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— ¿No podemos quedarnos más tiempo echados? Aún no son las ocho.

Sonrió soñoliento, es la misma batalla todas las mañanas.

Sin abrir mis ojos trato de palpar su cintura caliente, su piel siempre es suave y tersa, sin dudas se me había hecho fácil acostumbrarme a su compañía.

— Está bien, sólo unos minutos más. — Susurro por lo bajo, apegándome más a su pecho.

Taehyung me rodea con su brazo, no deja que me escape y tampoco quiero hacerlo.

Este es el calor que me gusta recibir por las mañanas.

Abro mis ojos poco a poco para deleitarme de un Taehyung soñoliento, con un poco de baba en la comisura de sus labios.

Levanto mi mano hacia su mejilla, tocándola suavemente, limpiando el rastro de baba que empieza a correr.

Me lo quedo viendo por un par de segundos. Ah, definitivamente es muy guapo y atractivo, de eso no hay duda.

Quiero dormir, pero ya no puedo hacerlo, por sus "5 minutitos más" estábamos al borde de ser expulsados del curso por impuntuales.

Taehyung dormía muy a gusto, en si teníamos tiempo aún, pero no... No voy a perder la oportunidad de verlo tan tranquilo.

— No me mires mucho, cielo. Me voy a desgastar. — Me dice con su voz ronca.

Me sonrojo y bajo mi mano al instante.

— Lo siento.

— Te ves reluciente hoy. — Abre sus ojos, parpadeando un par de veces para adaptarse a la luz. Su cabeza se hunde en mi cuello dejando pequeños besos que me hacen reír. — ¿Sabes? Tienes un brillo especial. Sabes a qué se debe, ¿no?

Miro para otro lado tapándome la cara, sin dudas, me va a avergonzar siempre con eso.

— Tae, ¿vas a decir eso cada vez que lo hacemos? — Golpeo su pecho desnudo, separándome de él.

— ¿Acaso es mentira? Hasta tus pupilas están dilatadas. — Alardea.

Niego con la cabeza.

Taehyung es incansable, el realmente cree eso, pero yo me siento igual que siempre, no sé de dónde ha sacado esa idea, pero es errónea, o al menos, nunca lo he sentido. O tal vez sí, pero lo estoy negando ahora.

— Te ves hermoso, Park Jimin.

Y allí vamos de nuevo, esa sonrisa socarrona sale de mis labios, me pone nervioso lo que me dice, haciendo que me sienta satisfecho.

Sus ojos están clavados en mí y los míos en él.

Nuestros pechos chocan, es una sensación rara, pero he sabido a adaptarme a ello.

— Gracias, Kim. — Entre cierro mis ojos, me siento pequeño.

Una de sus piernas me rodea, me río por lo bajo y chillo cuando empieza a acariciar mi cuerpo con sus manos frías.

Que sea invierno no ayuda en nada a la baja presión de este hombre.

— Ya es hora de irnos. — Digo, y al instante empiezan los berrinches de su parte.

— ¿Por qué? ¡Falta media hora! ¡Podemos cambiarnos rápido! - me hace un puchero y me pone sus ojos de perrito mojado.

Perrito... Ah.

— ¡Te demoras mucho en cambiarte! Además, la clase de hoy es importante así que tengo que estar puntual.

— No Jiminine, no te salgas de la cama, aquí está caliente, cómodo y me tienes a mí. ¿Acaso puedes pedir algo más?

Right Now • YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora