Se sentía extraña rodeada de tres alfas, uno de ellos puro.
Nunca pensó que ir a la casa de Lisa significará tal incomodidad, sobre todo si ambos alfas le veía con una sonrisa pintada en el rostro mientras tomaban sus manos.
Solo había ido porque Lisa la invito a comer chucherías y ver una película de terror llamada "voraz", la alfa había insistido debido a que se decía que la película podía hacerte vomitar del horror, he incluso compro bolsas, pañuelos y varias botellas de agua así como un cepillo de dientes extra por si acaso.
— La están incomodando —habló la alfa pura mirando a ambos progenitores, el leve aroma de Jennie gritaba la palabra nervios por todos lados, aunque posiblemente sus padres no podían detectarlo muy bien—
— Es la primera vez que nos presentas a una amiga —habló la mamá de Lisa rondando alrededor de Jennie examinado a la omega— y a parte omega, estamos sorprendidos —dijo la mujer, su marido a su lado asintiendo—
— De todas maneras la asustan, más si la rodeas como si fuera una presa —bufo la alfa, había pensado seriamente en presentarles a Jennie porque había mencionado sin querer que tenía una amiga, sus padres se habían emocionado e invito a Jennie a pasar el rato haciendo nada mas que holgazanear en su habitación—
Claro, había omitido que era omega.
— Es muy bonita y tiene buenas caderas, nos dará buenos nietos —volvió a hablar la madre, en ese momento el rostro de la omega se puso rojo como si en algún momento fuera a explotar— ¿serán novias no? —pregunto con una sonrisa traviesa viendo a su hija jalarse los cabellos de desesperación— ¿o ya lo son? —
Su padre en cambio veía a la omega sin emitir palabra pero con una sonrisa plasmada en el rostro y sus manos entre las suyas, asintió soltándola como si aprobara algo y luego fue a abrazar a su hija.
Jennie vio interesada esa reacción, parecía ser el más cariñoso de los dos y tenía un aroma algo suave para ser alfa, su madre en cambio tenía un aroma dominante que la mareaba un poco, no al nivel de Lisa, pero si bastante fuerte.
Sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando sintió a alguien levantarla sin esfuerzo y se vio colgada como un saco de papas escaleras arriba.
Claro, la alfa celosa que buscaba su atención siempre que la ignoraba.
Sin poner resistencia dejó que la llevara a donde sea que quisiera, como por ejemplo a ver la dichosa película que también había comprado.
— No debí de haberte traído — Jennie escucho a la alfa refunfuñar y podía asegurar que tenía un puchero—
— Si lo dices por tus padres no te preocupes, son lindos a su manera, solo estaban emocionados —se alzó de hombros aunque no pudiera verla, la escucho abrir una puerta y lo siguiente que ocurrió fue ella llenándose del aroma a sándalo, pomelo y ylang ylang en la habitación de Lisa— en tu casa estas sin supresores ¿verdad? —
— Normalmente si, pero ahora que estas aquí me tomare uno —dijo la alfa mientras la acomodaba en la cama y se giraba hacia la mesita de noche, tomando un frasco de pastillas se dispuso a abrirlo—
— Me gusta tu aroma natural es algo exótico, no tienes que tomar un supresor —contestó la omega antes de que la alfa tomará una pastilla— a parte toda tu habitación huele a ti —se alzó de hombros gateando hasta tomar una almohada que olio y se enredó en las sábanas aún abrazando a la almohada—
— Pareces un bollo relleno — Jennie escucho la risa de la alfa quien había dejado las pastillas en su lugar— ¿te puedo comer? —preguntó acercándose peligrosamente a la omega—
— Ño —negó haciendo un puchero y rodando en la cama enredándose más, y sin medir bien el tamaño de la cama, la omega terminó cayendo en un golpe seco del que la alfa se reía a carcajadas— ¡mi cabeza! —dijo tratando de zafarse sin lograrlo, se había atorado en la sabana— ¡ayúdame Limario! —
Aquello solo logró que las carcajadas de la alfa continuarán hasta provocarle tos, demasiado ruido para la omega que seguía enredada sin poder zafarse de las sábanas.
— Espera un poco, enseguida te levanto —dijo la alfa una vez su risa se detuvo, tomó su teléfono y se acercó a tomar una foto mientras limpiaba una lagrima traviesa que había huido de su ojo debido a la risa—
— Borra eso Lalisa —se quejo la omega mientras sentía como era levantada y puesta en la cama—
— Claro que no, sales bien —dijo mientras jalaba bruscamente una esquina provocando el giro rápido y veloz de Jennie—
Quedando de cara contra el colchón escucho nuevamente las risas de la alfa.
— Por mucho que me guste tu risa, no deberías burlarte de mi Limario —dijo gimoteando ante la alfa que la ignoraba logrando que le prestará atención—
— Quiero mimos —anuncio la otra tirándose a su lado, la omega, arrastrándose perezosa para acercarse más la jalo del brazo para enterrar su cabeza en su cuello y comenzar a acariciar su cabello, obteniendo un suspiro satisfactorio también se vio rodeada por los brazos de la alfa alrededor suyo— si sigues así me voy a dormir —aviso la alfa sin dejar de acurrucarse en ella—
— Yo también tengo sueño —bostezo enredando sus piernas con las ajenas— juguemos a ver quien duerme más —dijo recibiendo una suave risa como respuesta, abrió los ojos mirando a la alfa— ¿o vemos la película con tu kit de vómitos? —
La alfa tenía una mirada llena de cariño por ella, sintiéndose cohibida volvió a cerrar los ojos fingiendo que no la vio.
— Jennie —llamó la alfa tocando su mejilla, abriendo los ojos volvieron a conectar miradas provocándole un sonrojo— te quiero mucho —la alfa sonrió como una niña pequeña apresándola entre sus brazos con fuerza—
— Yo también te quiero —respondió aun con las mejillas sonrojadas dejando un beso en la mejilla de la alfa— pero no me aprietes tanto — dijo soltando otra risa, la alfa se acercó a juntar sus narices en un beso esquimal para luego dejar un pequeño beso en sus labios, sin dejar de sonreír escondió su cara en el cuello de la omega dispuesta a dormir.
La quería mucho.
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Baby ©
FanficLa novia de Jennie era un alfa pura que no gustaba mucho de seguir pautas, probablemente tampoco ponía atención a lo que eso significará. No estaba en contra de eso, Jennie estaba dispuesta a cuidar a su alfa.