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La bocina de un vehículo sonó, Wilhemina miro hacia la puerta y me adentre en una lucha con llegar primero y tratar de salir de casa viva. Venable se asomó por la ventana.

— No puede ser... —Dijo mirando a la persona que se podía ver perfectamente dentro del vehículo, Cate. —Blanchett —Susurraron esos labios color carmesí, su vista se coloco encima de mi y evito que yo saliera hacia afuera. — ¿Es enserio? —Pregunto tomándome de la cintura, su respiración estaba tranquila pero sus músculos no, sentí la leve presión de sus manos sobre mí.

— Solo tomare un café. —Conteste como si yo le debiera alguna explicación a ese ser.

— Piensa muy bien lo que haces, si sales por esa puerta te tendrás que a tener a las consecuencias.

— Wilhemina... —Susurre tratando de calmar sus celos

— No, decide. —Dijo quitándome mis manos de su cara.

¿Qué podía hacer? Afuera estaba Cate no podía dejar, así como si nada, ella tenia que entender que detrás de todo esto también tengo una vida y no voy a detenerla solo por ella. Bese su mejilla.

— Te elijo a ti, pero ahora tengo un café pendiente. —contesté y salí de la casa dejando a Wilhemina en otro mundo, en otro tiempo y espacio.

Lo mas probable es que ella no me lo perdone jamás, pero luego me ocuparía de mi amor... El auto de Cate era blanco, pequeño y perfecto para una mujer como ella. Me abrió la puerta del copiloto y me recibió con una bella sonrisa.

— ¿Cómo estás? —Pregunto y beso mi mejilla.

— Bien ¿Tu?

— Bien, ¿A dónde quieres ir? —Dijo para luego arrancar el auto.

— A donde tu quieras. —Me sonrió por ultima vez y comenzamos el viaje.

Me quede pensando en Venable, aunque mantenía una conversación con Cate era imposible no pensarla y me arrepentía seriamente de haberla dejado en la nada. Fui una perra en pocas palabras, apoye mi cabeza en el respaldar del auto, mi celular hizo un sonido, lo mire y tenia un mensaje de Nick. "Pasare por ti a las 20, estate lista." Contesté con un bueno y desvié la mirada hacia Cate.

— ¿Novio? —Pregunto al darse cuenta que había tomado mi móvil.

— No.

— Que suerte. —Susurro, muy bajito.

Ignore aquel acto de gloria para ella, su auto era pequeño, tenia un pequeño oso de color blanco colgado en el retrovisor, me pareció algo gracioso ¿Quién tiene un oso como decoración en su vehículo? Detuvo su auto enfrente de una cafetería que mis ojos desconocían, creo que estábamos bastante lejos de casa porque nunca había venido para este lugar. Me baje del vehículo, el ambiente era abrigado por una capa de luz solar..

Nos sentamos en una mesa al lado de la ventana, una muchacha tomo nuestros pedidos y se alejo para volver a trabajar, del otro lado de la calle había una tienda de ropa, de donde la gente entraba y salía.

— ¿Alguna vez viniste aquí? —Pregunto, desvié mi vista hacia ella, no había notado lo bella que se encontraba esta mañana. Llevaba una camisa blanca, un saco del color amarrillo y unos pantalones de vestir del mismo color, ¿No tendrá frio?

— No, es la primera vez.

— Vas a probar el mejor café. —La gente se piensa que puede conquistarme con el café y si es cierto... —El que venden en la institución es rico, pero este es muchísimo mejor, no es una marca conocida —con las yemas de sus dedos acaricio delicadamente mi mano. —Y estoy segura que te encantara.

Más Allá De NosotrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora