¿Qué hacía aquella noche, en lugar de aceptar la invitación de Chan?
En algún lugar de la ciudad, una enorme fiesta se suscitaba para celebrar la graduación de su generación, y él estaba ahí, con una copa medio llena de vino, haciendo zapping en la TV, y embriagándose, más allá de con su bebida, con aquel rostro que se aparecía una y otra vez en su mente (eso, quizá sí, consecuencia de su amigo tinto).
Y en lugar de sentirse relajado... ¡Lo odiaba completamente!
¿Qué más daba? Junhui debía estar en aquel evento, disfrutando la noche, bailando con cuánta gente se le atravesase, porque esa era la imagen que Xú tenía del chico castaño.
Fueron contadas veces en las que se había aparecido en alguna fiesta de su curso, en festivales de la Universidad que terminaban en un tumulto de gente bebiendo y haciendo escándalo. Siempre terminaba encontrándose con aquel rostro sonrojado y esos labios moviéndose torpemente, mientras entre balbuceos, intentaba invitar a Minghao a la pista de baile.
Y Minghao se negaba rotundamente, dejando al más alto atrás al alejarse de la multitud e irse a casa, suspirando pesadamente.
Y es que, Wen no era cercano a él. Le conocía de lejos, estaban en aulas contiguas y en la misma clase de arte, pero hasta ahí llegaba. Al verlo ebrio, tratando de llevarlo con él, Xú terminaba enfureciendo. Se sentía como cualquier persona, como si al verle ahí, Jun pensaría que caería ante él, ¡y Minghao no era ese tipo de chico!
Por eso odiaba que le gustase tanto.
No, no lo conocía como para llamarlo su amigo, y sin embargo, Hao usualmente echaba una suave risa al ver como las manos torpes de Wen derribaban sus pinceles y manchaban su "obra de arte", a lo que el por poco mayor reaccionaba haciendo infantiles muecas.
Le gustaba verlo ahí, tratando de seguirle el paso a sus compañeros y fracasando en el intento. Alguna vez pensó en acudir y ayudarle, pero las palabras nunca salieron de su boca, simplemente dedicando, de vez en cuando, una tranquilizante sonrisa en su dirección.
No era el físico de Junhui lo que le hacía fijarse en él, sino que, era distinto. No era perfecto, ni tampoco era aquel chico alzado que atacaba el corazón de las chicas como en cualquier novela juvenil a pesar de ser conocido por su gran atractivo. Junhui era descuidado, a veces se quedaba sin habla, era tímido en otras; solía reírse de chistes terriblemente malos, y su actitud más o menos infantil era una de sus principales características. Era real, eso. Era eso lo que hacía sentir que el corazón de Minghao podría explotar de puro amor.
Hasta que ebrio y coqueto, se abría paso a él.
Odiaba pensar que en ese preciso momento, ese bobo (como Hao se refería a él) estaba pidiéndole a alguien más ir a bailar, con esa mirada de gato mojado que algunas ocasiones, había visto en él. Las únicas en que su conversación iba más allá de, ¿sabes dónde está la biblioteca? o usaste el tono equivocado.
Se imaginaba cómo sería haber tenido la oportunidad de acercarse a él, de que sus sonrisas fueran a algo más y qué habría sido si todo anduviera a favor de su platónico amorío.
Fue entonces que su teléfono vibró bajo sus sábanas.
"Hao, estoy afuera", leyó de parte de Seungcheol, uno de sus mejores amigos, lo cuál le extrañaba; a esas horas, debía seguir trabajando. "Tengo algo de lujo para ti", "abre", seguía bombardeando aquel joven, provocando que el joven chino se removiera de su lugar, confundido.
Palpó con sus pies sus mullidas pantuflas, y acomodando un poco su cabello, bajó las escaleras, texteando con cierta dificultad un "DETENTE, YA VOY", así, con esas mayúsculas que delataban su exasperación.
Sin cuidado alguno, abrió la puerta y gruñó.
ㅡ¿Cuál es tu problem-
Y calló, antes de escuchar aquella voz nombrarle.
ㅡMinghao, por favor baila conmigo.
Realmente culpaba al alcohol en sus venas por jugarle sucio, por hacerle ver como el chico que le robaba el aliento con su torpe risa se paraba frente a su puerta, y sonreía con timidez.
ㅡ¿Qué? ㅡy, ¡boom! La mejor pregunta que podía hacerle.
Junhui estaba ahí, vestido con un elegante traje negro y con un porte que pudo haberlo intimidado de no ser por sus palabras.
ㅡ¡Sé que es raro y que debes odiarme! Sólo... Escucha, todo este tiempo, he querido acercarme a ti. Quizá para ti sólo soy un tonto y alcohólico, ¡pero, sólo con unas copas encima me atrevía a hablar contigo! En estos tres años, te he visto sonreír un montón de veces cada que cometo alguna estupidez en las clases de artes... Clases a las que entré cuando supe que tú estabas ahí. No sé mucho de ti, pero a pesar de eso, no podía evitar pensar en ti casi todo el tiempo y en cómo conseguir la fuerza de voluntad para acercarme y decirte que... Eres increíble.
Eran demasiadas las palabras que Wen balbuceaba viéndose tan malditamente apuesto, y pocas las que Minghao lograba procesar. No era tiempo de preguntas, no por primera vez, así que a penas volvió a escucharle, lo hizo.
ㅡMinghao, yo...
Creía que todo aquello ya era tan irreal y cliché que no importaría si se lanzara a sus brazos y le besara, y le besara, y le besara una y otra vez, como había deseado hacer cada que el castaño se robaba su corazón con gestos bobos y risas burbujeantes que admiraba desde la lejanía.
Entonces, Xú volvió a la realidad, cuando su celular vibró. Un puchero se formó en su labio inferior, volviendo a suspirar profundamente. Por un momento, se sumió totalmente en sus pensamientos.
"Su saldo ha caducado. Si desea hacer una recarga..."
Realmente odiaba a Wen Junhui.
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(Un)real [JUNHAO]
FanfictionEn la noche de su graduación, ebrio y solitario, Minghao odia a Junhui porque sólo ha logrado tenerlo en su imaginación. → One-shot. → Slice of life. [resubido] © GAEGUREE