Al escuchar eso, mis ojos se abrieron hasta casi salirse de sus cuencas.
¿Cómo que a protección de testigos?
¿Están locos?
-¡¿Qué!?- levante la voz- ¡No!- Finalice exaltada. No era miedosa, pero si podía evitar el peligro lo hacía. Y no me quedaría aquí a esperar a que el me mate. Eso sería como meterse en la boca del lobo.
Y no soy tan estúpida como para quedarme a ver cómo termina eso.
-No le queda otra opción, joven.- Dijo Smith. Negué con la cabeza. -Debe permanecer bajo custodia hasta que encontremos a... su padre. - Termino temeroso la última parte. Como si creyera que la sola mención de él me rompería como cristal cayendo al piso.
No me había dado cuenta que mi amiga todavía estaba a mi lado escuchando todo, hasta que intervino en la conversación.
-Disculpen, ella puede quedarse con nosotras en el edificio del frente, no será problema- Le dijo a los policías, en tono amable. Le dedique una sonrisa de agradecimiento.
-No, es muy riesgoso con el sospechoso en las calles.- Hablo Cárdenas.
Rápidamente caí en cuenta que tenía razón.
Peter me amenazo a mí y no soportaría que les hiciera daño a las únicas personas que podía considerar como mi única familia cercana que me quedaba.
No lo permitiría si estaba en mis manos.
-No- Dije- No es necesario. No quiero incomodarte a ti y a Lucí con mis problemas- Le sonreí, de la manera más sincera a la rubia que estaba a mi lado.
-Pero no eres problema y lo que sea que enfrentes lo haremos juntas, como una familia- Dijo y me miro a los ojos, buscando la razón por la cual no aceptaba y me iba con ellas. Me conocía demasiado bien y sabía que si la rechazaba era por algo realmente importante.
Rápidamente volteé hacia los policías, huyendo de su atenta mirada, encontrándome con que ellos me miraban de la misma manera que mi amiga.
Sabían que escondía algo más, algo que no acabe de decirles.
Y no acabaría.
Porque después si es verdad que me mandaban quien sabe dónde y acabarían mi única oportunidad de escapar a donde mi tía.
Aclare mi garganta incomoda y desvié la mirada a la de mi amiga.
-Gracias- Le sonreí -Pero no importa, me voy con ellos, así podre ayudar a que Peter este tras las rejas por lo que hizo.- Dije con tono triste señalando con la mirada a mi madre.
Charlie me dio una sonrisa comprensiva y un apretón en el hombro en símbolo de apoyo y salió para explicarle lo que había pasado a Lucí, que todavía nos esperaba afuera con cara de desconcierto y preocupación.
-Los espero abajo- Les dije a los policías. Ellos asistieron. - Pero...- Bufaron. -Déjenme ir a buscar mis cosas- Espete en tono serio. Entrecerraron los ojos, pero aceptaron.
Y sin más que decir, los rodee, entre en mi habitación y cerré la puesta detrás de mí.
Bueno, ex habitación, ya que me iría, y esperaba nunca más volver.
Rápidamente busque una mochila de debajo de la cama y escondí el dinero hasta el fondo, encima guarde ropa interior, unos shorts, unos jeans gastados, unas camisetas, un par de converse viejos, además del que llevo puesto, tome mi abrigo, ya que, hacia algo de frio y era de noche, y por ultimo mi viejo celular en el bolsillo delantero de mis pescadores ajustados. Y mientras lo guardaba me di cuenta de que estaban un poco manchados de sangre.
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Protección de testigos.
RandomUn aclaramiento de garganta me trajo de vuelta de mis pensamientos, y me di cuenta de que los policías ya estaban frente a mi. -Joven, ¿usted fue testigo del asesinato?- Preguntó el que, según su placa, era apellido Cardenas. -Si, ¿porque?- Contesté...