7.2 Eventos sociales

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7.2 Eventos sociales

Odiaba ese tipo de fiesta. Preferiría mil veces tener una fiesta con sus amigas que pasar otro rato ahí, en tacones, con vestido apretado y una sonrisa falsa en el rostro.

Este año era peor, Eiji la seguía a cada paso, no la dejaba sola nunca, le tomaba la mano, la tomaba de la cintura, le acariciaba el rostro y ella no podía más que sentir asco y seguir sonriendo.

Tenía dos contratos de modelaje para la siguiente estación, más la estúpida campaña de cremas LOVE. Simplemente no podía aceptar más trabajo porque el día no tenía más horas, pero a los empresarios eso les importaba poco y continuaban halagándola como si eso fuera a cambiar su parecer.

Para su fortuna Neji no había tenido la oportunidad de acercársele, estaba molesto, podía sentir su ira a kilómetros de distancia ¿y como no? Había aparecido un buen día tomada de la mano del chico que mando a enterrarle un cuchillo... y no se había dicho nada.

Pero era lo mejor, en seis meses ella recuperaría su vida, su privacidad y podría sacar a Eiji de su vida y seguir con.... No, no, claro que no ¿Cómo iba Naruto a perdonarla después de lo que le hizo? Y si le explicaba la verdad... quizá la odiaría aún más así.

—¿Hinata? —dijo Eiji sacándola de sus pensamientos—. ¿Vino? —preguntó mostrándole la copa.

Hinata bebió con tranquilidad. Eiji comenzó a hablar sobre lo increíble que le parecía la "fiesta" y que la mesa de dulces estaba deliciosa. Hinata se esforzó en no poner los ojos en blanco, todo en él era falso. Completamente falso.

—Te ves preciosa —dijo Lee comiendo un panquecito mientras se acercaba a ella.

Hinata sonrió, al fin alguien a quien no detestaba le estaba hablando.

—Gracias Lee... y tú... bueno, no deberías dejar que Neji siga escogiendo tu ropa — dijo riendo.

Lee asintió—. Es la última vez, lo prometo.

Hinata entonces recordó que no había presentado a su pareja—. Eiji, Lee, Lee... Eiji.

Lee le dio la mano a Eiji cortésmente y volvió de nuevo su vista a Hinata—. ¿No te han dejado ni un momento sola, he?

Hinata rio, Lee hablaba de los empresarios... y de Eiji, aunque el joven no lo pudiera notar.

Hinata negó—. No podría atender a nadie más, aunque quisiera.

Lee asintió, comprendió—. Yo me retiraré temprano hoy, pero ¿los veré mañana en casa de Sakura, cierto?

Eiji, por supuesto confirmó su asistencia.

—Déjame darte un abrazo, hace mucho no te veía —dijo Lee extendiendo los brazos. Extrañada, Hinata correspondió el abrazo—. mañana quiere hablar contigo, en el jardín... tú sabes donde— le dijo en un susurro.

El corazón de Hinata dio un vuelco, por supuesto que sabía donde, por supuesto que sabía quien enviaba el mensaje. Con discreción miro a Naruto, el joven rubio platicaba con Sasuke y un empresario de cabello azulado. Naruto logró mirarla y formó una diminuta sonrisa.

Lee la saltó y se despidió cortésmente de Eiji para salir de la sala. Odiaba esas fiestas. Las odiaba con toda su alma... pero al menos... se sentía rodeada de la gente que amaba.

En una esquina Shikamaru y Temari compartían pequeñas risas tontas, Tenten, Ino, Kiba y Sakura platicaban en una mesa, Shino y Sai hablaban sobre política e incluso su primo disfrutaba en silencio de la compañía de Kakashi, Kurenai y Asuma en una mesa alejada del centro.

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