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Era un viernes por la tarde, la lluvia azotaba la ciudad y los cristales de la cafetería eran bañados por las gotitas de agua, las personas por las aceras corrían para refugiarse, buscando establecimientos como el suyo, vio a lo lejos al pelinegro con un paraguas azul pastel correr con una frustración casi palpable.
Sonrió enternecido ubicándose detrás del mostrador, dando un rápido vistazo a sus pocos clientes y finalmente a su compañero que bebía un café con leche mientras acariciaba su pequeñísimo vientre.

La campanita de la puerta sonó informando la llegada de un nuevo cliente, pero Tae sabía que no era específicamente un cliente quien llegaba, era su novio. A su lado, el castañito en gestación se burló un poco por traer un paraguas infantil.

—Kookie -Llamó suave y el Alfa le dedicó una enorme sonrisa al localizarle, se acercó al mostrador alzándose con sus manos para llegar a darle un cortito beso en los belfos del pelirrosa, que enternecido sonrió.

—¿Le robaste el paraguas a una niña de infantil? -Inquirió el castañito al lado de TaeHyung, viéndole con burla mientras llevaba la taza a sus voluminosos labios.

—Ja, Ja, Ja... -Soltó sin gracia alguna sentándose en una baqueta alta frente a los Omegas, dejando a su vez el bonito paraguas apoyado en la barra- La profesora de literatura... -Contestó entre dientes fastidiado, haciendo reír a JiMin y a TaeHyung.

—¿Quieres algo, Kookie? -Preguntó al Alfa que hizo un puchero en respuesta.

—¿Quiiris ilgi, Kiikie? -Remedó el mayor de los tres bajando de su banqueta para dejarlos solos, JungKook le vio deshaciendo su puchero y alzando una ceja, mientras que TaeHyung negó al aire preparando el café doble que su pareja siempre le pedía al llegar.

El azabache dejó caer su rostro en la palma de su mano observando a su novio trabajar rápidamente, sin olvidarse de los demás clientes y dando vistazos de vez en cuando por si alguien quería algo, sus manitas se movían con experiencia y podía hacerlo con los ojos cerrados, de un lado a otro de la pequeña cocina podía hacer cualquier cosa en menos de lo esperado.

Colocó la tacita blanca encima de un plato del mismo color y lo acercó a su novio, dejando únicamente un sobrecito de azúcar y una cucharita, una vez más se alzó en la barra para dejarle un besito a su novio. JungKook relamió sus labios a los segundos, podía acertar en lo que el pelirrosa había comido antes por el sabor a melocotones en sus labios.

Le vio salir del mostrador y atender una mesa cercana, aveces se preguntaba cómo es que seguía sonriendo y estando de buen humor después de tantas horas de trabajo, tenía la ayuda de JiMin pero el castaño hace unas semanas ha dejado de rendir tanto por su primer embarazo. JiMin era como TaeHyung antes de quedar en cinta por lo tanto el trabajo se dividía pero ahora notaba que el castaño no hace demasiado en la cafetería.

Pero aún así hace lo que puede detrás de la barra, preparando cafés o postres en la cocina, que son su especialidad, aunque ahora para preparar algo requiere de mucho tiempo por distraído y porque se come lo dulces.

Mientras que su pelirrosa omega hace el trabajo duro, yendo de mesa en mesa, hablando con los clientes y guardando memoria para recordar todo y no olvidar lo ordenado, además de que siempre mantiene una bonita sonrisa en sus labios.

Podría buscar algún ayudante en los meses de gestación de JiMin, le preocupa que su Omega se sobrecargue de trabajo.

Llevó la taza a sus labios después de colocar el sobrecito marrón de azúcar y removerlo un par de veces, ese sabor amargo inundó su boca con un pequeño trago, cerró los ojos gustoso, TaeHyung sabía prepararlo a su gusto.

Le vio entrar una vez más, moviéndose rápidamente para colocar en un plato pequeño una porción de tarta de zanahoria, su favorita.

Y a los segundos JiMin entró con una bandeja llena de tazas y platos sucios.

Realmente necesitarían a alguien de ayuda su JiMin iba a ese pasito lento.

belly and fangs | KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora