Natalia no supo bien en qué momento fue ni cómo fue, pero cuando pudo volver a reaccionar ya estaba en la entrada de su porche. Alba la llevaba prácticamente en brazos, abrazándola y tratando de protegerla de la inmensa lluvia que estaba cayendo. Ambos cuerpos tiritando del frío...
-Albi...- dijo mientras la veía quitarle la llave y abrir la puerta.
-Vamos...Te tenés que cambiar- Natalia solo asintió y entro a la cabaña una vez abierta la puerta.
Sin decir una palabra, Alba se dirigió al cuarto de baño y regresó a toda prisa con una toalla en la mano.
-Toma. Será mejor que te seques- dijo dándole la toalla y dándose la vuelta enseguida para acercarse a la chimenea- Será mejor que la encienda si no queremos morir ¿Puedo?- Nat solo asintió y la rubia se arrodilló frente a la leña seca.
Natalia se le quedó mirando por un segundo. Su cuerpo estaba completamente mojado, el suyo un poco menos...¿Cómo podía existir alguien así de único? Alba había usado su cuerpo para protegerla de la tormenta. Sin duda era su pequeño ángel.
-No me observes más y sécate, Nat- dijo Alba con un tono juguetón sin ni siquiera darse la vuelta.
Nat sonrió de medio lado ante esta nueva habilidad de la chica, al parecer ya podía predecir todos sus movimientos, o a lo mejor es que era muy evidente. Se mordió el labio pensando en lo lindo que era tenerla acá, a su lado, a pesar de lo sucedido...hace apenas un par de horas Alba estaba súper enojada con ella. Y se lo merecía...era el karma...pero ahora...ahora Alba estaba ahí, junto a ella como si nada hubiera cambiado.
La cuidaba, y lo más importante era que ni siquiera la había molestado con inoportunas preguntas. Natalia se conocía lo suficiente como para darse cuenta de que en tormentas sus más oscuros demonios salían a flote, y la dejaban al descubierto completamente.
Seguramente Alba se moría de la curiosidad, miles de preguntas andarían por su cabeza...pero ella no haría ninguna, no si sabía que le hacía daño a la chica que amaba.
Nat apretó la toalla un instante, y se percató de la presencia de esta en sus manos. La miró y luego miró a Alba...sinceramente, no supo que fue lo que la impulsó a decir lo que estaba a punto de decir.
-Sécame vos- dijo casi en un susurro que hizo a Alba reaccionar.
En un principio Natalia pensó que Alba se negaría, que la había cagado por completo, pero esas dudas fueron borradas al ver como la rubia se levantaba y se ponía bastante cerca de ella.
-¿No podes tú sola? ¿O qué?- dijo alzando una ceja y jugando con el cuello de la blusa de Natalia.
Nat se mordió el labio sin apartar la mirada de su rostro pícaro.
-Creo que vos lo podes hacer mejor- dijo con un tono demasiado seductor para la rubia, la cual sintió sus piernas flaquear por un instante.
Alba le regaló unas de esas hermosas y únicas sonrisas, para luego colocar sus manos sobre los botones de la blusa de la morena. Con una tortuosa lentitud comenzó a desabotonar uno por uno los botones, todo esto bajo la atenta e intensa mirada de Natalia.
Uno, dos, tres, cuatro botones...Y la blusa ya estaba completamente abierta. Los pechos de Natalia casi al descubierto, solo cubierto por aquel fino sujetador negro. Era tan morena su piel, tan delicada, que Alba se sintió salivar. No se oía nada en la habitación, ni los truenos, ni los grillos, solo sus respiraciones.
Tal parecía que el tiempo se hubiera detenido a su alrededor y todo lo importante estuviera centrado en sus acciones, en sus pensamientos, en sus latidos...
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Be my summer / Albalia
Fiksi PenggemarHay momentos en que los problemas entran en nuestras vidas y no podemos hacer nada para evitarlos. Pero están ahí por una razón. Solo cuando los hemos superado entenderemos por qué estaban allí. Dos chicas, un verano y mucho amor. Será este verano...