Ir a la playa era una de las cosas que le encantaba hacer a Perrie desde muy pequeña. No solo por la arena que se sentía reconfortante debajo de sus pies, sino también por la suave brisa y la vista al mar que le daban cierto grado de relajación que estaba buscando desde hacía tiempo.
Las cosas se habían visto un poco atareadas en todo el semestre. Tal vez porque estaba cursando el primer semestre y el ritmo de la universidad le había causado uno que otro problema: desde tener su nuevo apartamento en completo desastre, hasta no haber entregado algunos trabajos.
Cuando se estaba terminando el semestre Perrie había hecho una amiga que iba cursando cuarto semestre, Jesy. Ella le había dado concejos básicos para cumplir con sus deberes y de paso disfrutar de la “vida universitaria” que para Jesy era prácticamente las fiestas que daban algunas fraternidades todos los sábados.
En este momento Perrie se disponía a bajar del auto en que había viajado junto con Jesy y Jake, novio de Jesy.
Ellos no tardaron en correr a la playa en busca de un lugar en donde, según ellos, tuvieran asegurado un buen bronceado. Perrie por su parte resopló abriendo el baúl para sacar la pequeña maleta que había traído junto con una cesta para hacer un pequeño picnic. En cuanto a la idea del bronceado no le hacía muchas esperanzas, sabía perfectamente que su piel, que era bastante blanca, no se broncearía sin antes quedar como un camarón. Trató de ubicarlos entre la multitud que se encontraba a lo largo de la playa.
En vista de que no conseguía localizarlos decidió intentar llamar al celular de Jesy. Abrió la cremallera de la pequeña maleta que había traído consigo y buscó dentro. En ese momento no se percató cuando un pequeño niño pasó por su lado corriendo a gran velocidad tratando de huir de su hermana.
—¡Karl, te he dicho que vengas! —Perrie oyó gritar a alguien cerca suyo.
En el momento en que levanto la cabeza un niño la rodeó ocultándose detrás de sus piernas. Perrie lo observo con inquietud no sabiendo muy bien qué hacer, el niño se veía bastante agitado con sus pequeños risos mojados de haber estado previamente en el agua.
—¿Hola? —Perrie preguntó con un poco de escepticismo.
—Hola, soy Karl. ¿Cómo te llamas? —El niño le sonrió levemente.
—Perrie —respondió amablemente antes de inclinarse un poco para tener mayor visión del niño—. Creo que alguien te está buscando.
—Lo sé. No quiero ir, mi hermana a veces se pone pesada, solo la estoy haciendo sufrir un poco. —El niño respondió en un tono divertido.
Perrie soltó una pequeña carcajada.
—¿Sufrir un poco? —preguntó y el niño asintió—. Yo diría que estás siendo bastante cruel con ella.
En ese momento alguien carraspeó su garganta haciendo sobresaltar a ambos. Perrie se giró levantando su vista a la persona y lo primero en que pudo fijarse fue en los grandes ojos marrones que la miraron escudriñándola por un segundo para después desviarlos y fijarlos en el pequeño que todavía se encontraba al lado de Perrie, mientras ésta quedaba totalmente paralizada.
—Con que ahí estás. —La chica se dirigía al pequeño Karl quien se abrazó a la pierna de la rubia—. Tenemos que irnos a casa. Nuestros papás están esperando —siguió la chica al parecer ignorando la presencia de la rubia quien todavía estaba tratando de recomponerse del estado de shock en el que había quedado después de ver aquellos ojos.
—No, Jade. Perrie y yo estamos hablando. —El niño se quejó.
—Te dije que vamos. —La voz de Jade era cada vez más autoritaria.
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One Shots - Jerrie
FanficEstaré publicando OS de Jerrie. Si tienen sugerencias no duden en enviármela.