♥ Tres largos meses ♥

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Ya casi se cumplían tres meses desde aquella vez en el hospital, la última vez que se vieron y se besaron. No se llamaban a diario como prometieron ya que estaban seguros de que harían una tontería que acabaría mal.

A la que llamaban a diario era a Annie, querían una respuesta, querían verse antes de que que su necesidad fuera urgente. Pero nada. Las ganas de verse se veía irrompible.

Ya ni el Instituto les ayudaba, vacaciones de verano....para ellos un claro infierno.

Decidió llamarla de nuevo.

- ¿Sí? -  contestó

- ¿Sabes algo? -  preguntó

- Eren por Dios!!, esta es la tercera vez que me llamas en sólo una hora, no, aún no sé nada! -  dijo ya un poco cansada

- Entiéndeme.. -  suplicó.

Annie frunció el ceño y suspiró.

- Sí te entiendo, pero aún no le dicen nada a mi hermano -  justificó

Justo cuando dijo eso, la puerta se abrió y él entró. Miró a su hermana y asintió al escuchar con quien hablaba.

- Y es frustrante, deseo verla y también deseo una respuesta que parece nunca llegar -  se desesperó

- Eren... -

- ¿Qué? -  preguntó de forma desquiciada.

- Tu respuesta llegó -  dijo

La impaciencia lo consumió y se quedó callado, esperando que hablara.

Reiner comenzó a escribir algo en una nota, para que en el proceso Annie lo leyera.

- Para hacerlo voluntariamente el cuchillo o el bisturí debe de estar caliente a temperatura corporal y hacer un corte a la altura del hombro en el cuello para después abrir la herida?...ok, eso y sacarlo con el mismo utensilio -  hizo una pausa y cerró los ojos conteniendo la extrañeza de la situación y lo enterado.

- Entiendo, ¿nada más? -  preguntó al parecer más calmado

- Por lo que escuchó accidentalmente, el esa cosa debe caer en un lugar cálido para que no se den cuenta de que lo...sacaste -  concluyó

Eren asintió y suspiró, calmado.

- De acuerdo, gracias, yo le digo a Mikasa lo que sabemos -  dijo y colgó de inmediato.

Annie lo llamó, tratando de evitar que lo hiciera pero ya había colgado.

- ¿Lo hará de verdad? -  preguntó

La chica lo miró con obviedad.

- Por su puesto que sí, esos dos harían cualquier cosa para estar juntos -  y sonrió con discreción.

~ ~ ~ ~ ~

Estaba en su cama, sentada, abrazando sus rodillas y escondiendo su rostro en ellas, se sentía sola y triste, con la gran necesidad de llamarlo ya que los últimos dos meses no se hablaron como lo prometieron porque sabían que al escuchar sus voces cualquiera de los dos iría corriendo hacia donde están, lo que los metería en problemas.

Se sentía vacía y lloraba algunas veces, recordándolo todo, principalmente aquél momento en el hospital, la soledad la abrumaba.

Ella no llamaba tanto a Annie, sabía que tenía que esperar pero la paciencia no era lo suyo, trataba de aguantarlo, soportarlo hasta que llegará el día pero

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Ella no llamaba tanto a Annie, sabía que tenía que esperar pero la paciencia no era lo suyo, trataba de aguantarlo, soportarlo hasta que llegará el día pero...parecía imposible.

Salió de sus pensamientos al escuchar el sonido del celular, llamándola.

Al ver el nombre de Eren en la pantalla su pulso aceleró y sus ojos se cristalizaron. No dudó en contestar.

- Hola -  dijo

- Hola -  respondió  - ¿Cómo estás? -

- Bien, estoy bien y tú? -  preguntó

Un corto silencio los acompañó.

- Bueno, también estoy bien pero, no hay día que no te extrañe y piense en ti -  respondió, sincero y con una sonrisa triste

- Igual yo... -  respondió

Eren sonrió y asintió, comprendiendo.

- Te llamaba para...decirte que te extraño, y que te amo cada día más mi amor -  dijo con dificultad al recordar la distancia

Las mejillas de la azabache comenzaron a mojarse por pequeñas gotas de sal.

- También te...te extraño y....te amo, demasiado -  dijo con voz rota.

Al ver un rayo de luz entrar por la orilla de la cortina decidió levantarse y cerrarla.

- Mikasa, antes de que hagas algo más... -  le dijo, ella se detuvo a escuchar   - Voltea hacia la ventana...justo donde estás -  dijo

Eso la tomó por sorpresa e hizo caso a lo que dijo, viéndolo entrar en el patio pastoso mientras sonreía y la miraba.

Su corazón aceleró, sus lágrimas cayeron con más peso pero ahora de alegría y sorpresa, verlo de nuevo hizo que sus labios temblaran como la primera vez que lo vió.

- Puedo pasar ¿Verdad? -  dió más pasos.

Sus ojos plata recuperaron su brillo.

No podrás....escapar de mi 🔪😍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora