Epílogo

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Desde el fondo de mi corazón, muchísimas gracias por leer esta historia. Con ustedes dejo la parte final.

Atte.

Belén.

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Recostándose sobre la fresca hierba en un claro del bosque, tranquilo lugar donde le gustaba ir a pensar, Gilbert se puso a analizar ciertas partes de su vida y en lo mucho que ésta había cambiado hasta ese verano. Una cronología de tiempo bien marcada por un agente importante, quien le había ayudado a cerrar la puerta a su pasado y a la vez encendido una luz para su futuro... El antes y después de Anne.

...La disparatada chica pelirroja y pecosa de ojos azul brillante que había llegado con su peculiar personalidad a volver su mundo de cabeza, como un viento ligero y refrescante en un día verano que con una asombrosa naturalidad le ingresó en el alma para quedarse a vivir allí. Y para esas alturas ya reconocía que tenía el pecho lleno de ella, que no alcanzaba a imaginar cuán simple y aburrida sería su existencia si en ella no estuviera, o a rememorar a totalidad el cómo se sentía antes de conocerla, entendiendo que su mundo debía haber sido en el fondo vacío... pero lo mejor y más importante entonces era que dicha chica de sus sueños le correspondía.

Se había prometido por lo tanto a seguir esos sueños, los planificados como terminar sus estudios, conseguir un buen y estable trabajo, unir su vida junto a la de ella en matrimonio y crear una familia, así como las metas que sabía vendrían después porque todo el ciclo vital es un eterno aprendizaje. Más se habían comprometido a apoyarse siempre el uno al otro tanto en los buenos como en los malos momentos y aquello era su principal motor para esforzarse cada día... Un juramento que se hicieran a la sombra de un gran árbol solitario en la pradera mientras veían el atardecer desde sus ramas, como habían descubierto que tanto les gustaba hacer... Ya iban a ver si se casaban o no primero antes de ir a la universidad, lo genial era que su idilio no sería sufrido y frustrado como el de su padre y Marilla, o el del Sr. Matthew y la Sra. Jeannie, cuyos senderos debieron desviarse en gran parte antes de regresar a su curso original.

Por entonces todo estaba en orden y habían conseguido ser felices aún en contra de las opiniones de muchos en el pueblo, quienes a la larga se habían cansado de tanto criticarlos, terminando por aceptar sus "modernas condiciones de vida", como decían. Algo que por su parte consideraba en extremo bueno puesto que le encantaba vivir en su segunda casa, donde le habían aceptado sin miramientos abriéndole los brazos en bienvenida, convirtiéndose así los Cuthbert en su segunda familia... Donde había descubierto el significado de la verdadera felicidad.

Viendo que ya iba a oscurecer, emprendió de tal forma el camino de regreso a Green Gables, ese hogar alegre y acogedor en el cual pensaba, donde como una bendición Anne le recibía cada vez que llegaba con comida lista y atenciones, como una pequeña esposa aún sin serlo.

-¡Gilbert!- y en aquella ocasión como claro ejemplo, ella al divisarlo desde la ventana salió a recibirlo a la puerta y él al llegar la abrazó haciéndola girar, sintiéndose de lo más dichoso.

La amaría toda la vida se dijo entonces para sí, como su padre había amado a Marilla, como Matthew amaba a la Señora Jeannie y serían felices siempre tal como lo eran ahora todos ellos, porque su romance estaba bendecido por el destino que les había permitido encontrarse y desde ya darse cuenta de lo que era el verdadero amor, así como de lo mucho que valía la pena luchar por él.

La amaría toda la vida se dijo entonces para sí, como su padre había amado a Marilla, como Matthew amaba a la Señora Jeannie y serían felices siempre tal como lo eran ahora todos ellos, porque su romance estaba bendecido por el destino que les hab...

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FIN

Algo adelantado en el tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora