Destrozándome (camren)

Lauren 10

Mientras me desparramaba en mi sofá, levantando los pies y encendiendo la televisión, me pregunté qué estaría haciendo Camila. Algo no se sintió del todo bien cuando dejé su casa hace unas noches. De hecho, sabía exactamente qué. Fue la mirada en sus ojos cuando le recordé que no hablara con su ex.

Estaba segura de que era lo suficientemente inteligente como para saber lo mejor... pero a veces las emociones no tenían nada que ver con la inteligencia. Después de todo, la mayoría de las víctimas de abuso eran perfectamente inteligentes y capaces, y aún así volvían con sus abusadores.

Nunca entendí completamente por qué era eso, incluso con toda mi experiencia como voluntaria con víctimas. Sabía en parte que era porque todavía estaban enamoradas de sus parejas. Recordaban las partes buenas de sus relaciones y esperaban que si le daban a las cosas una segunda oportunidad, las partes malas desaparecerían.

¿Camila seguía enamorada de Chantel? No lo creía, por lo general evitaba usar el nombre de su abusadora a su alrededor, pero no podía estar segura. Definitivamente había algo en sus ojos cuando hablamos de ella la otra noche.

Al darme cuenta de que mi mirada se había desenfocado, miré la televisión. Se estaba reproduciendo un reality sin sentido, inspirado en las Kardashian, con contenido aún menos real. Lancé un suspiro. O podría apagar mi cerebro y ver esto durante una hora, o podría llamar a Camila. Sabía cuál sería más fácil... y también sabía qué iba a hacer.

Camila respondió al segundo timbre. "¿Lauren?"

"Sí, soy yo". Sonreí, dándome cuenta de que había guardado mi número en su celular. "¿Como estas? ¿Cómo es tener tu propio lugar?"

"No está mal. Es diferente, pero supongo que es bueno".

"¿Cómo está Virginia?"

"Adorable". Podía escuchar la tensión en su voz disiparse. "Ella está sentada en mi regazo en este momento".

"De ninguna manera. ¿Con cuántas croquetas tuviste que sobornarla para llevarla allí?"

"Ninguna, vino sola".

Sonreí ante la imagen mental. Siempre había sido un milagro menor cuando Virginia se dignaba a sentarse en mi regazo, y todavía podía sentir su suave pelaje bajo mis dedos. Me pregunté cuánto habría crecido desde la última vez que la vi. A su corta edad, parecía que doblaba su tamaño cada semana.

"Así que tenía razón", dije. "Ella te reconoció. Al menos, ella se siente más cómoda contigo de lo que nunca estuvo conmigo".

"Supongo que me reconoció. Probablemente también reconocería a Chantel".

Respiré profundamente, y el silencio de Lora de alguna manera sonó nervioso, como si se diera cuenta de que había dicho algo que no debería haber dicho. "¿Por qué tendría la oportunidad de reconocer a Chantel?" Pregunté con cuidado. "¿Estás pensando en invitarla a casa o algo así?"

"No", dijo, un poco demasiado rápido.

"¿Entonces no has estado en contacto?" Estaba fisgoneando ahora, pero estaba bastante seguro de que mi comportamiento estaba justificado.

"Bueno..."

Mierda. "¿La has visto?"

"Todavía no", dijo en voz baja. "En realidad voy a verla, eh, más tarde esta noche".

Cubriendo mi boca con la mano, salté del sofá. Sin ningún lugar adonde ir, me hundí de nuevo. "¿Vas a su casa? ¿Por qué?"

"A nuestro antiguo lugar", me corrigió. "Para que pueda recoger algunas de mis cosas".