umbra ➵ shiita

XII

Alegría y dolor

—Desde aquí parece que estás llorando.

Su voz lo hizo volver en sí, miró a la dirección donde provenía y se topó con la mirada preocupada de Shisui quien estaba recostado sobre las paredes del escondite. Por otro lado, Itachi estaba afuera bajo la lluvia a unos cuantos metros donde Shisui y de nuevo llevó su vista al cielo.

—Supongo. —soltó sin más. Shisui pensó en acercarse a él, pero sentía que no era lo correcto después de todo.

Tenía tantas ganas de decirle cuán preocupado estaba por él, el miedo que experimentó durante la pelea con el tres colas, decirle que sus hermanos están bien al igual que Izumi y también que lamentaba haber sido un idiota, pero las palabras parecían estar atrapadas en su garganta. Sentía ver a una persona completamente diferente aún más sabiendo lo que pasó con el clan.

—Lo siento, creo que simplemente no soy bueno con las palabras —río nervioso. —. Me alegra que estés bien...

—Shisui, no hace falta que me digas ahora lo que ha pasado. Ahora somos parte de Akatsuki y simplemente llevamos a cabo lo que tenemos que hacer —habló el menor un poco más alto. —. Tú sabes mejor que nadie eso.

—Es verdad, pero al menos déjame decirte algo antes de que ya no podamos hablar luego —caminó hasta donde Itachi y se puso frente suya. Su mirada era diferente, no era aquel chico serio y tímido que conoció en la aldea; veía a un chico dolido y triste. Sus ojos reflejaban su sufrimiento. —. Lo siento. Lo siento por decir que había sido un error porque no fue así, en realidad eres lo mejor que me ha pasado y estaba preocupado por ti. Confía en mí.

—Eres un idiota —dijo en un susurro mirándolo duras penas. —Me habían dicho que estabas muerto, Shisui. Cuando me enteré, obtuve estos ojos... experimenté el peor dolor de mi vida: el perderte. Por favor, no hagas mi dolor realidad...

—¿Tienes...el mangekyou?— balbuceó Shisui. Itachi asintió levemente y lo activó para Shisui. —Fue, ese hombre de la máscara, ¿cierto?

—Shisui, por favor...

—¡No me voy a calmar! —gritó. —¿No entiendes? Él nos va a asesinar. Sabe porque estamos aquí, Itachi. ¡Entiende que no quiero verte morir!

—Tu aún puedes irte; eres nuevo y seguro el líder encontrará a alguien. No voy a morir tan fácilmente y tampoco tú lo harás. —se acercó al contrario y como su cuerpo se lo permitió, le dio un beso en los labios. Después de un rato se alejó aún con sus ojos cerrados y una vez con el mangekyou sharingan desactivado lo miró.

—Si estabas llorando, tus labios son salados...—dijo de repente. —No me voy a ir a ningún lado sin ti.

—Te odio tanto. —sonrió levemente antes de caer debido al esfuerzo que hacía al mantenerse de pie. Sin embargo, Shisui pudo tomarlo en sus brazos y cayeron ambos al suelo bajo la tormenta.

—Lo sé, ódiame lo que quieras, pero siempre voy a estar contigo.

Un relámpago iluminó el lugar, las sombras de ambos se proyectaron en el suelo y la de un tercero a la distancia. Un tercer individuo los observaba no muy lejos y tan pronto la luz se desvaneció, este también se fue no sin antes dar un último vistazo a ambos individuos e irse a las entrañas del bosque. Su recorrido fue corto al llegar con el hombre enmascarado quien esperaba paciente sobre una roca y dejando que la lluvia bajara por la máscara.

—¿Y bien?

—Itachi aún sigue débil, pero sanará en dos días mientras que Shisui está con él. Me dan náuseas verlos juntos, ¿cuándo podremos matarlos?

—No hay prisa. Atraer a Danzo es lo principal. Teniendo a Itachi, era obvio que Shisui entraría a Akatsuki y con esto Danzo tiene información de nosotros. Orochimaru y él están comunicados así que ya sabe que es lo que buscamos. Todo va de acuerdo al plan —se levantó de su lugar y miró al ser frente a él. —. Sigue vigilándolos y avisa a tu otra mitad que iremos por el kyuubi muy pronto.

—Zetsu blanco es un inútil, pero al menos nos servirá para comunicar los demás. Nos vemos. —con esto dicho, el ser se marchó desapareciendo en el suelo. El hombre miró al escondite una vez más y después a donde se encontraba Konoha.