Copo de Nieve

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La nieve cae al sol de la mañana mientras empieza a teñir de blanco las copas de los arboles mientras la vida del pequeño pueblo de Zermmett comienza otro nuevo día. Hace meses habían pasado los estragos de la guerra por lo cual su población había disminuido drásticamente, de no ser por lo veteranos y extranjeros que buscaban un nuevo comienzo el lugar hubiera sido condenado al olvido.


Los rayos del sol que se cuelan por la cortina del cuarto de atrás me obligan a abrir los ojos ante el dolor que le causa a mis parpados cerrados, el débil rastro de un perfume que parece haberse pegado en todas las sabanas hace que olfatee mi piel para percibir un perfume impregnado en mi cuerpo, un  dulce aroma que me tranquiliza de forma inconsciente;  me pregunto ¿desde hace cuanto empezamos a hacer esto? o ¿si estará bien o mal?. 


El ambiente frio del lugar hace que me oculte nuevamente bajo la cálida y gruesa sabana, entonces ella me abrasa por la espalda, la calidez de su cuerpo hace que entre en un trance de relajación, volteo despacio para ver su rostro aun dormido con una sonrisa , su fleco ondulado cubre su ojo; ¿cómo?, me pregunto, ¿como llego a convertir esa inseguridad y miedo en un placer indescriptible?, respiro para oler el dulce aroma que baña toda la suave y esponjosa tela que cubre el piso del almacén y de su piel , con cuidado acerco mi cara a sus suaves pechos blancos, ella siente mi respiración y en un acto reflejo me abraza con delicadeza acercando mi cara a ellos, ¿será esto felicidad? , ¿podre seguir siendo feliz así?

Cuatro horas después el sueño termina para devolverme a la realidad, ahora estoy sentado en una silla de madera en el salón de clases improvisado que es la sala del doc del pueblo que abrió para los únicos niños del lugar....yo y.... "la rara Sylvie". A veces sigo la mirada de ella para descubrir que Sylvie mira al doc fijamente por varios minutos, buscando ocasionar la mirada picara y cara sonrojada del doc  y cuando lo consigue ella la sonríe tierna y triunfante , "rayos doc es muy obvio lo que pasa aquí, su cara se pone roja como una maldita manzana" susurro bajamente para que nadie escuche.


Después de clases hora de ir a mi nuevo hogar que la casa de mi único familiar vivo que me queda; esta persona al verme  pregunta por mi día.


 "Que puedo decir, lo mismo de siempre" respondo de manera automática sin ánimos, suspiro, debe ser cansado para ella cuidar de un huérfano que perdió a sus padres.


Se que debe ser duro y agotador tratar con alguien tal ves no deseado, sin embargo ambos tratamos de acostumbramos a la mutua compañía como miembros restantes de la familia. Minutos mas tarde  solo en mi habitación sonrió ya que mañana será domingo, es fin de semana, el día de mi trabajo de medio tiempo en esa tienda.

Ese día en la tienda todo comienza como un juego para ella , una mirada, un rose de su mano con la mía, a veces presionar su cuerpo contra mi delicadamente con la excusa de ayudarme a cargar una caja;  después en crepúsculo cuando la oscuridad  se apodera de las calles del pueblo y empiezan encender las luces del exterior se que ha llegado el momento. 

Coloco el letrero de cerrado, pongo la cerradura dejar  solo la luz encendida del mostrador para dirigirme al almacén de las telas ya que ella esta ahí "ordenando la mercancía".

Al entrar la veo dándome la espalda, ella se ha quitado su sombrero, me acerco tímida y silenciosamente, a pesar de a ver contemplado y tocado su desnudes aun me pone muy nervioso.


-Las ventas estuvieron bien señora Aurelia- le digo mientras me acerco como un cachorro asustado ante su nuevo amo.

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