Un campamento escolar, ¿bonito verdad?. Pues así era.
Los estudiantes de la Academia PK iban a disfrutar de un bonito campamento de verano, bonito.
Pues no era bonito para Kaido.
Pero por favor, ¡Pónganse en sus zapatos! Pasar una semana entera con tu crush a quien intentas olvidar no es fácil, principalmente por dos razones:
1. Kaido no le dijo a nadie que le gusta Kuboyasu, por lo tanto ningún amigo lo ayudaría a evitarlo, básicamente tendría que poner excusas para no salir con él, cosa que no hacía, ya que, no quería que el más alto sospechara.
2. Tenía que pasar todo el día con él. Y cuando decía todo el día, era todo el día.
Literalmente dormían en la misma habitación, cuando desayunaban lo hacían juntos, ambos compartían amigos, tenían gustos similares, y lo peor: ¡Aren era el único que soportaba sus idioteces! Por más que intentara juntarse con otras personas, siempre lo terminaban molestando por sus gustos.Esa era en realidad, una de las cosas por la que comenzó a enamorarse de su amigo.
Kuboyasu siempre apoyo sus locas ideas, por más fantasiosas que sean, él siempre estaba ahí fingiendo entenderlo, solo para ver feliz a su amigo.
Lo peor, es que por mas tonto que suenen los relatos de Kaido, Aren siempre le prestaba atención en cada palabra, cosa que enamoraba aún más al de menor estatura.
Obviando el hecho de que Kuboyasu es malditamente caliente, esas eran algunas de las razones por las que Shun lo amaba.Volviendo al tiempo inicial: Kaido comenzó a tener una crisis.
No sabe ni como, pero con su grupo de amigos, tanto hombres como mujeres, estaban jugando a la botellita.
¿En qué consistía? Básicamente era sentarse en ronda con una botella en medio, dos personas la hacen girar, y las personas que la botella seleccione se besarán. Un juego típico para adolescentes de su edad.Todo sería muy divertido si no hubiera visto a Aren besarse con Aiura ¿¡Por qué el mundo le hacía eso!?
¿Acaso los dioses no veían los ojos llorosos de Shun reteniendo las lagrimas?Para calmarse, fue a beber agua. Repasó mentalmente lo que acababa de pasar, era solo un juego, no hay de que preocuparse ¿verdad?
Volvió a la habitación de las chicas, y se sentó en la ronda, pasando desapercibido.
Todo se volvió silencioso para él, hasta que sintió a alguien agitándolo, era Yumehara, quien señaló el centro de la ronda, donde se observaba a la botella apuntándolo.
- ¿C-con quien debo besarme? - Mencionó con un ligero rubor.
Exactamente ese es el momento en el que su mundo se cae.
Así es, se tenía que besar con Aren.
Kaido Shun era muy reservado para las cosas "Románticas".
Cosas simples como abrazos o besos, eran un completo tabú para él, provocando que a sus 16 años aún no haya dado su primer beso.Creyó que iba a ser divertido ver lo que el destino le preparó, básicamente quería tener su primer beso ahí, pero nunca, literalmente nunca, se imaginó que sería con su crush.
Se empezó a poner nervioso, simplemente no sabía el como reaccionar cuando observo a su mejor amigo acercarse lentamente hacia él.
Antes de besarse, Aren le susurró unas palabras:
- Lo siento.
¿Lo sentía? ¿Por qué? No tuvo tiempo de hacerse esas preguntas ya que sus labios chocaron con los del contrario.
Siempre imaginó como sería besarse con el más alto, pero jamás creyó que sería así de hermoso.
Se sentía bien, sus labios eran suaves. Se notaba la experiencia de Aren con los besos, ya que lo hacía perfectamente.En menos de tres segundos, se separaron.
Tres segundos.
Solo tres segundos fueron suficientes para provocar en Shun una ola de sentimientos.
Luego de eso, se besaron un par más y decidieron ir cada uno a sus habitaciones, ya que era tarde y bueno, tenían sueño.
Cuando estaba a punto de salir, recordó las palabras de Kuboyasu "Lo siento", quería preguntarle respecto a eso.
Cuando se dirigían a su habitación, agarró de la muñeca al pelimorado, y se aseguró de que el resto estuviera lejos.
- ¡Hey Shun! ¿Sucede algo? - Preguntó despreocupado.
- ¿Por qué lo sientes? - Ni él supo cómo logró que las palabras salieran tan claras de su boca.
- Oh, ¿te refieres a lo del beso? - Tras el menor asentir, continuó - Pues, me habías dicho que nunca diste tu primer beso, y bueno - tomó una pausa - probablemente no querían que yo lo fuera. - terminó con una leve risa.
En ese momento el cuerpo de Kaido perdió el control, se empezó a mover solo, logrando abrazar a Aren.
- ¿Shun?
- Me gustó - interrumpió al más alto - me gustó el beso.
Su cara estaba a punto de explotar debido al sonrojo, tenía a su favor que las luces estaban apagadas ya que era tarde, además de que al estar escondido en el pecho del pelimorado, este no lo podía ver.
Todo era silencio, hasta que escuchó una leve risa ¿se estaba riendo de él?
No quería levantar la cabeza, no quería mirarlo, ¿por qué se metió en eso? Si simplemente se hubiera ido a dormir en vez de jugar con el resto nada de eso estaría pasando.- A mi también me gustó, Shun.
¿Qué?
Levantó su cabeza tan rápidamente que su vista se nubló, ¿acaso era una broma?.
Observó los ojos del contrario para asegurarse. Estos eran muy brillosos, no había ningún rastro de mentira en ellos.- Al parecer no lo entiendes pero, me gustas Shun. - Al ver que el pequeño no respondía, prosiguió - Hum, entiendo si no te gusto, podemos seguir siendo amig-
Fue interrumpidos por los labios del peliceleste.
Este beso fue diferente al anterior, en este realmente se mostraban sentimientos.
Sus labios se complementaban muy bien, ambos eran suaves y delicados.
La experiencia de Aren guiaba al menor, haciendo que de a poco se fuera relajando.Cuando sintieron que se quedaban sin aire, fue cuando se separaron.
Ambos se miraron a los ojos, un rubor se notaba en las mejillas de ambos.
- ¡Hey! ¡Ustedes dos! - Gritó Nendou asomándose desde la puerta de la habitación. - ¿Van a venir o qué?
Aren y Shun se miraron antes de que el más alto respondiera.
- En un rato iremos, no nos esperen. - Mencionó con una sonrisa.
Luego de que Nendou cerró la puerta, siguió hablando.
- ¿Qué tal si vamos a caminar por la playa?
- Si nos atrapan estaremos en problemas Aren. - Por alguna razón, se sentía relajado. Era extraño ya que, segundos antes su corazón estaba a punto de explotar.
- ¡Vamos, Shun! Creo que tenemos varias cosas de que hablar, ¿verdad? - Dijo mientras guiñaba un ojo, provocando un ligero sonrojo en el contrario.
- E-esta bien, ¡Pero a las doce volvemos! - El pelimorado asintió con una sonrisa.
Luego de una larga caminata por la playa acompañada de una charla, risas, y una extensa sesión de besos, ambos volvieron al hotel, a las tres de la mañana.