Propuesta I

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Llegaste y le diste la vuelta a mi vida, como un huracán perdido, arrasaste, lo cambiaste todo. Aún no sé si tu efecto fue bueno o malo, lo que sí creo saber es que yo provoqué el mismo efecto en ti...

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- ¿Eres tú? -dijimos al mismo tiempo, sí, ya se imaginan quien, yo sé que se lo están imaginando, pues sí, justo como en las pelis, era el idiota del pastel ¡No puede ser!

- ¿Ya se conocen? -dijo Irma mientras sonreía sorprendida.

-Algo así- dijo él sonriendo-Ya se puede retirar Irma, muchas gracias. - Irma se marchó haciéndome un gesto con las manos para desearme buena suerte, ingenua, de seguro pensaba qué el caballerito aquí presente y yo teníamos una buena relación, lo que seguro no sabía es que se podía desatar la tercera guerra mundial dentro de esas cuatro paredes.

- No sabía que además de arrojar pasteles y ser... mmm... una poco torpe, te dedicaras al arte. - dijo él con una expresión burlona.

-Yo tampoco sabía que usted era el ¨famoso director¨, de lo contrario no hubiera venido. - me dispuse a salir de la habitación, pero él se levantó de su silla y me agarró por el brazo, sentí como una corriente eléctrica, mi rostro estaba a pocos centímetros del suyo y sus ojos, buscaban los míos, eran tan profundos que no pude evitar ruborizarme.

-Espere, señorita. Intentemos dejar de lado todo lo sucedido... -dijo casi en un susurro- al menos por el momento. - dijo en un tono más alto mientras me soltaba el brazo y se alejaba de mí.
-Yo la cité aquí porque me gustó bastante su trabajo.

- ¿Y bien? - dije cruzando los brazos.

-Bueno toma asiento, debo explicarte mejor- señaló una silla que estaba frente al escritorio y se volvió a sentar en la silla giratoria. Me acomodé en la silla de mala gana porque no tenía grandes expectativas en lo que ese idiota me podría contar, pero en fín, yo había ido a ese lugar con un objetivo y no lo iba a perder por una tontería. - Viaje al país representando a la compañía de mi padre La Empresa Constructora Hermes, la empresa no tiene nada que ver con las artes plásticas pero mi padre, Emre Aydin es un gran amante del arte y quiso donar una beca para estudiar en una de las mejores universidades de Turquía.

- Pero ya la beca fue entregada a otra persona.

-Es cierto, la beca fue entregada a una persona que tenía, tal vez, más talento - me miraba directamente a los ojos. - pero tus dibujos eran los más creativos de todos, además poseían una esencia misteriosa... tal vez porque eres una persona algo extraña.

-Dijo que dejaríamos lo sucedido de lado.

- Es cierto, perdón. - sonrío- Volvamos al tema. Fuera de la compañía de mi familia, soy uno de los dueños de la Editorial Liberti, una de las casas de libros más importante de mi país. Pronto tendremos un nuevo lanzamiento y después de ver tu trabajo decidí que te necesitamos.

- ¿Me necesitan? ¿Para qué?

- Te explico, este libro es fresco, novedoso, hemos visto muchas propuestas de excelentes artistas para realizar las ilustraciones, pero ninguna nos convencía.

-Y, ¿por qué yo?

-Y, ¿por qué no? - en ese momento se levantó de la silla y se apoyó en una esquina del escritorio que separaba las sillas - Eres fresca, original, tus dibujos transmiten misterio, como si ocultaran algo. Son muy relajados, no son perfectos y eso es lo que me gusta. ¡Son extraños!

- ¿De nuevo me dices extraña? - me acomodé en la silla con un gesto molesto.

- Ser extraño no tiene por qué ser malo, desde tu personalidad aún no me convenzo, pero desde tus dibujos es algo muy bueno. Solo piénsalo hoy y mañana me dices, si accedes te dejaré una copia del libro para que lo leas y tendrías un mes desde ese momento para trabajar.

Por siempre, Evet.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora