—¡No me lo puedo creer! —Sujetó las piernas de Aida y le cambió el pañal mientras hablaba por teléfono con Grace—, es que no puede ser.
—Hija, lamentablemente es verdad.
—Recurriremos y montaremos el pollo, hay que convertir este caso en algo mediático, Grace, no pueden dejar a ese tipo suelto —sonrió a la niña y ella le hizo una pedorreta con mucha saliva.
—Su abogado alega que lo hizo bajo los efectos del alcohol y la cocaína, está diagnosticado por el forense como esquizofrénico, se agarran a eso y lo dejarán en la calle o en el mejor de los casos lo mandarán a un centro siquiátrico.
—No puede ser... —levantó a Aida y se la comió a besos mientras le dejaba el chupete—, algo haremos y voy a la vista, estaré allí dentro de tres semanas, convenceré a mi madre para que se venga conmigo a Londres. No pienso quedarme quieta viendo como dejan a Sean O'Connell libre, no debemos permitirlo.
—Estamos con el recurso.
—Además hay que avisar a la prensa, hacer algo de ruido, organizar una manifestación en el juzgado.
—Eso dicen las chicas, que hay que organizar una sentada o algo parecido, pero ya les he dicho yo que sin ti por aquí me da mucha pereza meterme en esos berenjenales.
—Llamaré a Rachel y hablaré con ella para hacer carteles y organizar una convocatoria a través de Twitter y Facebook, también llamaremos a las ONG de ayuda a la mujer maltratada, a los sindicatos y a las asociaciones vecinales, a toda la prensa, montaremos un pequeño escándalo y estaré allí para acompañaros, no te preocupes.
—Ay Katniss... —Grace se echó a reír—, ¿cuándo vas a volver a casa?
—Estoy en casa —rio con amargura, de hecho añoraba muchísimo Londres, especialmente el gabinete y empezaba a plantearse seriamente la idea de volver en un futuro por allí.
—Hemos organizado todo para tener guardería en septiembre, ahora somos mayoría las madres con niños pequeños, podrás tener a Aida a un paso y te necesitamos.
—Y yo a vosotras pero... no sé... de momento cuenta conmigo para organizar el bullicio, mañana por la mañana llamo a Rachel y lo coordino con ella, lo importante es hacer ruido, convertir el caso de Anne O'Connell en algo de dimensión pública, no hay gobierno ni tribunal que aguante que le saquen los colores, y eso haremos, vamos a machacar a esos cabrones indolentes, al menos saldrán en los telediarios de todas las cadenas, o eso intentaremos, ¿de acuerdo?
—Vale, Katniss... ¿cómo está tu princesa?
—Preciosísima y deliciosa —mordió los mofletes de Aida, que ya tenía más pelo y era muy rubita, y sonrió—, ya empiezo a peinarla y todo.
—¿Ah sí? —Grace se echó a reír.
—Sí, ya tenemos más pelito y dentro de nada podré comprarle unos kikis de esos tan monos—bromeó y suspiró—, ¿y tú que tal?
—Cansada pero bien, te repito, te echo de menos, pero no voy a insistir más, debo dejarte.
—Vale, seguimos en contacto.
Acabó de vestir a la niña, la cogió en brazos y salió al pasillo canturreando. Aida, que era muy espabilada, abrió mucho los ojitos para prestarle atención y la hizo sonreír. Siempre se paraba el mundo cuando le cantaba y se la comió a besos llegando al salón.
—¡¿Pero dónde vas tan guapa, cariño?! —Exclamó la abuela desde el pasillo y la pequeña soltó un gorjeo de felicidad.
—Vamos a esperar a la tía Johanna que está a punto de llegar.
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Oportunidades
RomanceEl amor propio, confianza, madurez y respeto son las bases para tu vida con tu pareja. ¿Cuántas oportunidades se deben de dar y recibir para vivir y disfrutar tu amor con tu otra mitad?