Correr o morir, lo no contado

La noche mas larga

Las puertas se habían cerrado. Minho, Alby y Thomas se habían quedado fuera. Todos los clarianos entraron en una especie de pánico seguido por temor. Gally enseguida pidió a Newt que pusiera orden, y así lo hizo.
Ahora él estaba al mando. Nadie había sobrevivido a una noche en el laberinto. Y ahora había perdido a un gran corredor, a el líder y a la personas que más había querido desde que había llegado a aquel lugar. Y lo de Thomas había sido su culpa. Debía haberle cogido, debía haber supuesto que haría esa estupidez. Ahora ya era demasiado tarde para arrepentirse... se había ido y ya no volvería. Y su ultima conversación había sido demasiado dolorosa.

Newt hizo u nudo en su corazón y se dedicó a ayudar por el Claro a todos sus integrantes. Estaban asustados y perdidos... necesitaban un líder, y debía ejercer como tal. Trató de no pensar en ellos mientras ayudaba, esperó pacientemente a que todos los clarianos estuvieran durmiendo para ir a la puerta por la que habían desaparecido.

-Idiota...-susurró pensando en Thomas.- Idiotas... -esta vez en todos.

Entonces estalló en lágrimas silenciosas. No quería que nadie le viera así, pero no podía evitar llorar. La culpa de reconcomía por dentro. Les había perdido a los tres. Y sobretodo, había perdido a Thomas. Aquella noche no cenó de nuevo, y tampoco durmió. Había perdido ya la cuenta de las noches que llevaba sin cenar. Y aun menos sabía cuantas llevaba sin dormir bien.

Cuando las puertas comenzaron a abrirse tuvo una mera esperanza de que estuvieran allí. Pero no había nadie. Habían muerto. Los tres.

Se dio la vuelta para irse a su tienda; se encontraba mal, con nauseas, dolor de cabeza y el corazón roto en mil pedazos. Pero entonces Chuck gritó.
-¡ESTAN VIVOS! - todos corrieron hacia la puerta, el primero Newt.

Y así era. Estaban los tres vivos, llenos de heridas y de mugre. Pero vivos. Los llevaron a los mediqueros antes de que tuvieran que pedir explicaciones de cómo habían sobrevivido a aquello. Newt estuvo presente todo el rato, sin decir una sola palabra. Pero su mirada roja y con ojeras lo decía todo. Se encargó personalmente de Alby, a quien hubo que atar para que no se hiciera aun más daño. Se pegó casi media hora para poder terminar con él e ir a la habitación en la que se juzgarían los actos de Thomas por saltarse las normas. Allí estuvieron discutiendo mucho rato, Gally echaba chispas y pedía un castigo, otros proponían premiarlo, y Thomas solo esperaba que Newt no estuviera tan enfadado como para hacer caso a Gally.

-Está bien. Ya hemos oído todas las versiones. - dijo autoritariamente.- he decido ya.
-Newt... -susurró Thomas algo asustado.
-Calla y deja que hable .- respondió este friamente y sin mirarle. - Es cierto que merece un castigo.- Gally sonrió.- Pero lo que ha hecho ha sido impresionante. Pasará una noche en el hoyo , y además... - miró a Thomas.- Serás corredor de ahora en adelante. Minho será tu tutor. Te irá bien con él - aquello tenía un significado especial para Thomas y Newt. Pero era así... Minho le protegería. Y además él le pertenecía a Alby...
-¡Corredor! ¿Tú estás loco, Newt? - saltó Gally .- ¡Estáis todos locos!
-Relájate, Gally.
-¡NO! ¿Sabes qué, Newt? Debiste haber muerto aquella vez que te tropezaste como un fuco idiota en el laberinto. Debimos dejar que te murieras, al menos así se nos habría librado de tu maldita falta de liderazgo y organización. Qué líder tropieza y se rompe una maldita pierna. Si en mis manos estuviera, te desterraría ahora mismo, junto a Thomas .- y tras el discurso se fue.

La sala se quedó en silencio. Habían sido unas palabras extremadamente duras para Newt, y todos sabían que Gally se había vuelto loco diciendo eso. Pero aun así este supo mantener la calma delante de todos una vez más, y se giró a Thomas.
-Mañana te llevaremos al trullo. Esta noche descansa.- se marchó de aquel lugar.

Cuando salió de la Hacienda, no tardó mucho en salir Thomas detrás de él. Newt le ignoro, pero de repente notó que le agarraban de la muñeca.
-Newt. Espera.
-¿Qué quieres? - fríamente y sin mirarle.
-Yo... gracias... - le dijo sin soltar su muñeca.- siento mucho lo de ayer. Siento mucho haber salido corriendo al laberinto. Se que te he buscado muchos problemas... y además lo que ha dicho Gally...
-Ignoremos lo que ha dicho Gally, ¿quieres? No tienes que darme las gracias. Y no te preocupes por lo de ayer, tenías razón.
-No... no tenía razón....-suavemente bajó la mano de su muñeca hasta coger con timidez su mano.- es que... quería que vinieras tú a consolarme. Suena como si fuera un crío pequeño, pero quería que fueras tú quien me abrazara y me dijera que ya estaba todo bien. Y no estabas. Yo...