El Chico del Bus ~TaeMin & tu~

Parte 4.

Jugueteaban entre ellos: chocaban hombro con hombro, la chica reía descontroladamente por cosas que él le decía al oído, él le acariciaba la mano entre las suyas; a mis ojos parecía que estaban teniendo una… Perfecta cita.

Se me revolvió el estómago y mi mente se lleno de imágenes de las mil y un formas en las que aquella chica pueda morir… Desangrado, un disparo que le atraviese el corazón, un “pequeño” accidente automovilístico… Sacudí mi cabeza, tratando de alejar aquellos horribles pensamientos… Pero, muy tentadores a decir verdad…

“¡Ya basta!”, me grite a mí misma, “¡Estás viendo cosas que no son! Porque… No son novios, ¿ve-verdad?” ¡Mierda! Hasta mi subconsciente lo cree así… ¡No! ¡Contrólate! ¡Le estás deseando la muerte a alguien que ni siquiera cono…!

Mis pensamientos se detuvieron al ver como él la abrazaba por los hombros con su brazo derecho mientras sostenía con la mano izquierda la mano de ella, y le dio un beso en el dorso de la mano mientras ella le sonreía entre divertida y enternecida por aquella acción…

¡A LA MIERDA TODO! Yo quiero la cabeza de esa chica en mi pared como trofeo…

Una estúpida y loca idea se me ocurrió…

¿Y por qué no seguirlos y vigilar que esa orca no se lo coma?

Al meditarlo un poco, caí en la cuenta de que me estaba volviendo loca por un chico que apenas y sabe que existo y que no conozco de nada…

Pero todo pensamiento lógico se fue por el drenaje cuando los vi levantarse, a punto de salir.

El instinto le gano a la razón y fui detrás de esos dos…

No pasó mucho tiempo cuando llegaron a una especie de cafetería, entraron y yo me quedé paseando como boba por la entrada hasta ver que se sientan en una mesa apartada de un salón donde había niños jugando, entré y me di cuenta de que había un segundo piso, decidí que lo mejor era espiarlos desde arriba y camine en zig-zag hasta la escalera y subí, me senté estratégicamente en una mesa en la que podía ver directamente a aquel hermoso chico… Y a esa, aunque estaba de espaldas, así que no podía verle la cara.