Demi esa noche durmió temprano, aún sin saber el paradero de su hermano, ya que éste todavía no había llegado y no le había mandado un misero mensaje.
Como no tenia ganas de cocinarse, y no tenia mucha hambre, simplemente se comió un tazón de cereales con leche.
Una vez que lo terminó, verificó que estén las puertas y ventanas cerradas y se fue a dormir.
Se durmió a los pocos minutos, lo que era raro. Y esa noche soñó con Niall.
Por otro lado, Niall, al contrario que Demi, no podía dormirse. Trataba y trataba pero no podía. Trató de poner su mente en blanco, contó ovejas, hasta tarareó una canción en su mente, pero no podía. De alguna manera siempre terminaba con la imagen de Demi sentada en el baño del instituto, con su muñeca sangrando. O, en mejores ocasiones, sentía sus labios sobre su mejilla. Que milagrosamente después de su pequeño beso, había dejado de doler.
Eran las 3:34 cuando finalmente pudo dormir, tres horas después de haberse acostado.
Esa noche sonó con cuchillas, sangre y una chica de pelo oscuro a la que quería abrazar y no soltar.
A pesar de las pocas horas de sueño, puesto que a las 6:30 ya estaba despierto, se levantó ni bien sonó su alarma. Se baño y cambió, y en menos de 20 minutos estaba desayunando. Sin nadie despierto todavía, gracias a Dios. Su madre no entraba a trabajar hasta las 9:30, y sus hermanos iban a la tarde al colegio. Su padre no tenia idea de por qué no estaba, pero tampoco le interesaba.
Tenia una media hora para llegar al instituto, pero quería ir por Demi para así poder ir juntos. Aunque la chica vivía bastante lejos del instituto, aún más de su casa.
Agarró algo de dinero que su madre siempre le dejaba en uno de los cajones de la alacena en caso de que la necesitara, salió de su casa con la mochila sobre sus hombros y con una sonrisa en su cara. Aunque nos sabía muy bien el motivo. O tal vez sí, pero prefería no pensarlo demasiado.
Demi se levantó al escuchar el ruido de una ruedas pequeñas sonando por las escaleras. Lo primero que hizo fue salir a averiguar de donde venía, y que lo provocaba.
Apenas salió de su cuarto, vio como su hermano traía dos maletas, una en cada mano, y atrás su padre venía con sólo una.
Primero pensó en por qué el hombre no podía traer sus propias maletas, o por qué su hermano traía más que el dueño.
Lo segundo fue en por qué él estaba ahí cuando se suponía que llegaría mañana.
Lo tercero que hizo fue darse media vuelta, buscar ropa y meterce en el baño. Sin haber saludado a nadie, a pesar de que sabía que ellos la habían visto.
Una vez que salió de bañarse, ya cambiada y con el cabello desenredado, bajó las escaleras y después de agarras su bolso de arriba del sillón, salio hacia el instituto, a pesar de que no tenia ni idea de que hora era. Y que sin había un lugar en el que no les gustaba estar era en el instituto, y tener que cruzarse con sus compañeros antes de tiempo, pero en este momento prefería estar ahí que en su casa. No quería ver a ese hombre.
A una cuadras de su casa, en la parada de bus mas cerca que tenía, estaba Niall.
Recién bajaba, puesto que ella todavía podía ver el autobús a mitad de cuadra.
Ella caminó mas rápido para llegar ahí antes y no hacerlo caminar un tramo innecesario.
Cuando llegó a él le dio un beso en la mejilla, la que aún tenía medio moretoneada, como si fuese lo mas natural del mundo. Como si lo conociese de siempre.
-¿Qué haces aquí?- le dijo apenas se separó.
-Venía a.. um.. buscarte. Para ir al instituto, ya sabes.- respondió él nervioso. Con las mejillas tan rojas que parecían dos grandes manzanas.
-Vamos entonces. - contestó ella sonriendole, olvidándose de que estaba malhumorada. Omitiendo el hecho de que él tuvo que tomar un bus para ir a buscarla, y que sus casas no quedaban muy cerca que digamos. Simplemente lo dejó pasar. Le gustaba que él tuviese esos gestos con ella, le encantaba.
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Gives me hope. (Diall)
ФанфикElla solo necesitaba a alguien que le de esperanzas. Esperanzas de que algún día iba a poder ser feliz. Y la encontró. Encontró esperanzas en aquel rubio de ojos claros. Aquel rubio de ojos celeste. Ella pensaba que él tenia una vida perfecta, sin...