Erburn, El Aserrado

4 3 2
                                    

ERBURN EL ASERRADO

Vino desde lo más profundo del astral, atravesando mundos perdidos, apartando almas condenadas, liberándose de sus metálicas cadenas. Denominado banalmente como el demonio de los espejos, el merodeador nocturno, el profano Erburn, el aserrado. Fue enviado a que atormente a un joven hasta la locura, por medio de un ritual de santería. Fue llamado por la santera para ejecutar la labor. Pedía a cambio poder entrar en la vida por medio de un descendiente futuro de la familia. Los santeros aceptaron, ya que el joven a quien le enviaban el espíritu, había violado sin piedad a su más preciada hija. El ser no tardó en hacer su aparición en el humilde hogar del mozo, entrando por un antiguo espejo de rubíes. Primero fueron sus largos dedos, provistos de uñas negras, de seguido su fina mano con la cual tomó un ligero impulso para poder entrar. Transformó el ambiente, volviéndolo más pesado, más frío y angustioso. Erburn cobró una forma translúcida y comenzó a vagar por la casa observando a sus inquilinos. Vio al joven, a su padre y a la pareja del padre cenando en familia. El ser descendió la estancia hasta ponerse al lado del chico, apreció que este poseía un cuchillo en las manos con el que cortaba el alimento, el ente depositó sus manos entre la cabeza del joven, acto seguido pronunció unas oraciones ininteligibles para un humano, el joven empezó a marearse, entrecerraba los ojos y cómo llevado por una fuerza mayor le asestó varias puñaladas a su padre, la primera fue en el costado, la segunda en el diafragma y por último le rebanó el cuello, el padre comenzaba a agonizar entre numerosos jadeos, la mujer perdió el conocimiento tras semejante suceso. El joven al recuperarse de aquellos confusos mareos gritó con el horror de la escena sin saber lo que estaba ocurriendo. Con nadie a la vista y teniendo enfrente al joven, Erburn se materializó, el chico pudo apreciarlo en todo su esplendor. El espectro tenía la piel gris, carecía de boca y piernas, sus brazos eran increíblemente largos midiendo 3 metros de punta a punta. Sus ropajes eran negros, rasgados y debajo de estos emanaba un vapor negruzco semejante al humo. Los ojos eran negros, el pelo era largo, escaso y mojado. El chico quedó paraliado ante semejante aparición demoníaca. Erburn aprovechando la parálisis que le ocasionó al muchacho, se lanzó hacia el estrangulándole con inmensa fuerza, la suficiente para hacer que su presa perdiera el sentido. Luego desapareció. La mujer del padre despertó, viendo a su novio muerto y al chico inconsciente decidió llamar a la policía para pedir ayuda. La autoridad hizo aparición al poco tiempo de la llamada. Detuvieron al chico, consolaron a la mujer mientras la prestaban declaración: <<el chico asesinó brutalmente a su padre sin ningún motivo y perdí el conocimiento al instante>>. El joven fue llevado a juicio, después se le dictó sentencia y fue trasladado a un centro psiquiátrico, ya que alegaba en el juicio que <<un espíritu le había obligado a realizar semejante asesinato y que después le había estrangulado>>. Nadie le creyó.

Erburn hizo su aparición nuevamente en el hogar de la santera a la cual notificó que su tarea encomendada ya se había realizado. Por lo cual debía de regresar a su mundo en lo más bajo del astral... aunque no por mucho tiempo, porque fruto de la violación que propinó el joven a la hija de la santera fructificaría la semilla de la vida en la que Erburn volvería a vivir, con lo que tarde o temprano, todos se volverían a ver las caras, en otro escenario, con otras víctimas.

                                                                                FIN

Erburn, el aserradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora