ahí. Volvió a acostarse nuevamente, no tenía trabajo ese día así que aprovecharía de descansar de aquella terrible resaca.

La peli rosa se encontraba en su oficina mientras revisaba unos informes clínicos. Le había mandado un mensaje a Grumosa, luego de haberse ido de la casa de la peli negra había decidido irse al hospital para continuar trabajando, llevaba ya unas 7 horas trabajando y se mantenía despierta con café. Había esperado algún mensaje de Marceline, sentía que a estas alturas su ex novia por contrato debía estar despierta, por lo que asumió que no le escribiría ningún mensaje. Suspiró y comenzó a poner música clásica, porque si ponía cualquier tipo de música con letra, por más banal que fuera, le terminaría recordando a su amada Marceline.