Capítulo 11 - ¿Salimos?.

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A la mañana siguiente, Carla se levantó antes que Samuel. Era un día hermoso, con una temperatura genial, perfecto para pasar el día de paseo.

Se dirigió a la cocina abrió la nevera y tomó un vaso con jugo de Naranja, miro el reloj, marcaban las 9:35, un poco tarde de lo que se levantaba habitualmente.

Fue a la sala y prendió el televisor, cambio los canales hasta encontrar algo que llamara su atención. En eso, escuchó que alguien bostezaba, se volteó y encontró a Samuel parado en las escaleras tallándose los ojos.

-Buenos días Samuel.- le sonrío.

-Buenos días.- respondió adormilado.

-Veo que tienes mucho sueño.-

-Sí.- sonrío.

Carla siguió cambiándole al televisor. Samuel llegó con un vaso de leche y se sentó junto a ella.

-Al parecer el día estará hermoso.- comentó él, mirando la ventana.

-Sí.- volteó a verlo. - No como otros días, fríos y nublados.- regresó su mirada al televisor.

-¿Salimos?.- la miró.

-¿No tienes planes con Marina?.- preguntó, tratando de no hablar mal de ella.

-Creo que se enojó conmigo, así que no me hablara por unos días.- rió.

-Mmm, Bueno, hay que salir ¿Pero a donde?.- lo miro de reojo.

-Ya se me ocurrirá algo.- sonrío.

-Bueno.- Carla se levantó. - Iré por un desayuno a Starbucks ¿Quieres uno?.- preguntó mientras se estiraba.

-Claro.- tomó el control del televisor.

-Bien, me iré a cambiar e iré por ellos.- aviso Carla y subió las escaleras.

Se puso un short rosa, acompañado de una sudadera angosta del mismo color. Tomo sus lentes de sol y las llaves del departamento, salió y fue directo al café mientras Samuel se iba a cambiar al igual que ella.

Samuel se dio una ducha, le gustaba ducharse por la mañana porque solía relajarse bastante. Puso el agua tibia y dejó que corriera por su cuerpo.

Carla regresó al departamento y dejó las cosas en la barra de la cocina.

Samuel escuchó ruidos y pensó que era alguien más, se puso una toalla en la parte baja de su cuerpo, dejando su torso descubierto. Bajo las escaleras lentamente para ver de quien se trataba, cuando se asomó por el pasillo pudo distinguir a Carla cerca de la barra.

-¡Me asustaste! Pensé que era Marina.- se quejo tomando la toalla.

-Para nad...- Carla volteó a verlo.

-Perdón por estar así, pero me asuste.- rió.

-No...no hay problema.- se ruborizó y se volteó rápidamente para que él no pudiera ver sus mejillas ruborizadas.

-Bueno, iré a ponerme ropa.- subió las escaleras igualmente sonrojado.

Carla no evitó sentir su estómago removerse al ver a Samuel semidesnudo, solo una toalla tapando su parte baja y con un cuerpo digno de desear, además de algo húmedo, ya que al parecer no se había secado bien. Su cabello estaba despeinado y mojado, su piel brillante y más blanda de lo norma. Ella sintió ¿Nervios? Al verlo así, a lo mejor era porque era su hermanastro.

Al bajar las escaleras Samuel traía una camisa blanca y unos jeans comunes.

-Aquí está tu desayuno.- le entrego un café y un sándwich. Aún estaba algo nerviosa por lo anterior.

-Oye, perdón por bajar casi desnudo.- rió nervioso. - Pero es que pensé que era...- Carla lo interrumpió.

-No te preocupes, está bien.- lo tranquilizo mientras bebía de su café.

-Es que me dio pena.- dio una mordida a su sándwich.

-Bueno, es que somos hermanastros.-

-Pues sí, pero...olvídalo.- rió apenado.

-Bueno cambiando de tema ¿A donde iremos?.- intentaba alcanzar un plato.

-Aún no lo sé, deja pensarlo bien. ¿Necesitas ayuda?.- preguntó riendo.

-Deja de burlarte y ayúdame.- ella también rió.

Samuel dejó su Sándwich en su plato y fue a donde estaba Carla. Con una mano la tomo de las caderas y pegó su cuerpo al suyo para luego tomar el plato. Carla de nuevo sintió nervios, pero aún más intensos al sentir el formado cuerpo de Samuel junto con el de ella.

-Eso te pasa por no tomar leche.- Samuel rió.

-¡Calla y come!.- lo reto, tratando de controlarse.

Al terminar de comer, Carla se cambió nueva y Samuel tomó las llaves del auto, bajaron el ascensor hasta el estacionamiento.

-Ahora si me dirás.- preguntó Carla mirándolo conducir.

-Bueno, primero iremos a decir pizza y después veremos.- la miro igualmente.

Samuel manejó hasta el centro de la ciudad, donde estaban los mejores restaurantes y uno de ellos era su favorito, donde vendían comida italiana y su especialidad era la pizza. Abrió la puerta de Carla y la ayudó a bajarse, y juntos comenzaron a caminar hacia la entrada del restaurante.


...

El último del día!

365 días con ella - Carmuel - Adaptada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora