Miles de preguntas inundaban la mente de Dan. Quien solo se dedicaba intentar terminar por responder a cada una de ellas, se esforzaba en ello, pero ninguna obtuvo respuesta.
Tomó todas las cartas y las metió de vuelta a la caja. Pensó en preguntarle a su madre, pero recordó cuan hundida estuvo ante la pérdida de su hermano que decidió que no tenía caso hacer que regresara a ello.
De pronto, sintió una repentina brisa que le calo hasta los huesos, una oleada de escalofríos le recorrió el cuerpo, llenándolo de un mal presentimiento.
Uno que quería ignorar y hasta borrar.
Sacó su teléfono de su mochila y revisó la hora, eran las siete con treinta y cuatro minutos. Dedujo que no faltaba mucho para que Alice saliera del trabajo, tomó su mochila, un abrigo y la caja para después salir por la puerta y encaminarse al refugio animal de Cold Grove.
Mientras caminaba no dejaba de poner a trabajar a su mente. Seguía presionado y atormentado después de leer esa carta. Le asustaba leer las demás, no sabía que otros horrores y sorpresas encontraría si seguía escarbando en el pasado de su hermano.
Y a menudo que caminaba, podía sentir un frío que no solo provenía del clima. Era uno denso, calaba y era tan oscuro que podía sentir que no era una simple brisa.
Era el comienzo de algo siniestro, algo oscuro.
Al llegar al refugio se encontró con el ventanal de cristal empañado, así que no podía ver el interior del lugar, más que las siluetas de algunos objetos. Entró encontrándose con una pequeña sala de espera vacía. Las paredes blancas estaban impecables, los sillones de cuero azules hacían juego con los detalles turquesa del mármol de la recepción y una pintura de un can sosteniendo un hueso lo miraba fijo, que hasta le hizo sentir incomodidad.
Tocó la pequeña campana de la recepción y un "¡En un momento!" salió en respuesta.
No paso mucho para que una chica castaña saliera a recibirlo. Por un momento intentó reconocerla, pero no había visto a alguna chica de la ciudad igual a la que estaba parada frente a él.
Tenía el cabello recogido en una coleta, algunos cabellos salían alborotados, como si haya tenido demasiada prisa en hacerla. Sus ojos eran preciosos, tenían un toque meloso que, hacia querer perderse en ellos durante horas, y su mirada era penetrante, podía sentir que, atravesaría su alma, pero sus facciones eran tan finas que era imposible imaginar que haría tal cosa. Llevaba puesto el uniforme y tenía algunas manchas, pero eso le importo poco.
Rápidamente se fijó en el gafete en su pecho y leyó su nombre, "Aimee".
—¿Te puedo ayudar en algo? —sonó serena y con un poco de duda.
Dan quiso darse bofetadas mentales y por fin reaccionó.
—Lo siento —revolvió su cabeza —. Estoy buscando a... ¿Alice?
La chica sonrió con gracia.
—¿La estas buscando o me preguntas a mí si la estás buscando?
Definitivamente se golpearía a sí mismo.
—Si, lo siento, estoy buscando a Alice.
—¿Quién la busca? —lo inspeccionó con la mirada.
—Dan, Dan Haggard, soy su amigo.
Lo miro un momento, no había ninguna expresión en su mirada, era difícil descifrar lo que estuviera pensando. Pero Dan pensó que a juzgar por como mantuvo un silencio después de decirle eso último, es que no se fiaba de él.
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COLD SUMMER
Детектив / ТриллерEl aire de verano en Cold Grove este año era frío. No solo por las lluvias torrenciales sino por los terribles acontecimientos que habían ocurrido desde que la campana del colegio anunció el fin del ciclo escolar y el comienzo de un verano siniestro.