[One Shot]
Sumiko Kamado, una dulce y bondadosa chica que tiene que lidiar con los piropos e intentos de coqueteos de las gatas rompe hogares que intentan quitarle a su esposo, Zenitsu Agatsuma.
Zenitsu estaba esperando a su bella esposa de amarrar su cabello, la Señora Agatsuma al ver la mirada de su esposo en ella le dedica una sonrisa que enternece más el corazón del rubio, aún no puede creer que Sumiko Kamado fuese su esposa, aún recordaba cuando se le declaró, fue tan patético ya que todo lo que tenía planeado no salió como esperaba aunque la burdea decidió darle una oportunidad como su pareja. El tiempo pasaría y ambos estuvieron más enamorados que nunca, luego de dos maravillosos años el rubio lo propuso matrimonio a la Kamado quien indudablemente aceptaría.
El hombre de ojos ámbar al recordar todo aquello no pudo evitar reirse ligeramente ya que en verdad, adora su suerte por ser capaz de estar con Sumiko cómo su esposa.
Sumiko: Todo bien amor ¿De que te ríes, me quedo mal la cola? -Preguntaba revisando con su manos el amarre de su cabello.
Zenitsu: No, no, tú siempre te ves perfecta solo recordando algunas cosas -Comentó alegre cosa que luego Sumiko le da un beso en la mejilla para seguir caminando.
Sumiko y Zenitsu estaban paseando por el pueblo, el rubio al ver que disponían de un día libre lo quiso pasar totalmente con su esposa. Ya que últimamente han tenido misiones por separado cosa que desalentaba al rubio quien ya se acostumbro a la compañía de su esposa en todo momento.
Sumiko: Bien cariño, ya deberíamos irnos -Comento la Señora Agatsuma volteando a ver a su esposo.
Zenitsu: Tan pronto? podemos llegar un poco más tarde -Dice el rubio para evitar que el paseo termine rápidamente.
Sumiko: No, debemos llegar y así ayudar en la finca -Responde la burdea.
Zenitsu: Solo quiero que divertirme contigo amor -Expresa el rubio insistiendo en quedarse
Sumiko: Pero nos divertimos en la finca -Dice la burdea ya que para ella es lo mismo.
Zenitsu: Vamos, linda por lo menos permíteme estar más tiempo a soñar contigo para así poder apreciarte... Todos los días trabajando y cuando estoy lejos de ti, no hay nada más que espere con ansias que sea volver a estar contigo y no hacemos muchas cosas juntos como pareja -Comentó con total sinceridad el Agatsuma logrando sonrojar a su esposa.
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Aunque no solo fue la única en ser cautivada por las palabras del rubio. Las mujeres de alrededor lograron escuchar las palabras del rubio a la burdea y estaban fascinada por lo sentimental que era el esposo de Sumiko.
Sumiko quizás no tenía la audición de su esposo pero era capaz de oír los murmullos de las chicas en su alrededor aunque ser chismosa no es de ella le fue inevitable sentir como las demás desprenden ese olor a envidia, a alegría, de enamoradas.
Zenitsu: Bueno, está bien tu ganas, volvamos a la Finca -Dice el rubio para así tomar la delantera.
Sumiko al ver cómo varias mujeres se le quedan viendo a su esposo Como si fuera un instinto se aferra a este y lanzando miradas agresiva aquellas mujeres que se encontraban cerca de su esposo.
