Como x2.

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Como dije, no soy buena para tomar decisiones y esta no fue la excepción.

Camine sin rumbo durante horas, ya no habían arboles y todo se había vuelto muy húmedo, de pronto caigo, ruedo sin detenerme, algo me pincha y siento como si me desinflara, no duele pero entro en pánico, me había roto, de todas maneras no quería ser comida, ya no importaba, como si nunca hubiese pasado sigo caminando sin rumbo alguno, supongo que como en las películas me iré encontrando gente, me haré su amiga e iremos juntos en este camino sin fin.

No paso, nadie llego, ahora tengo miedo, empezó a hacer frió, justo cuando pensé que no me encontraría nada, me encontré con una extraña cosa, no era una fruta ni una persona, era un circulo con un degradado de verde en el centro y blanco en las orillas, algo lindo de ver, pero parecía que estuviese agonizando, como si el frió lo matase, lo pensé y decidí ir a ver que le sucedía, otra vez mis decisiones no son las acertadas, el solo se movía y decía que tenia frió, sin pensarlo agarre unas hojas y lo cubrí, no tuve un contacto directo con el pero era tan cálido que llegaba a ser reconfortante, le hable pero no respondió, me quede a su lado, parece algo ilógico pero había algo que me atraía, como si me llamase, a la vez tenia curiosidad por tal cuerpo extraño que jamás había visto, el día llego, las mandarinas tienen el sueño profundo así que no me di cuenta cuando el sujeto se movió, empece a buscarlo persistente no podía irme sin saber que o quien era, poco después pude localizarlo, en una esquina en el piso, me miró y no dude en preguntarle; "¿quien eres?", "¿quien eres tu?", replico, "una mandarina y tu?", "soy Fungi, un Penicillium" respondió claramente, y yo pensé para mi ¿que me acaba de decir?, solo asentí y me di medía vuelta, Fungi dio un chillido en respuesta y luego dijo "mandarina, ¿a donde vas?", "me voy, ¿no es obvio?", "quédate un rato, tengo hambre, podríamos comer juntos", era fácil decirle que no, pero yo también tenia hambre y una sensación de soledad que pronto quería llenar,  me quede a comer con él, "tu no eres una fruta, ¿es así?" pregunte curiosa, "no, soy un hongo", como puedo describir lo que sentí, miedo, nada más que eso, ¿moriré?, ¿acabo de firmar mi sentencia de muerte?, rápidamente me aleje, el hongo como si leyera mis pensamientos dijo "espera, no soy malo, no hago daño incluso los humanos me pueden comer y ocupar como medicina, me he juntado con frutas antes y no les ha pasado nada, créeme" ¿era eso cierto?, ¿debería creerle a un hongo?, no me había hecho nada hasta ahora, "esta bien" dije confiada, es hora de conocer el mundo.

Empece a llevarme bien con el hongo, me dijo que estaba solo, no tenia a nadie igual que yo, sentía comodidad cada vez que estaba cerca de el, era como si me llenara, él era tan alegre y caballeroso, no era como el naranjo dulce desconsiderado, me elogiaba y hacía sentir bien, espero que esto nunca acabe.

La venganza de la mandarinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora