Narra Lourdes

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El primer amor, esa cosa que debería ser hermosa, no era deseado ni querido por mí. Es lindo cuando es correspondido, pero cuando te trae problemas, no quieres saber nada con ello.  Llegue a pensar que a esa edad (catorce) tener un novio era estúpido, no servía para nada. Luego del beso con Fran, había besado otros chicos, sin embargo no me interesaba.

Un día, y sin advertirlo, me vi envuelta en un problema. Mi problema era Valentino. Me estaba gustando mi amigo.

Cada día en la escuela en el que nos sentábamos juntos, el siempre encontraba la manera para tocarme. Estaba segura de ello porque me tomaba de las manos muy seguido y eso no lo hacía con nadie más. A veces lo veía mirándome a escondidas y giraba la cabeza cuando se daba cuenta que lo estaba mirando. No estaba acostumbrada a ese tipo de atención. No tenia baja autoestima, es más, presumo de ser egocéntrica entre bromas, pero realmente los chicos no se fijaban en mi mucho.

El, me invito a su casa, me sonreía todo el tiempo, no iba a donde yo no fuera e incluso me acompaño a mi primer examen de ingles del año ya que estaba algo nerviosa.

No sé en qué momento, ni como, ni porque yo empecé a sentir algo por él, pero cuando una de mis compañeras le dijo que era lindo delante mío, también aparecieron los celos.

Ella lo convenció de salir juntos. Podía verlos de la mano por la escuela, a los besos, siendo lindos el uno con el otro. Y yo ahí, en el medio de la nada. Me decía a mi misma que debía olvidarme de todo ello. Era mi amigo, no había chance alguna.

Un día cuando volví al salón luego del receso mire un poco triste el asiento a mi lado. Hacia un par de semanas que él  se sentaba con su novia y me comenzaba a doler el alejamiento. La mayoría ya estaba allí, incluso su novia ya había llegado y estaba hablando con un par de chicas, pero el no. Cuando me iba a sentar, las mismas chicas que hablaban con su novia se acercaron.

-Hola Lourdes ¿Todo bien?

-Todo bien- dije algo confundida. Normalmente cuando me hablaban era para contarme algún rumor o para pedirme algo ¿Qué seria ahora?

-¿Qué hay entre tú y Valentino?- dijo la líder sonriendo pícaramente. Mire por arriba de su hombro y pude ver a la novia mirándome fijo. Era una trampa.

-No hay nada más que una amistad.

-¿Crees que es lindo?

Debía mentir, aunque doliera. Puse cara de asco y conteste negando la cabeza –¡UGH NO!

Y en ello ellas se movieron, y el estaba en la puerta mirándome algo triste. No sé si me escucho, ni tampoco sé si le importaba, pero aun así me sentí muy avergonzada. Me encogí en el banco esperando que la tierra me tragara pero no ocurrió.

Dos semanas después de ese episodio, ellos terminaron. Habíamos vuelto a retomar nuestra amistad, y aunque me seguía gustando un poco, lo trataba un poco mas fríamente. Ya no dejaba que me tomara de la mano y todo el tiempo metía distancia entre nosotros.

Llego mitad de año y con Junio el cumpleaños de Daniela. Quedamos un rato mas luego de la fiesta charlando juntas. Yo la ayude a ordenar la casa y mientras tanto esperaba a que me vinieran a buscar. Valentino se quedo un rato más con nosotras y luego lo acompañamos a su casa a dos cuadras de allí. En cuanto lo saludamos y volvimos ella me hizo una confesión.

-¿Crees que considere lindo que lo acompañásemos a su casa?

-Puede que sí. ¿Por qué?

-Porque me importa.

-Espera un segundo- dije frenando de repente –El te gusta.

-Shh no lo digas tan alto. Me gusta desde hace mucho tiempo, incluso espero tener una chance pronto.

Mi mundo se había vuelto pedazos. Mi amiga y yo compartíamos gustos pero no sabía que tanto. Me sentí muy mal por no saberlo, por no haberlo visto antes y por no haber evitado que me gustase él.

-Estas pálida ¿Te pasa algo?

-Solo estoy algo cansada. Volvamos a tu casa.

-Bueno. Te daré un vaso con agua.

Era un desastre. Todo era un desastre. Me gustaba mi amigo, el mismo que a mi amiga; casi no veía a mis otros amigos porque a Lio su novia no lo dejaba, Fran tenia a Agus; Ramiro, Cruz y Simon no venían tanto; Ana esta volteándose a cuando chico pasara y Paula vivía a una ciudad de distancia y solo la veía en clases. Me había alejado de mis otros grupos de amigos este año y seguramente los próximos años, si todo seguía en pie, perdería al resto.

Hubiese deseado hablar con alguien todo esto, pero no podía. Me lo debía guardar. Parte de mis secretos que me tapaban. Me había vuelto una ocultadora profesional. Jamás volví a pensar en Valentino de esa manera. A mi amiga le gustaba entonces yo iba a renunciar a él. Era lo justo. Puse mi mente en blanco y con el pasar de los meses, ya solo quedo un amargo recuerdo. El primer recuerdo de lo que pudo haber sido y no fue. 

La Historia que nunca ocurrióDonde viven las historias. Descúbrelo ahora