Falling In Love.

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—Definitivamente es siempre, mil veces mejor, ver películas de terror en el cine. —dijo JaeHyun en tono complacido mientras esbozaba una perezosa sonrisa y hacía un sutil movimiento con su cabeza, mirando de soslayo a TaeYong.

El -ahora rubio- chico caminaba a su lado con el ceño fruncido y los hombros tensos por el estrés que claramente le provocaba ese tipo de películas que, por alguna razón, amaba, incluso si eso parecía no dejarlo dormir tranquilo durante semanas.
A diferencia de él, quien disfrutaba aquel tipo de arte como nada en el mundo.

Se mordisqueó el labio inferior, divertido, y extendió uno de sus brazos para apoyar su mano en la espalda baja del rubio, buscando reconfortarlo.
No se perdió el respingo que dio TaeYong por aquel toque antes de que volteara a mirarlo. Cejas en alto, fruncidas, labios mordisqueados y mirada de gato asustado.
Adorable.

—¿Es normal que me diera más miedo que la primera vez que la vimos? —cuestionó TaeYong con voz suave y trémula.

JaeHyun alzó las cejas, demasiado enternecido y encantado con las reacciones de TaeYong, quien parecía abrazar cada vez con más fuerza aquel vacío bote de palomitas de maíz.
Aún no comprendía la manía de TaeYong por ver películas de terror si era tan asustadizo y creyente en fantasmas, demonios, espíritus vengativos y esas cosas, pero no se podía quejar cuando, después de todo, el chico lo había tomado a él como su compañero para ese tipo de panorama. 
 
Película de terror que se estrenaba, película de terror que iban a ver.

Se habían pasado tardes completas haciendo maratón de antiguas y clásicas películas de terror en el departamento que compartían con Johnny, DoYoung y Mark. Así como también se habían acostumbrado a dormir en la misma habitación cada vez que TaeYong estaba demasiado asustado como para quedarse solo.

Aunque a él le gustaría más compartir cama que habitación, pero bueno, no se podía tener todo en la vida.

Se contentaba con tener esas expresiones asustadizas sólo para él.

Movió suavemente su mano en contra de la espalda de TaeYong, intentando apaciguar toda aquella tensión que le envolvía mientras avanzaban lentamente por aquel mar de personas que ahora iban de salida de aquel centro comercial.

—Supongo que sí —respondió finalmente, encogiéndose de hombros—. Fuiste capaz de poner atención a detalles que antes no habías notado por estar cubriendo tus ojos.

Se tuvo que morder la lengua para no soltar una carcajada cuando TaeYong le dio una mirada de reproche; mirada que fue seguida de un sutil golpe de puño en su hombro.

De todos modos rió, aunque no lo suficientemente alto como para llamar la atención. Perfecto.

—Eres un bastardo. —refunfuñó TaeYong, bufando pesadamente—. A veces olvido por qué eres mi compañero de películas de terror si siempre te burlas de mí.

Joder. TaeYong. ¿Cómo puedes ser tan lindo?
Quiso gritar, de verdad que sí, pero eso sería extraño. Sin contar el hecho de que TaeYong ignoraba completamente sus sentimientos.
Se humedeció los labios y frunció el puente de la nariz en una exagerada expresión pensativa.

—¿Porque puedo cantar "Can't Help Falling In Love" sin sonar como un animal agonizante? —dijo de forma dubitativa, ladeando un poco la cabeza.

Realmente disfrutó de la risa burbujeante que soltó TaeYong, más aún porque el chico no parecía tener ni la más mínima intención de apartarse del toque de su mano contra su espalda.
Una maravilla.

—Si bien la segunda película de El Conjuro no me gusta tanto —comenzó diciendo TaeYong, con la vista fija en el pasillo frente a ellos—. La parte cuando Ed canta me... —el rubio sacudió la cabeza, estremeciéndose exageradamente—. Joder, realmente me provoca muchas cosas.

Lo sé, cariño. Verte llorar me rompe el corazón. Siempre.
Asintió lentamente, aprovechando de apartar con delicadeza un suave mechón rubio del rostro de TaeYong.
Ahora, con su cabello un poco más largo de lo normal, más se parecía a Howl de El castillo ambulante.
Y eso le encantaba, joder. Satanás era su testigo de que era así.
  
Tragó saliva con pesadez cuando TaeYong volteó a mirarlo. ¿Se había pasado demasiado tiempo en silencio?

—¿Vendremos a verla mañana?

Se apresuró en preguntar.

Estaban pasando nuevamente El Conjuro por el cine en una especie de celebración por Halloween; sus películas favoritas. Por eso estaban allí, porque no podían perderse ver una vez más aquella película en la pantalla grande, en medio de una oscura sala y con un volumen exageradamente alto en los parlantes.

TaeYong se apresuró en asentir, esbozando una amplia sonrisa.
Aquella sonrisa que parecía iluminar el mundo entero, incluyendo el Cielo y el Infierno.

—Obviamente. —murmuró TaeYong con suficiencia—. No puedo perderme el dúo de Ed y tú.

Doomed. [JaeYong]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora